El rugido de los motores, las espectaculares curvas, la sensación de velocidad… Vamos, que sólo falta el olor a gasolina. MotoGP debuta en Xbox 360 con gran expectación. Los videos en alta resolución que han ido apareciendo últimamente han puesto el listón muy alto, y la demo que surgió hace unas semanas ha cumplido sobradamente lo que se prometía. Todos los aficionados a la velocidad esperábamos este título como agua de mayo. ¡Prepárate para quemar rueda!
Si eres aficionado a los juegos de motociclismo seguro que conoces a Climax. Ellos son los responsables de una de las mejores sagas de velocidad sobre dos ruedas, los MotoGP. Con esta serie de títulos han conseguido un equilibrio perfecto entre lo arcade y a la vez una gran autenticidad, lograda en base a la sensación de velocidad y a unos controles y un comportamiento de la moto que, si bien quedan lejos de la simulación, ofrece grandes posibilidades y unas reacciones del vehículo razonablemente realistas.
Grand Prix
El juego dispone de varios modos de juego. Para empezar dentro del single player encontramos el modo carrera. Nos permitirá crear un personaje y una escudería, y tras personalizar su uniforme y moto, enfrentarle a los 17 circuitos oficiales del MotoGP. A la hora de preparar cada carrera podemos hacer un más que recomendable reconocimiento de terreno en las rondas de entrenamiento, y además conocer los mayores retos del circuito con la opción desafío; que nos ofrecerá dos ejercicios de conducción basados en tramos complicados de cada circuito que debemos superar contrareloj. Es “carrera” el más interesante de los estilos de juego, pues a esta competición por puntos se une las progresivas mejoras de nuestra conducción que se van adquiriendo según se logran los citados desafíos y se ganan carreras. El método es sencillo, se nos premiará con una serie de puntos que repartiremos entre cuatro características concretas de la conducción, para ir mejorando en las partes que estimemos convenientes y más se asemejen a nuestro estilo.
Extreme nos permitirá usar nuestras motocicletas en carreras alternativas por las calles. Aquí encontraremos tres ligas, divididas en 600cc, 1000cc, y 1200cc. La idea es ir accediendo a las demás desde la más baja, y ganar dinero en las competiciones para gastarlos en motos y mejoras. Este modo no se desbloquea hasta lograr completar una temporada de GP.
El juego, al igual que sus entregas anteriores, tiene todas las licencias de los circuitos, las motos y los pilotos; y en el modo carrera te permite elegir entre las temporadas 2005 y 2006. Son detalles muy de agradecer, que ayudan mucho a “creernos” lo que estamos viendo.
Por supuesto también dispone de los clásicos modos de carrera rápida, que nos permitirá elegir entre GP y Extreme, la cilindrada, y además detalles como la moto, la duración, el circuito o la dificultad.
A la hora de crear una partida online podremos elegir entre las clásicas partidas igualadas o “de jugador”; el modo Xbox Live ofrece divertidas competiciones en carreras de tipo exhibición contra humanos. También es posible enfrentarse a otros en los modos de acrobacias, en los que nos darán puntos por ponernos sobre una sola rueda, o realizar cualquier tipo de movimiento desafiante. Así mismo el juego también dispone de la típica pantalla dividida para correr con otra persona.
Bestias de dos ruedas
Los controles son otro de los puntos fuertes de esta saga. La dinámica y el espíritu de sencillez y a la vez de múltiples posibilidades sigue presente. Como siempre tendremos un botón para acelerar, uno para frenar y uno para mirar atrás. Nos desplazaremos con el stick izquierdo, e incluso podremos modular la inclinación del cuerpo del piloto para ganar velocidad o reducirla, inclinándonos o levantándonos respectivamente. Con los botones frontales controlaremos las marchas, y con los gatillos el freno de la rueda delantera y trasera. Este sistema de frenado tan particular y que nos viene acompañando desde los anteriores MotoGP, aporta un sensacional componente en el manejo y llena de matices la conducción de la motocicleta.
La dificultad es la correcta, ya que sin ser un simulador si que nos tendrá en vilo en cada carrera, sabiendo que en los niveles de dificultad medios y altos cada error puede ser fatal. Un error serio de este título y de sus antecesores es la previsibilidad de la inteligencia artificial, que además de no cometer errores nunca (rara vez veremos una moto del rival por el suelo si no hemos provocado nosotros un accidente), tiene unas rutinas repetitivas y a las que suele ser fácil anticiparse. El aumento de dificultad simplemente aumenta la velocidad de los rivales, no su comportamiento en pista. Una verdadera pena, hubieran sido cambios de nivel más serios si se observara una mayor agresividad en los rivales o unos trazados de curvas más apurados por su parte.
Existe un componente importante de personalización. Como ya hemos señalado podremos elegir los colores de nuestro traje o los de la moto, además podremos diseñar el logo de nuestra escudería. Por otro lado en el garaje podremos controlar pequeños pero importantes detalles como el tipo de neumáticos, la dureza de la suspensión o las distancias entre las ruedas delantera y trasera.
Tecnología
El acabado del juego es excelente, aunque quizá queda lejos de lo que se nos prometió en un principio. Las motocicletas y los pilotos gozan de un nivel de detalle soberbio.
También podemos decir lo mismo de los efectos tales como la luz y los reflejos, que tienen un nivel altísimo. Algunas texturas en cambio son extremadamente pobres, y una cierta desatención en lo que a los elementos del decorado se refiere hacen resentirse al conjunto del apartado gráfico. También es cierto que presenta ligeros problemas gráficos como la constante presencia del siempre desagradable efecto de “clipping”, gracias al cual en algunas ocasiones pasaremos por en medio literalmente a las motos de los rivales, o cuando caigamos al asfalto nos atravesarán los contrarios. En algunas ocasiones también hay ligeros pequeños problemas de sombras, viéndose pixeladas, a muy baja resolución.
El simulador de colisiones no es demasiado convincente. Si bien tras chocar, la motocicleta y el piloto saldrán despedidos con una notable carga de realismo, y con un excelente uso de la física, los propios impactos no parecen correctos. Ya sean roces con vehículos de rivales, o brutales impactos contra elementos del escenario no parecen haber sido tratados con tanta seriedad como otros aspectos del juego. Además de ello seguimos observando el mismo defecto que en el resto de la saga MotoGP, y es que en un choque contra un piloto dirigido por la CPU tenemos todas las de perder, ya que caeremos solos al suelo en el 90% de las ocasiones.
El apartado sonoro deja un regusto amargo. Los efectos de sonido han sido cuidadosamente trabajados, y cada motocicleta suena distinta de las demás, poderosa y potente; sólo pueden ser calificados de sobresalientes, y contribuirán muy mucho a la inmersión en el título. La música por otra parte es uno de los peores apartados del juego y parece sorprendentemente desatendido. Durante los menús escucharemos siempre una correcta canción de música electrónica, pero en las propias carreras los temas son muy pobres, y básicamente se basan en flojos loops musicales, de muy breve duración y de estilos electrónicos y rockeros, que se repiten incesantemente y que pueden acabar con la paciencia de cualquiera. Por suerte podremos bajar el volumen de la música y el del resto de efectos y preparar una ecualización a nuestro entero gusto.
Otro de los defectos son las pantallas de carga angustiosamente largas. Cada vez que accedamos a una carrera o desafío nos encontraremos una tediosa pantalla de carga. Los desarrolladores han tratado de aligerar lo pesado de la espera añadiendo una serie de consejos en la parte inferior, pero ni aún así nos salvan del aburrimiento.
Sin grandes diferencias con respecto a su antecesor llega esta nueva entrega de MotoGP, dispuesta a revalidar su trono de los juegos de velocidad sobre dos ruedas. Sus argumentos son sólidos: un buen apartado gráfico, un excelente trabajo en los efectos de sonido y una estupenda jugabilidad. Un juego largo, repleto de posibilidades y con buenos modos para Xbox Live. Si eres aficionado al motor no te lo puedes perder.
