No es ningún secreto que NBA 2K13 es el actual rey de la simulación en materia de basket del mercado, y de lejos. Por eso mismo esperábamos con ganas esta nueva edición del título destinada a sistemas iOS, entrega que ofrece luces y sombras.
El mejor simulador de basket del momento, NBA 2K13, se presenta en los sistemas iOS con una versión que ofrece grandes aciertos pero, por desgracia, también arrastra importantes defectos que le alejan de la grandiosidad disfrutada en las ediciones para consolas y PC.
[t]Picos y valles[/b]
Como simulador oficial, estamos ante un título que nos ofrece todos los equipos, jugadores y pabellones reales que se dan cita en la mejor y más competitiva liga de basket del planeta. Y gracias a eso y al buen nivel técnico que ostenta el juego, el realismo alcanza cotas bastante elevadas.
Antes de comenzar cada partido es posible escoger entre varias opciones de juego, incluyendo varias modalidades individuales y juego multijugador tanto online como mediante conexión local. En este caso la gama de modos no es, ni de lejos, igual de generosa que la contemplada en las versiones domésticas, pero para tratarse de un título iOS, nos damos por satisfechos.
Ya sobre la cancha, el juego desprende simulación por los cuatro costados. De esta forma es posible presenciar encuentros realmente excitantes y jugadas de todo tipo, desde bloqueos directos a defensas agresivas o picks and rolls. Sin embargo no es fácil materializarlas con éxito, y eso se debe a un irregular sistema de control que no termina de ser lo suficientemente preciso ni profundo, y eso que disponemos de dos opciones principales para configurarlo: la tradicional con botones y stick virtuales, a la que se une otro mucho más sencillo tipo "slide and play". Pero como os decíamos ninguna de las dos termina de responder perfectamente y, debido a esto, la jugabilidad nunca es lo fluida que debería, algo que afecta mucho –negativamente- a este tipo de títulos.
Pero más grave aún es la inestabilidad que presenta el juego en sí. A pesar de los parches de por medio que los desarrolladores han lanzado para intentar paliar el panorama, durante las partidas es posible sufrir todo tipo de inconvenientes graves que afectan ya no sólo a la fluidez a la que transcurre el juego, sino a su funcionamiento: crashes y reseteos en los que el dispositivo se queda en negro se dan de cuando en cuando durante las partidas, independientemente de la modalidad en la que nos encontremos jugando. Y por mucho que nos duela, es difícil pasar por alto estos graves defectos.
Y es una pena, porque se nota que los desarrolladores han puesto empeño en dotar a esta entrega portátil de la calidad suficiente, como advertimos en la parcela audiovisual. De esta forma el apartado gráfico alcanza un nivel notable, con jugadores bien animados y (al menos los más importantes) totalmente reconocibles, a los que se añaden pabellones de buena factura y una ambientación de lujo. Es cierto que por el camino se han quedado atrás los comentarios en castellano que sí que incorporan las versiones domésticas, pero aún así el apartado sonoro es igualmente convincente.
Esperábamos una entrega realmente interesante y recomendable de este título pero, por problemas técnicos, ésta no se ha convertido en realidad… al menos de momento, porque sí que es cierto que si logran solucionar estos defectos técnicos (mediante parches o cualquier otra solución), estaríamos ante un título mucho más atractivo.
Problemas de funcionamiento y un sistema de control que no termina de ajustarse bien al desarrollo de los partidos merman la calidad de un título que, por otra parte, también posee un buen ramillete de cualidades llamativas.
