Para quienes durante nuestra infancia o adolescencia tuvimos la oportunidad de comer allí, el restaurante Dive siempre tendrá un lugar reservado en nuestra memoria. No todos los días tus padres te llevaban a comer al restaurante del director de Jurassic Park, Steven Spielberg: un submarino que se sumergía cada 45 minutos en el puerto de Barcelona.
Inspirado por la moda de los restaurantes temáticos de mediados de los 90, y abrazando la demencial corriente consumista de aquella época de bonanza, Spielberg se unió a Jeffrey Katzenberg, de Disney, para dar forma a un restaurante con forma de submarino que hiciese honor a aquella corriente de lugares cargados hasta los topes de decoración lo más extrema posible.
El restaurante con efectos especiales del director de Jurassic Park
Nacido de la aparente necesidad de comerse en Los Angeles un buen sub, bocadillos tradicionales que los americanos llaman así por la forma del pan y ser más largos que sus habituales sandwiches de pan de molde, e inspirado por la pasión de Spielberg por el mundo submarino que ya había reflejado con la dirección de Tiburón y la producción de la serie SeaQuest, la cadena de restaurantes Dive tenía lo submarino como carta de presentación.
Periscopios que servían para espiar a otras mesas, ojos de buey con peceras en su interior, taburetes que simulaban ser torpedos, maquetas de barcos que paseaban por el techo sujetadas por unos raíles, y pantallas gigantes que constantemente te mostraban situaciones del mundo submarino mientras las luces de neón y las tuberías de metal terminaban de adornar el ambiente.
El colofón de aquella idea, sin embargo, estaba en la inmersión submarina que el particular restaurante simulaba cada 45 minutos. Una fantasía de apenas 30 segundos en la empezaba a salir humo del techo, las luces se oscurecían mientras dejaban hueco a sirenas centelleantes, y la megafonía alertaba de la inmersión a la vez que las ventanas empezaban a rellenarse de agua. Un auténtico espectáculo.
Tras abrir un Dive en la ciudad angelina y repetir la jugada en Las Vegas, el restaurante submarino de Spielberg llegó hasta Barcelona aprovechando el tirón posterior a las Olimpiadas del 92 que puso de moda la Ciudad Condal y uno de sus lugares más cosmopolitas, el centro comercial Maremagnum que se había convertido en la seña de identidad de su puerto.
¿Qué pasó con el restaurante submarino de Spielberg en Barcelona?
Lamentablemente para quienes nos criamos entre aquellas marcianadas como el propio restaurante de Spielberg o el Planet Hollywood que también estaba por la zona apadrinado por Sylvester Stallone y Bruce Willis, el negocio de vender comida y merchandising en lugares singulares no duró demasiado y el Dive no corrió mayor suerte.
Lo de vender bocadillos a precio de oro, poner la cabeza como un bombo a los padres, y sobreexcitar a los niños entre ruidos y luces de colores podría ser una idea fantástica ahora, especialmente con el boom que este tipo de sitios están experimentando con el apoyo de redes sociales como Instagram y TikTok, pero en aquella época no parecían ser suficientes para mantener a flote el negocio.
Adelantándose brevemente a la caída en desgracia de aquél centro comercial que llegó a gozar hasta de una sala IMAX, el Dive de Maremagnum sería el primero en cerrar tras apenas dos años abiertos . Tras el final del negocio en Barcelona, los restaurantes de Los Angeles y Las Vegas hicieron lo propio poco después.
Un descalabro que, frente a la falta de público y una caída en las ventas de merchandising, que durante los primeros años del proyecto se convirtieron en su principal negocio, provocaron también el cierre de otras franquicias similares como la de Planet Hollywood o Fashion Cafe (una historia para otro día que también salpicó a Barcelona de la mano de Claudia Schiffer y Naomi Campbell).
Sólo unos pocos locales consiguieron sobrevivir a aquella moda de los restaurantes temáticos, con ejemplos patrios como el de Ribs con su particular ambiente de la Ruta 66, o el de Foster Hollywood (que antes de ser tal y como es hoy incluía distintas localizaciones dentro del restaurante que te permitían comer, por ejemplo, como si estuvieses dentro de un avión). Quién sabe, tal vez algún día volvamos a comernos un bocadillo mientras disfrutamos de una experiencia digna de Spielberg.
Imagen | Evan Collins
En 3DJuegos | ¿Por qué el traje de los astronautas es naranja o blanco? Este es el secreto de la moda espacial
Ver 1 comentarios