Con actores descartados, guiones tirados a la basura y una producción surrealista, imposible que la primera película de Super Mario Bros no acabase en esperpento

Quedan pocos días para el estreno de la nueva película de Super Mario Bros y mi memoria se va automáticamente a aquel esperpento fílmico que se perpetró allá por el año 1993. Tengo vagos recuerdos sobre aquel film (gracias, cerebro) pero si la viste en alguna ocasión estarás de acuerdo en que fue una auténtica bazofia. A pesar de que no se escatimó en el presupuesto (más de 40 millones de dólares de la época) y que en taquilla no funcionó del todo mal, la dirección del matrimonio formado por Rocky Morton y Annabel Jankel supuso un auténtico descalabro reputacional para la saga de Nintendo.

Lo único por lo que destacó fueron los efectos especiales y lo currados que estaban los decorados. Lo demás era pura basura, empezando por el guion, que se empeñó en plasmar una aventura interdimensional cyberpunk que hacía que Yoshi fuera un velociraptor animatrónico o Toad un guitarrista de horrible tupé. Morton quería emular lo que Tim Burton había conseguido con Batman: convertir un héroe en un fenómeno de masas, pero el resultados fue casi el opuesto. A pesar de las buenas intenciones, la película se alejó de la esencia de los juegos, algo que desagradó al mismísimo Shigeru Miyamoto y todo se convirtió en una auténtica "historia de terror", como reconoció Reggie Fils-Aimé en alguna ocasión.

¡Peligro, la dirección está descontrolada!

El mayor error de Nintendo con la película de Super Mario Bros fue delegar el control creativo en una persona, Roland Joffé (productor), a la que se le notó que le importaban más los beneficios inmediatos que representar el fantástico, colorido y entrañable mundo de Mario y Luigi en una película. También eran otros tiempos. Estar en Hollywood era un sueño, así que los nipones lo vieron como una oportunidad. El problema es que no tenían ni idea de cómo funcionaba dicha industria, así que se dejaron asesorar, quedándose principalmente con los derechos de marketing y la promesa de que podrían supervisar la obra.

Sabéis que la cosa acabó mal, pero seguro que no tanto el descontrol que existió. Bob Hoskins, el actor que interpretó a Super Mario, llegó a decir que la única cosa que cambiaría de su carrera sería no haber participado en la película. Fue su peor trabajo y su mayor decepción. Mientras rodaban el film, todos los participantes eran conscientes de lo esperpéntico que era. Tanto es así, que con el fin de evadirse, los actores de Mario y Luigi (Bob Hoskins y John Leguizamo) bebían entre tomas para afrontar la situación. ¿Los responsables del descontrol? El matrimonio formado por la dirección:

"Fue una pesadilla. Ese matrimonio dirigiendo fue el responsable. Desde fuera parecía que tenían talento, pero en realidad eran unos arrogantes. Tras varias semanas de rodaje, hasta sus propios agentes les dijeron que dejaran la dirección. Una puta pesadilla. ¡Jodidos idiotas!"

Bob Hoskins en una entrevista con The Guardian

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Como veis, no había precisamente buen rollo en el set de rodaje, pero todo esto venía de muy atrás. El casting de actores contó con varios candidatos de auténtico lujo, como Dustin Hoffman, Danny DeVito o Tom Hanks. Hasta Arnold Schwarzenegger fue propuesto para el papel de Bowser. Sin embargo, todos ellos fueron descartados por una u otra razón, o directamente se negaron a aceptar el papel tras ver un poco el panorama (que era desolador).

Pero el detalle más sorprendente es que la película contó con varios guiones descartados. De hecho, el primer guion es el más desconocido de todos (un proyecto fantasma), y pertenece a Barry Morrow, más conocido por ser el ganador de un Oscar por la película Rain Man. Su planteamiento era más el de un drama que el de una comedia: la historia de dos hermanos y su relación, que comenzaba en el momento en que tratando de sacar un anillo de un desagüe, iban a parar a una nueva dimensión. No obstante, el guion nunca se llegó a terminar, ya que la idea fue descartada de forma prematura.

Existieron más guiones, como uno al estilo Alicia en el País de las Maravillas, otro con un tono a lo Mad Max e incluso una propuesta que recogía la esencia de La Jungla de Cristal o Los Cazafantasmas. Podéis consultar estos guiones para daros cuenta de que la planificación de la película de Super Mario Bros fue un auténtico despropósito. Por suerte, parece que Nintendo aprendió de sus errores y para la nueva película de animación se ha optado por un control férreo de la licencia, además de una supervisión directa por parte de Shigeru Miyamoto. Dentro de muy poco podremos comprobar los resultados.

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