Cuando pensamos en un film de ciencia ficción lo solemos hacer en grandes producciones, en obras capaces de hacernos viajar a mundos futuristas o alienígenas de forma tan creíble que a veces, aunque nos presente una distopía como en Blade Runner, solo queremos coger las maletas y mudarnos a sus escenarios durante una temporada. Pero el género es también una fuente inagotable de buenas ideas capaces de realizarse con muy poco dinero. Siempre pongo el ejemplo de The Man from Earth, rodada con aproximadamente 200.000 dólares, pero hay otro film no muy distinto que se hizo con menos "plata" aún.
Hablamos de Coherence, un film escrito y dirigido por James Ward Byrkit en 2013 donde seguíamos los pasos de un grupo de ocho amigos esperando el paso de un cometa sin sospechar que iban a convertirse de un momento a otro en los protagonistas de una historia de realidades alternativas a lo gato de Schrödinger. Hablar más sobre su argumento y cómo se desarrollan los acontecimientos aquí sería un grave pecado, pero sí os puedo advertir de cómo esta pequeña cinta independiente filmada en cinco días y con 50.000 dólares de inversión acabó siendo un viaje sorprendente a la par que inquietante, con sus personajes siendo llevados al extremo de formas paradojicamente inimaginables y prácticamente sin salir de una casa y su vecindario más cercano.
Sin guion para ocho actores y muy pocos escenarios
Para hacer una buena película a veces basta solo con una buena idea, y en el caso de Coherence esto se llevó a tal extremo que no fue necesario nada más. Un puñado de actores con cierta pasión por su trabajo y unos cuantos días de buen tiempo para poder rodar. Ni siquiera había un guion en el sentido más estricto de la palabra. Así lo explicaba el director del film en una entrevista de 2014:
"Rodamos durante cinco días y, en lugar de un guion, tenía como 12 páginas con los puntos clave de la trama en la que pasé un año aproximadamente trabajando. En ella describía todos los giros, revelaciones, arcos de personajes y piezas del rompecabazas que debían darse. Pero cada día, en lugar de recibir un guion como tal, los actores se encontraban con una página de notas para personaje, ya fuera una historia de fondo o información sobre sus motivaciones. Llegarían preparados únicamente para su rol. No tenían ni idea de lo que recibían sus compañeros. Todo esto se hizo buscando que actuaran de la forma más natural posible. El objetivo era que se escucharan unos a otros y se involucraran en el misterio de todo". — Declaraciones a IndieWire
El secreto era tal entre el reparto que la actriz protagonista ni siquiera sabía que lo era. Por supuesto, explicó el cineasta años más tarde en otra charla, todo esto tenía sus riesgos y el primer día de grabaciones fue un desastre. "Todos hablaban demasiado, (...) pero luego se relajaron y se dieron cuenta de que había una historia que había sido planeada para ellos", explicó James Ward Byrkit.
Coherence terminó así siendo una de esas pequeñas joyas ocultas del cine de ciencia ficción que con muy pocos medios, y siempre alejada de los grandes artificios técnicos, supo tejer una historia de intriga capaz de descolocar al espectador e irse a la cama pensando sobre lo visto, teniendo además sus toques de tensión, alguna que otra pizca de humor para relajar el ambiente. A día de hoy tiene un 7/10 en FilmAffinity. ¿La mala noticia? No está en plataformas.
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