Vuelve Double Dragon, vuelve el más grande. Todos los que acudíamos a las salas recreativas con los bolsillos llenos de cambio recordamos cariñosamente este título, del que son deudores todos los beat´em ups del pasado, un género en plena decadencia. Con todas sus virtudes y sus defectos, Double Dragon de Xbox Live Arcade es totalmente fiel al original.
En Double Dragon encarnaremos a Billy o a Jimmy Lee, una pareja de hermanos expertos en artes marciales que se enfrentan a un grupo de matones que han secuestrado a la novia del primero. Como se puede ver el juego tiene esa deliciosa inocencia y sencillez argumental de los juegos de antaño, toda la historia se explica con los aproximadamente 5 segundos de secuencia inicial, en la que con un puñetazo y una mujer cargada al hombro, se nos pone al corriente de la situación en un ejercicio de minimalismo narrativo digno de encomio.
Y es que lo importante aquí son los mamporros, y el festival es de campeonato. La innumerable colección de matones discotequeros de pueblo que llenan las calles de Double Dragon serán nuestro único objetivo. No hay puzzles, no hay llaves y desde luego no hay diferentes caminos entre los que escoger, acabar con todos y proseguir nuestro avance es la única meta.
El sistema de combate sigue, contra todo pronóstico, resultando bastante acertado y actual. Podemos dar puñetazos y patadas e incluso realizar algunos combos bastante limitados que incluyen patadas voladoras y ataques algo más complejos. Así mismo también podremos recoger armas y emplearlas contra nuestros rivales.
Breve pero Intenso
Sorprende su reducido precio, 400 Microsoft Points, pero teniendo en cuenta la brevedad de su campaña individual nos parece justo, e incluso si nos apuran hasta algo excesivo. La posibilidad de jugar la historia en solitario o en cooperativo on y off-line alarga algo la vida del juego, pero teniendo en cuenta que su duración ronda los 20-25 minutos, no sería satisfactorio si no fuera una experiencia tan divertida.
Lamentablemente estamos ante un juego que ha envejecido fatal. Su rudimentario desarrollo deja poco espacio a los estándares de rejugabilidad tal y como los conocemos ahora. Hace quince años nos lo terminábamos una y otra vez simple y llanamente porque teníamos poco más donde elegir, pero actualmente resulta complicado recomendar Double Dragon fuera del cada día más reducido circuito de los nostálgicos.
Algunos problemas técnicos enturbian el juego. Entre otros los más notorios son las ciertas ralentizaciones, que a pesar de que también estaban en la versión original seguramente nadie echaría de menos si las hubieran solucionado; así como los problemas de lag que en más ocasiones de las deseadas plagan el cooperativo on-line.
Double Dragon es un juego que todo el mundo debería probar al menos una vez, sobre todo debido a su importancia en la industria del videojuego en general y al género de las peleas callejeras en particular. La posibilidad de jugar con los gráficos de la versión antigua o con los ligeramente remozados de la actual ofrece la experiencia jugable original plena, que se ve acompañada por su magnífica y añeja banda sonora. Su ridícula duración se ve compensada por su reducido precio. Un imprescindible para nostálgicos, y un recomendado con matices para neófitos.
