Alberto Lloria
EditorSe ha hablado mucho de Xbox en los últimos meses y años, tanto para bien como para muy mal. Los despidos, las subidas de precio en Game Pass, el cierre de estudios o la cancelación de juegos han pesado como una losa y han afectado a la percepción que los jugadores tienen de la marca. Y alguien que no puede sino sentir lástima por la situación por la que pasa Microsoft, con muchos usuarios arqueando la ceja ante sus decisiones, es Laura Fryer, mítica cofundadora de Xbox, quien no ha tenido problema en resumir cuál es el problema actual de la marca: "la codicia por encima del gaming".
Fryer, una de las cofundadoras de Xbox, nunca se ha mantenido al margen de lo que sucede en la compañía. El pasado junio cuestionó cómo la cúpula directiva actual estaba "atacando al legado de la marca" con una frase demoledora viniendo de alguien como ella: "las consolas de Xbox han muerto". Ahora, la directiva ha vuelto a usar su canal de YouTube para hablar sin cortapisas y de forma tajante sobre la filosofía actual de Xbox, el aumento de precios de Game Pass y el enfoque excesivo en servicios digitales.
En este contexto, Fryer asegura que la actual estructura interna de la compañía, lo que ella llama una "cultura del sí señor" —es decir, aceptar todo sin cuestionar— ha generado una desconexión con el usuario de a pie. Según la cofundadora, esta dinámica prioriza la obediencia jerárquica en detrimento de la innovación y la escucha activa de la comunidad y sus quejas. De hecho, pone de ejemplo la reciente subida de precios de Game Pass, anunciada la pasada semana pese a los millonarios beneficios anunciados por Microsoft, y cómo se comunicó sin tener en cuenta la constante negativa de los jugadores a sentirse más exprimidos.
La estrategia de llevar Xbox a cualquier sitio y situación también daña a la marca
Eso sí, la parte más crítica de Fryer es aquella en la que ataca, otra vez, a la pérdida de identidad de la marca. Antes, Xbox era un ecosistema con propósito propio, donde los títulos exclusivos y la interacción directa con los jugadores definían la experiencia. Hoy, asegura Fryer, la importancia de la consola ha quedado diluida en un conjunto de servicios en la nube, sin mensajes claros ni conexión real con los desarrolladores y los usuarios. La sensación, según ella, es que "si todo es Xbox, entonces nada es Xbox".
Fryer usa de ejemplo el poco interés que suscitan las ROG Ally de ASUS y Xbox
La cofundadora no duda en señalar que los actuales responsables de Xbox parecen no comprender a la comunidad ni a los creadores de contenido. Cuestiona si son "incompetentes", no por falta de intención, sino por actuar de manera experimental y sin rumbo claro. Según Fryer, la plataforma ha perdido la visión inicial con la que nació: "no se trataba solo de vender hardware, sino de controlar y mejorar la relación entre usuario y desarrollador en un circuito integral", una idea que, asegura, "se ha diluido por completo".
De hecho, la cofundadora advierte sobre la competencia, una que siempre ha estado ahí pero que ahora, según cita, tiene vía libre: PlayStation y Nintendo mantienen consolas con identidad clara, y los fracasos de plataformas como Stadia muestran los riesgos de no mantener un ecosistema sólido. "No hay razón para quedarse en Xbox", afirma Fryer, subrayando la gravedad de la situación desde la perspectiva de alguien que construyó la marca.
Aun así, para Fryer la situación actual no es irreversible, pero para corregir el rumbo es necesario escuchar, salir de la burbuja interna y reconectar con quienes hacen y juegan los videojuegos. Sin ese cambio, alerta, el futuro de la marca podría ser una nube sin alma, sin consola y sin comunidad, poniendo en riesgo años de legado e innovación en la industria.
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