Acción, simpatía y diversión multijugador se dan la mano en este título exclusivo para Wii U. Se trata de una propuesta muy simple y directa, en la cual debemos controlar tanques y arrasar con todo lo que aparece en pantalla.
Namco-Bandai es sin duda una de las compañías que más están apoyando el lanzamiento de la nueva máquina de Nintendo, Wii U. Y es que los nipones van a lanzar hasta cuatro juegos diferentes para esta consola, siendo dos de ellos exclusivos para la misma: el party game Family Party: 30 Great Games (que más adelante analizaremos en estas mismas páginas) y este que nos ocupa, Tank! Tank! Tank! Como veis los desarrolladores no se han exprimido el coco dando forma al nombre de su producción, algo que tampoco ha ocurrido en su propuesta y puesta en escena ya que ambas son simples y directas a más no poder.
Destrucción brutal
Si hay algo que hacer en este juego de acción es apretar el gatillo. Hasta la extenuación. Y es que la propuesta de este título se apoya fuertemente, al igual que ocurriera en el arcade recreativo en el que se basa esta producción, en la acción por bandera. Nuestro cometido es el de asumir el control de un tanque y, nivel tras nivel, ir eliminando a las hordas de insectos y monstruos de todos los tamaños y formas que van apareciendo en imagen. Y ya está. No hay hueco para nada más en este título, es decir, ni toques de rol, exploración, puzles, aventura, plataformas ni tan siquiera estrategia.
Y aquí es donde encontramos uno de los principales quebraderos de cabeza que nos propone este título, que no es otro que valorar la jugabilidad. Y es que en función de los gustos de cada usuario, habrá quienes encuentren esta propuesta monótona hasta el infinito mientras que a otros jugadores les parecerá, al menos, entretenida. Lo que sí que tenemos claro es que algunas dosis de táctica-estrategia o incluso de exploración no le hubieran venido nada mal a esta propuesta, que desde luego es básica hasta el extremo.
Para aniquilar a tanto mal bicho disponemos de un surtido de armas realmente suculento, armamento que hará temblar incluso a los jefes finales a los que hay que hacer frente. Ametralladoras, bolas de plasma, lanzallamas, misiles de gran tamaño y demás lindezas destructivas se encuentran repartidas por los decorados para que, al ser recogidas por nuestro tanque, pasen directamente a formar parte de su arsenal. Y no os preocupéis por el manejo, ya que basta un par de botones más el stick de control (o incluso la cruceta digital si jugamos con el Wiimote en lugar del GamePad) para tenerlo todo bajo control.
Mejor en compañía
El título incluye varios modos de juego diferentes. Y de todos ellos el modo historia (llamado Misión de Historia) es el más flojo. Y lo es porque aparte de resultar corto, los niveles de diversión que arroja no son comparables, ni de lejos, a los que nos ofrecen el resto de modalidades multijugador. Eso sí, cabe destacar que esta modalidad permite la participación de dos jugadores en cooperativo, opción de la que es posible disfrutar plenamente debido a un detalle importante: el uso del GamePad. Y es que gracias a esto el jugador que lo tiene en su poder puede jugar directamente en la pantalla del mismo, dejando la televisión al completo para seguir las evoluciones de su compañero.
Además a medida que avancemos podemos ir desbloqueando nuevos tanques, hecho que aunque no aporta demasiado a la experiencia, por lo menos añade un mínimo de variedad.
Pero como decimos, son los modos multijugador los que nos ofrecen las cotas más altas de diversión. Hasta cuatro jugadores pueden verse inmersos en modos de juego clásicos como enfrentamientos por equipos o todos contra todos. De estas opciones llama la atención la llamada modalidad Mi Kong, la cual incita a un jugador a convertirse en un mono gigante que debe aplastar al resto de jugadores, quienes deben tratar de hacer morder el polvo a dicho simio colosal. Y como toque de gracia, es posible personalizar cada uno de los iconos que aparecen en los tanques sacándonos una foto de nuestro careto (o de lo que sea). Curioso.
Sin embargo estos modos multijugador arrastran un problema grave: la ausencia de juego online. Y dada su importancia, nos parece incomprensible que no se hayan incluido, lastrando de manera importante parte de la diversión que podrían traer consigo dichas modalidades. De haberse incorporado, seguramente el título hubiera aumentado sensiblemente su valoración final.
Sencillez técnica
Todo el espíritu de sencillez que presenta el título se extiende también a sus aspectos técnicos, siendo uno de los juegos de lanzamiento de Wii U más flojitos en este sentido.
La recreación de todos los objetos, tanques y adversarios que se dan cita en imagen no pasan de correctos (siendo generosos), y de lo único que pueden presumir en algunos casos es de poseer un tamaño descomunal. Pero tanto unos como otros poseen un nivel de detalle muy bajo, están representados con un número ínfimo de polígonos y sus texturas no son precisamente las mejores que hemos contemplado nunca. Es cierto que el juego rebosa simpatía y desparpajo, pero pensamos que una cosa no quita a la otra. Por lo menos se podrían haber incluido efectos más o menos trabajados para las explosiones y demás, elementos que abundan en el título y que le hubieran otorgado un puntito extra de atractivo visual, pero no ha sido así.
Y esto mismo se entiende al apartado sonoro, si bien en este caso por lo menos los efectos de sonido sí que resultan contundentes y relativamente variados. Y además las voces (escasas) que se dan cita en el juego, están dobladas a nuestro idioma.
La simpleza y la experiencia multijugador son, por lo tanto, los valores más interesantes que nos depara este título de acción. Pero sin lugar a dudas queda condicionado por su pobre aspecto gráfico, limitada jugabilidad si jugamos en solitario y su extrema simplicidad de su propuesta. Si se hubieran añadido funciones online…
Este título exclusivo de Wii U da lo mejor de sí cuando es disfrutado en compañía, pero es una pena que dicha experiencia se limite mucho al no contemplar modos online.
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