Análisis de Crackdown

Análisis de Crackdown
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El esperado título de Real Time Worlds por fin llega a nuestro país. Tras el descomunal éxito de descargas de la demo, el juego llega con ganas de confirmar las excelentes maneras que lleva ya meses apuntando, y demostrar que no se trata sólo del acompañamiento de la beta de Halo 3.

Cuando se anunció Crackdown todo el mundo pensaba que el nuevo trabajo de Dave Jones (uno de los creadores de Grand Theft Auto) sería una copia de la saga que le hizo famoso. Poco a poco se ha demostrado que Crackdown es un proyecto único, con numerosos elementos diferenciadores y una jugabilidad excelente, marcada por las enormes dosis de libertad y la posibilidad de disponer de una ciudad entera para hacer lo que queramos con ella… Siempre desde el bando de la ley, claro está.

La acción más descerebrada
Si buscas un juego sesudo y pausado, definitivamente Crackdown no es tu juego. Adrenalínico, disparatado, frenético, vertiginoso, descerebrado… los adjetivos se agotan ante el desarrollo de este juego.

El argumento, en síntesis se reduce a: superpolicía vs bandas de gangsters que campean a sus anchas por Pacific City. Y realmente no hay mucho más que contar. No hay una historia ni una narración convencional, desde Real Time Worlds se han tomado en serio lo de juego “open-ended” y han realizado un título con un nivel de libertad totalmente enfermizo. Esto a corto plazo es apasionante, pues nuestro libre albedrío no resulta recortado por un hilo argumental que encorsete nuestras acciones, pero por otro lado puede resultar exasperante a largo plazo para aquellos jugadores que necesitan de una cierta historia que guíe sus acciones.

Tampoco hay diálogos o conversaciones con ningún personaje, la única interacción con otros habitantes de la ciudad es la voz de nuestro mentor, que nos acompañará a lo largo de toda la aventura dándonos consejos, muy útiles al principio, pero un tanto tediosos según avanza el juego.

Lo único que sabemos es que debemos acabar con los capos de las diferentes bandas de criminales que pueblan los archipiélagos, y que para ello es conveniente acabar antes con los jefes de las diferentes ramificaciones de sus negocios (es decir vehículos, armamento, preparación física, etc.). Al acabar con cada uno de esos jefes iremos debilitando cada uno de esos factores de la banda rival, y se nos comunicará, en forma de porcentaje, las posibilidades de éxito que tenemos al enfrentarnos con este capo.

Un súper poli, unas súper habilidades, bandas mafiosas, acción a raudales… ¿qué falta? Pues un arsenal de pistolas, ametralladoras, escopetas y lanzacohetes, que nuestro hombre no dudará en utilizar.
Un súper poli, unas súper habilidades, bandas mafiosas, acción a raudales… ¿qué falta? Pues un arsenal de pistolas, ametralladoras, escopetas y lanzacohetes, que nuestro hombre no dudará en utilizar.

Para acabar con estos personajes, que generalmente se encuadran en sus mansiones o en sus negocios a lo largo de las islas, disponemos de un buen número de posibilidades. Si lo que te va es la marcha ya sabes, coges un vehículo pesado te armas hasta los dientes y entras a saco por la puerta principal; si por el contrario buscas el factor sigilo podrás arremeter contra la banda atacando desde los tejados y buscando el punto débil y más directo para acabar con el jefe; si prefieres la sorpresa generalmente dispondremos de alguna entrada alternativa a la base enemiga, por lo general alguna gruta en la trasera de la mansión o una entrada escondida.

Será conveniente entrenar duramente antes de hacer frente a estos jefazos, y es que el tratamiento del protagonista marca uno de los puntos diferenciadores del juego con respecto a otros del estilo GTA, y se convierte en uno de los mayores desafíos de este título. Si bien no podemos personalizar a nuestro super-policía, si que podremos escoger entre varias apariencias, y también potenciar las habilidades que más empleemos.

Sangre, sudor y lágrimas
La evolución de nuestro personaje es uno de los aspectos que más llaman la atención al afrontar el juego. Nuestro super-policía tiene una serie de habilidades que podremos potenciar empleándolas a lo largo de la aventura. Las disciplinas son fuerza física, conducción, capacidad atlética, habilidades con los explosivos y efectividad con las armas de fuego.

Como ya hemos señalado “el movimiento se demuestra andando”, y será ejercitando todas y cada una de ellas como lograremos aumentarlas. Es decir, si queremos mejorar nuestras dotes de conductor nada como dar unos paseos con el coche y atropellar a los miembros de las bandas. Si lo que deseamos es progresar en las habilidades con explosivos deberemos emplearlos para acabar con los rivales, y así sucesivamente. La tarea no es tan sencilla como parece en un principio, ya que el aumento de la destreza del personaje se desarrolla mucho más despacio que en la demo recientemente publicada donde, para agilizar la toma de contacto con el juego, se aceleraron mucho las subidas de nivel.

Lanzar tremendos objetos a distancia, dar saltos estratosféricos, correr como un poseso… todo en Crackdown está magnificado y con una única idea en la mente: acción desenfrenada y lo más espectacular posible.
Lanzar tremendos objetos a distancia, dar saltos estratosféricos, correr como un poseso… todo en Crackdown está magnificado y con una única idea en la mente: acción desenfrenada y lo más espectacular posible.

No obstante la curva de progreso ha sido ágilmente trazada e iremos descubriendo de forma fluida y constante, como nuestras habilidades se van potenciando progresivamente, cada vez saltaremos más alto, correremos más deprisa y tendremos más fuerza para levantar objetos, pudiendo sostener con nuestros brazos incluso vehículos para arrojar a los enemigos.

Asimismo, y otro de los factores que alejan a las mejoras del protagonista de ser un juego de niños, es el hecho de que las acciones deben enfocarse a acabar con los enemigos. Esto es un juego de herencia GTA, pero en éste encarnamos a un policía y nuestras responsabilidades y deberes andan sensiblemente alejados de las de los criminales de la saga de Rockstar. Como agentes de policía que somos deberemos respetar la ley, y si bien algunas bajas civiles son tolerables, si acabamos con demasiados inocentes nuestros colegas de la policía intentarán abatirnos y nuestras mejoras irán mermando. Es decir que de poco servirá para mejorar nuestra habilidad de conducción el hecho de que hayamos atropellado a diez criminales si por el camino hemos acabado con cincuenta civiles. Igualmente se reducirá nuestra habilidad con los explosivos si mueren inocentes por su uso indebido, y también decaerá nuestra barra de habilidad con armas de fuego si abatimos a inocentes con ellas.

Nuestro objetivo es tan claro como difuso: acabar con las mafias y sus secuaces. El método, salvo por los consejos que te dará tu mentor, deberás descubrirlo por ti mismo, ya que Crackdown apuesta por un mundo abierto y totalmente libre.
Nuestro objetivo es tan claro como difuso: acabar con las mafias y sus secuaces. El método, salvo por los consejos que te dará tu mentor, deberás descubrirlo por ti mismo, ya que Crackdown apuesta por un mundo abierto y totalmente libre.

Cuando se haya producido un salto de nivel en cualquiera de las disciplinas un aura de forma expansiva rodeará a nuestro personaje, y se nos informará de en que hemos mejorado y en que nivel de destreza nos encontramos. Para la habilidad de agilidad y potencia atlética se han distribuido una serie de orbes de color verde, hasta quinientos a lo largo y ancho de la ciudad, por cada uno de ellos obtendremos un leve incremento en la barra de la destreza; y asimismo podremos mejorarla participando en las espectaculares carreras por los tejados. Éstas se encuentran fácilmente buscando los focos de color verde que se distribuyen por la ciudad, y que nos permiten participar en frenéticas luchas contra el reloj saltando de un tejado a otro de forma espectacular. Al mejorar las habilidades atléticas correremos más rápido y saltaremos más alto. También hay una serie de orbes secretos que potencian todas las habilidades al mismo tiempo.

La habilidad de conducción también presenta la posibilidad de ser ejercitada en carreras a lo largo de la ciudad, aunque estas son menos disparatadas y más convencionales.

Muerte y destrucción
Gráficamente el juego es una grata sorpresa. Atrás quedan las dudas que se generaron con los primeros videos publicados hace meses, la evolución ha sido mayúscula y se trata de una nueva demostración de lo que el versátil aunque injustamente denostado motor gráfico Renderware, todavía es capaz de dar de si.

Los gráficos, que utilizan una técnica similar al cel-shading que tan popular hizo XIII hace unos años, son excelentes, y desde las construcciones a los personajes pasando por los vehículos, todo cumple a la perfección. Este particular estilo que da a los juegos que lo emplean un particular aspecto a caballo entre el cómic y una apariencia casi bidimensional, encaja a la perfección con la temática de policías-superhéroes que plantea con tanto acierto Real Time Worlds.

Por otro lado el diseño artístico es sobresaliente, y sólo hay que prestar un poco de atención a las majestuosas construcciones que pueblan la ciudad para darse cuenta de ello. Por ejemplo el barrio chicano está repleto de edificios relativamente bajos y un tanto deslavazados; sin embargo, por ejemplo, el barrio dominado por la banda oriental, es tecnológicamente mucho más avanzado y dispone de unos majestuosos edificios que parecen beber de la histérica arquitectura pseudos-futurista de algunos países como Dubai.

Los vehículos, no obstante, ya no están tan bien logrados, y si bien todos presentan un aspecto óptimo, la mayoría da la impresión de que se podían haber trabajado un poco más. Lo mismo podemos decir de los personajes, que acusan un reciclaje excesivo de los modelos, y donde algunos de ellos tienen un aspecto un tanto descuidado.

Las animaciones del personaje principal están muy bien realizadas, especialmente la del salto, sin embargo algunas como la de la carrera según se van potenciando parecen un tanto descoordinadas, produciendo un efecto un tanto amargo.

En nuestra lucha contra los criminales podremos hacer uso de toda clase de vehículos que encontremos a nuestro paso, desde utilitarios a furgonetas, pasando por bestiales todoterrenos.
En nuestra lucha contra los criminales podremos hacer uso de toda clase de vehículos que encontremos a nuestro paso, desde utilitarios a furgonetas, pasando por bestiales todoterrenos.

El motor gráfico Renderware es capaz de mover sin despeinarse todo este entorno con unas texturas de gran calidad, y por si fuera poco con una distancia de dibujado nunca antes vista, sin caídas de frame rate. Podremos subirnos a lo alto de un rascacielos y ver como en el horizonte están las otras islas representadas con todo lujo de detalles, y observar a nuestros pies la circulación descuidada de los habitantes de la ciudad.

Crackdown utiliza Havok como motor de físicas, y hemos de decir que el trabajo es espectacular. Las explosiones, las caídas y las reacciones de los objetos son sobresalientes, aunque se echa de menos algo de interacción con los peatones.

El sonoro es un apartado correcto pero no deslumbrante. Crackdown ha llegado a nuestro país completamente traducido y doblado al español, lo cual en esta clase de juegos, debido a su extensión, no es lo normal. Es de agradecer por lo tanto el esfuerzo de Microsoft y Real Time Worlds. El trabajo de localización ha sido bastante bueno, aunque peca de repetitivo con algunas frases de los enemigos del tipo “¡¡hora de matar!!”, que sonará cada vez que nos acerquemos a algún miembro de la banda de los hispanos.

La música sigue el estilo GTA, es decir canciones tan sólo cuando vamos al volante, y emplea también el sistema de licencias, dejando al juego sin un “score” propio. La elección de los temas es coherente, y según en que barrio estemos pasaremos del hip-hop spanglish de Molotov o Control Machete (a los que ya conocíamos de Total Overdose) a la electrónica de los correctos Celldweller. La calidad de los cortes es irregular, y mientras que algunos temas son francamente buenos, otros se hacen muy molestos; por suerte podremos saltar de una canción a otra con los botones del mando.

Conclusiones
Crackdown es un juego realmente bueno. Su campaña no es particularmente larga, pero si nos dedicamos a acabar con todos los jefes y a buscar la totalidad de orbes, su duración se puede ver exponencialmente aumentada. Asimismo, la posibilidad de afrontar el juego en modo cooperativo, a través de Xbox Live resulta divertidísima, aunque desgraciadamente se ha suprimido la posibilidad de disfrutarlo en pantalla dividida como inicialmente se prometió.

Los logros, por si fuera poco, están repletos de desafíos interesantes como escalar el edificio de la agencia (tarea titánica), o mantener un vehículo volando en el aire un determinado tiempo mediante explosivos.

Contaremos con habilidades divididas en cinco categorías: armas, conducción, fuerza, salto y manejo de explosivos. Para potenciar cada una de ellas será necesario practicar y entrenar. A más esfuerzo, más efectividad.
Contaremos con habilidades divididas en cinco categorías: armas, conducción, fuerza, salto y manejo de explosivos. Para potenciar cada una de ellas será necesario practicar y entrenar. A más esfuerzo, más efectividad.

Hablamos de un juego vertiginoso y frenético, donde el uso de las armas y nuestra velocidad a la hora de cubrirnos y disparar sobre los enemigos determinará el éxito de las misiones. El hecho de que la energía se recobre al agazaparnos y de que se pueda reponer la munición en cualquier momento, contribuye a aumentar la velocidad de este juego hasta límites insospechados; y muchos usuarios ávidos de destruir cuanto se mueva disfrutarán con la posibilidad de hacer las mayores barbaridades, tales como escalar rascacielos o amontonar vehículos para hacerlos saltar por los aires lo más lejos posible.

Muy Bueno

Sin sello

Crackdown

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Crackdown es exactamente lo que se nos prometió. Lejos de ser un clon de GTA, presenta las suficientes novedades y reformulaciones del género como para ser considerado una propuesta independiente y muy a tener en cuenta. Una jugabilidad disparatada basada en la destrucción sin más excusas, y un sistema de progresión del personaje apasionante son sus mejores bazas. Tan sólo se le puede reprochar una duración razonable pero no sobresaliente, y una cierta sensación de desamparo al no disponer de un hilo argumental que seguir.

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