Elon Musk ha completado la compra de Twitter presentándose con un lavabo (es un juego de palabras en inglés: "que vaya calando") en la sede central de la red social, y después de superar la risa o la estupefacción (cada uno es cada uno) y volver a la realidad cabe preguntarse qué va a pasar hora con la plataforma.
Evidentemente, esto te interesará el doble si tienes cuenta y la usas activamente, pero que no se te olvide que Twitter es una de las redes sociales más relevantes política y socialmente en la actualidad. Vale que TikTok nos enseñe mejor que nadie a cocinar, bailar, a conocer vidas ajenas, a ponerle sal a nuestras CPU... con solo un swipe, pero lo de Twitter tiene repercusiones más virulentas.
La llegada de Musk se ha cobrado ya cuatro vidas laborales: la de Parag Agrawal, consejero delegado; Ned Segal, jefe financiero; Vijaya Gadde, máxima responsable legal y de políticas; y la de Sean Edgett, abogado de la casa. Y con esto:
the bird is freed
— Elon Musk (@elonmusk) October 28, 2022
Ya lo ves, el magnate multimillonario ha ido comunicando a sus seguidores cada movimiento durante toda la operación, pero hace falta reunirla y hacer un poco de hemeroteca tuitera para plasmar una potencial hoja de ruta del "nuevo Twitter" y saber lo que podemos esperar de ella ahora.
Claves del Twitter de Musk
La libertad de expresión más salvaje
Una de las críticas más férreas de Musk a Twitter hasta ahora siempre fue la del tratamiento de la libertad de expresión. Su postura será la de la defensa contundente de la libertad de expresión más absoluta, aunque ello implique dar rienda suelta a acosos, la proliferación de informaciones falsas por parte de figuras clave para la esfera geopolítica, etc.
El nuevo dueño de la compañía opina que los usuarios deben poder compartir todo lo que quieran cuando quieran, siempre y cuando sea dentro de los límites de la legalidad (y no convirtiéndose en un infierno caótico sin consecuencias).
Ciertamente, el empresario es coherente con sus principios, porque no ha tenido problema en permitir la transmisión de canales de noticias rusos, a pesar de que otras compañías optaron por restringirlo. En esta misma línea, cabe mencionar un tuit en el que ya se iba adelantando su postura ante prohibiciones tan sonadas como la de Donald Trump de la red social. Por cierto, no le gusta la idea de borrar tuits.
Mimitos para anunciantes
En este otro tuit, Elon Musk se dirigía directamente a los anunciantes para dejarles claro que Twitter será un lugar "acogedor para todos", como una suerte de "plaza mayor digital clave para el futuro de la civilización" protegida del dominio de extremos. Vaya, que por mucho dinero que tenga, todavía tiene que financiar la compra, y por ello defiende la plataforma como una plataforma abierta, pero segura para los anuncios.
Algoritmo en código abierto
En otro orden de cosas, el nuevo dueño de Twitter se plantea publicar el código del algoritmo detrás de la plataforma y hacerlo abierto. En la charla TED que tienes un poco más arriba ya hablaba de que el poner en manos de desarrolladores y programadores este código podría permitir que la forma en que los tuits se promocionan o se restringen mejorara.
Además, allá por marzo hizo una encuesta en la que planteaba esta cuestión a sus seguidores, y que acabó con un aplastante "debería ser de código abierto" del 82,7%. Puede tener sentido derribar estas paredes que nos impiden ver qué hay detrás de las redes sociales que alimentamos con nuestras vidas y opiniones...
Pero al parecer no existe un único algoritmo en Twitter, sino varios que "llevan a cabo una danza compleja sobre montañas de datos y acciones humanas". Esto lo leemos en Wired, y por lo visto la interpretación del código del algoritmo no es algo tan lineal como podría creerse, sino más bien una correlación entre la premisa y la aplicación en contextos reales y humanos.
Adiós al spam
Y volvemos a la hemeroteca para rescatar un tuit del 21 de abril en el que Elon prometía "erradicar a los bots spameadores". A través de medidas, atajarán uno de los problemas más preocupantes de la plataforma, según el empresario.
Nuevamente, el propio expresidente de Twitter salió a defenderse en mayo para informar de que suspenden "más de medio millón de cuentas de spam cada día, incluso antes de que podamos verlas" en la plataforma. ¿Será capaz Musk de acabar absolutamente con todas las estafas y publicidades de mal gusto?
La superapp y el ejemplo de WeChat
Otro de los objetivos de la nueva hoja de ruta de Twitter podría ser el de convertirse en una superapp como WeChat, es decir: red social, mensajería y pagos. Ojo, que la que triunfa en China también está disponible en Occidente, pero jamás ha llegado a despuntar.
En lo que respecta a la infraestructura para esa posible plataforma de pagos, tenemos que tirar de aquellos mensajes privados entre Musk y otras figuras clave de Silicon Valley que se publicaron en septiembre. En ellos mencionaba que algo así estaría sujeto con tecnología de blockchain, principalmente para deshacerse de los bots, pero él mismo adelantaba la imposibilidad de cristalizarlo.
A su manera, o carretera
Al final, la estrategia de Elon Musk puede atenerse a un afán filantrópico para trascender en la historia o, simplemente, porque no hay nada como Twitter en el mercado. Las personas que acudimos a ella para informarnos, debatir (más bien discutir, ya), reírnos, buscar contenidos poco aptos para ver en el trabajo, etc. ya tenemos una costumbre y encontramos ciertas identidades de la plataforma como más amables o familiares.
Existen alternativas, pero o son poco populares, como Mastodon; o son para un público que vira únicamente hacia un arcén ideológico, como Parler; o son TikTok e Instagram, que no son redes que ofrezcan información de la misma forma. En definitiva, por mucho que puedan descender los usuarios/as de la red social del pajarito, a Elon Musk todavía le queda mucho para sacar partido, experimentar, solucionar y estropear.
Imagen | Alexander Shatov en Unsplash
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