No todas las historias emotivas venden y el último estreno de Pixar lo demuestra, pero detrás hay una realidad aún más demoledora

Hubo una época en la que Pixar era sinónimo de éxito absoluto, pero quedan muy lejos los tiempos de Toy Story o Los Increíbles. Desde que se estrenara Del revés en 2015, el estudio está afrontando dificultades para que sus obras calen entre el público. Elemental consiguió abrirse paso de forma milagrosa y ahora Elio parece haberse dado un batacazo en taquilla descomunal; un hecho que no es solo preocupante para la compañía, sino también para los espectadores.

Vivimos en la época de las secuelas

¿Cuántas veces hemos visto sagas interminables de películas que en su día fueron un éxito? El argumento se desvirtúa en favor de la taquilla y grandes personajes no se jubilan nunca. Vivimos en un momento en el que la nostalgia parece la mejor fórmula para triunfar en pantalla y eso es un problema. Solo hay que ver los interminables live-actions de Disney con su trayectoria irregular por los que Disney sigue apostando no vaya a ser que aparezca un Lilo y Stitch que salve el año.

No es que Pixar haya perdido su chispa. Cintas como Soul demuestran que el estudio todavía se guarda grandes ases bajo la manga y que es capaz de sorprender, pero al público ya no le interesan. El exceso de estrenos, potenciados por las plataformas de streaming, ha hecho que este se vuelva perezoso (y ahorrador), aunque las salas de cine se esfuercen por ofrecer una experiencia por visitarlas.

Elio ha recaudado en lo que lleva en pantalla (desde el 19 de junio) cerca de 35 millones, una cantidad que se antoja muy lejana a los 150 millones de presupuesto. Con todavía su estreno pendiente el 9 de julio en territorio español, parece poco probable que vaya a experimentar un auge inesperado en otros mercados. Por contra, películas como 28 años después ya son un éxito.

Parece que la historia galáctica de un niño en contacto con extraterrestres no ha funcionado y los motivos no están del todo claros. Puede que Lilo y Stitch haya canibalizado la temática. Aunque no todo el horizonte es desalentador, nuevas obras como Los Pecadores han conseguido abrirse paso por su originales y con el anuncio de que Disney volverá a los orígenes de la animación 2D, puede que volvamos a sentir emoción por la compañía. Ahora bien, el futuro de Pixar queda en manos de la incertidumbre.

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