Análisis de Master of Orion. Tributo a un clásico

Análisis de Master of Orion. Tributo a un clásico
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Ha vuelto un clásico. Ha vuelto Master of Orion veinte años después de su último episodio y con él, regresa uno de los padres de la estrategia 4X. Una gran responsabilidad para Wargaming y NGD Studios, que nos dejan con un buen videojuego, pero no esa gran obra maestra que esperábamos. Demasiado conservador en algunos aspectos y algo simple en otros, regresamos de las estrellas para contaros en este análisis de Master of Orion todo lo necesario sobre esta aventura espacial.

Si nos quedamos con la esencia jugable, con las opciones que pone a nuestro alcance, no hay dudas que valgan. Master of Orion, el regreso de una de las sagas de estrategia más queridas e influyentes de la historia, es bien recibido. ¡Más que eso! Nos alegra que esté de vuelta y que lo haga con tan buena salud. Pero si hablamos de las sensaciones, de lo que transmite… la percepción es algo distinta. Nos gusta, claro que nos gusta, pero a la vez sentimos que le falta algo. Más ambición a la hora de encarar nuevos horizontes, de apostar por innovaciones jugables como han hecho otros videojuegos del estilo; pero sobre todo, lo que nos deja con un regusto amargo es que rara vez consigue emocionarte; ilusionarte con esa idea primigenia con la que la humanidad ha crecido: viajar a las estrellas para vivir grandes aventuras.

Algo de eso hay, claro, pues en momentos puntuales de la partida Master of Orion saca a relucir su mejor cara, creando un apasionante escenario de ciencia ficción donde, cuando menos te lo esperas, pueden suceder grandes cosas. El problema es que son eso, momentos puntuales, pequeñas píldoras en un mar de anodina calma que ciertamente daba para mucho más. Y no es por decir. Si te fijas exclusivamente en todo lo que puedes hacer durante tu viaje espacial, Master of Orion deja claro que es un buen juego de estrategia 4X que cumple en todos y cada uno de sus apartados. Diplomacia, espionaje, comercio, guerra, exploración… nada falta aquí. Además, presentado de forma clara, sencilla, para que los más nuevos puedan adaptarse rápido a la acción por turnos que plantea este videojuego desarrollado por NGD Studios y Wargaming.


Respeto por su legado

El objetivo era traer de vuelta Master of Orion y ¡aquí está!, un fiel sucesor del original como muchos pedían, que sin embargo poco hace por intentar mejorar el legado de sus antecesores, obviando los muchos avances que el género ha experimentado en los últimos veinte años. Le pasa factura. Aunque es un videojuego muy completo y, ciertamente, también aporta novedades con respecto a otros capítulos de la franquicia, en algunos puntos se siente anticuado, demasiado simple. Buen ejemplo de ello lo encontramos en las once civilizaciones a las que podemos encarnar.

Hay cerca de 75 tecnologías por investigar. ¿Qué camino seguirás? Un rápido vistazo al árbol tecnológico te permitirá conocer las opciones a tu alcance.
Hay cerca de 75 tecnologías por investigar. ¿Qué camino seguirás? Un rápido vistazo al árbol tecnológico te permitirá conocer las opciones a tu alcance.


Cada una de ellas tiene características propias como la pasión por el comercio, la guerra, el espionaje o la afinidad a cierto tipo de planetas, pero son diferencias superficiales y poco variadas entre sí. Cambia la estética, no así el funcionamiento de la partida, que suele ser muy parecido independientemente de la especie alienígena por la que optemos. Es lo que tiene compartir un mismo árbol tecnológico, armas y naves; que todo resulta demasiado familiar, mecánico por así decirlo. Repites una y otra vez las mismas decisiones, los mismos caminos, ya seas un reptil, un robot o lo que sea que se te pase por la cabeza, pues en este punto, tienes libertad para crear una nueva especie con sus propias particularidades. De nada sirve.

Hay poco margen para las sorpresas, para dejarse llevar, cometer locuras y ver qué ocurre. Puedes hacerlo, claro, pero no al nivel de otros lanzamientos recientes. Si te va el combate, puedes ser el más despiadado de los señores de la guerra; u optar también por el camino de la paz, por la vía diplomática, llegando al punto de construir un Fondo Monetario Galáctico con el que mejorar tus relaciones con otras civilizaciones mientras te enriqueces con el comercio; o por qué no, ser un canalla y, con una buena red de espionaje, acabar con los enemigos desde las sombras. Hay opciones, ya lo decíamos antes, pero rara vez tienes la sensación de formar parte de un universo vivo, en constante evolución, que te tiente a seguir adelante probando nuevas estrategias. Y es una auténtica lástima porque el universo de Master of Orion da mucho juego.

Estos simpáticos robots informarán de las novedades que acontezcan en la galaxia. A veces pueden ser un poco cansinos así que no dudéis en "cancelar" el programa si os aburren. ¡No se van a quejar!
Estos simpáticos robots informarán de las novedades que acontezcan en la galaxia. A veces pueden ser un poco cansinos así que no dudéis en "cancelar" el programa si os aburren. ¡No se van a quejar!


Tienes libertad para gestionar tu imperio como desees, pero las opciones son las típicas, las de toda la vida, sin aportar ni una pizca de originalidad al conjunto. Sí, se añaden opciones curiosas como la contaminación, que mermará la felicidad de los ciudadanos; pero estos son detalles con poco peso real en la acción. La investigación de nuevas tecnologías, la construcción de una flota estelar, la posibilidad incluso de personalizar con gran detalle todas y cada una de las naves… ya apuntábamos que Master of Orion es una secuela digna del gran legado de esta franquicia, pero si nos quedamos con las sensaciones, algo falla. Y ese algo tiene que ver con la exploración, o más bien, con la falta de motivación para salir al espacio a descubrir las estrellas.

La apuesta por un sistema de combate en tiempo real es uno de los cambios más acertados

Ese es el objetivo final, es imprescindible hacerlo para alcanzar la victoria, y sin embargo, al videojuego le cuesta meterte de lleno en la acción. Le falta una narrativa más trabajada, pero sobre todo, un desarrollo de la partida más fluido, más natural, para que sientas que cada paso que das deja su huella en el universo. Ahora mismo, y aun con todas sus virtudes, vemos esta empresa como algo rutinario, un mero trámite para derrotar a los enemigos y poco más. Sin mencionar la falta de sorpresas, de momentos épicos que te hagan vibrar de emoción. Que sí, que vencer a los piratas o a un monstruo colosal tiene su gracia, pero hasta cierto punto, que no todo tiene por qué ser guerrear.

Tributo a un clásico


Tributo a un clásico


Y eso que la apuesta por un sistema de combate en tiempo real es uno de los cambios más acertados, si bien también polémico entre los más veteranos. Frente a las batallas espaciales por turnos de sus antecesores, este nuevo Master of Orion nos da el control total de la flota, permitiéndonos dirigir de forma individualizada cada nave: escoger las armas, activar los escudos, virar para encarar mejor a los enemigos… con maestría y buenas decisiones tácticas, incluso la pelea más desigual puede saldarse con una victoria por tu parte. Cosa que agradecemos. ¿No os va la lucha? Podéis resolver los combates de forma automática. Lo importante son las opciones, y aquí no falta de nada.

Es por eso precisamente que Master of Orion nos deja con sensaciones encontradas. No es que esperásemos dar con un videojuego tan revolucionario como lo fueron sus antecesores, es difícil igualar algo así, pero tampoco nos gusta su exceso de conservadurismo. Está bien respetar el legado pero sin dejarse por el camino los muchos avances que el género ha experimentado en estas dos últimas décadas. Así que sí, como representante de la estrategia 4X es un buen videojuego, incluso uno muy recomendable por la sencillez de su interfaz de usuario y la facilidad con la que se puede controlar al imperio, pero está también lejos de los más grandes. Le ha faltado ese plus, esa pizca de genialidad capaz de atraparte durante decenas, cientos de horas.

Tributo a un clásico


Divierte comprobar cómo los rivales reaccionan a nuestras acciones y, en general, cómo se comportan ellos mismos. Cada civilización, con su líder a la cabeza, desprende personalidad a raudales. Su diseño artístico es muy bueno, también los gestos, las animaciones con las que el equipo de NGD Studios les ha dotado vida; aunque sin duda, nos quedamos con el magnífico trabajo de doblaje en inglés (textos en español) a cargo de actores como Mark Hamill de Star Wars, John de Lancie o Michael Dorn de Star Trek; o Troy Baker y Nola North de The Last of Us y Uncharted por citar algunos. Tienen carisma y en momentos clave de la partida, nos dejarán atónitos con ciertas reacciones. En este sentido, la inteligencia artificial funciona de forma correcta aunque sin grandes alardes. Cumple con lo esperado, pero echamos en falta algo más de inventiva, que sean menos previsibles a la hora de expandir su imperio.

Hay fallos tontos, como que un aliado rompa un bloqueo o que los enemigos, una y otra vez, vayan a chocar contra una flota mucho más poderosa. Menos mal que tenemos un buen multijugador para medir fuerzas contra otros usuarios a través de Internet. Otro aspecto positivo de Master of Orion tiene que ver con sus gráficos, elegantes y al servicio de la jugabilidad, para que novatos y veteranos puedan disfrutar por igual de este fantástico universo de ciencia ficción. Mención especial merece la banda sonora a cargo de David Govett, compositor del videojuego original, que firma aquí otro trabajo de gran calidad. Justo lo que merecía el regreso de una saga tan emblemática como esta. No vuelve con la fuerza ni la calidad que esperábamos, pero tiene mimbres para alcanzar a toda una generación de aficionados a los que esto de la estrategia 4X les pilla de nuevas, sin perder la oportunidad de hacer felices, aunque sea un poquito, a aquellos que crecieron con este gran clásico.

Interesante

Sin sello
Tributo a un clásico

Master of Orion

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Aunque esperábamos mucho más de su vuelta a la vida tras dos décadas de larga espera, Master of Orion es un buen videojuego de estrategia 4X que respeta con gran acierto el legado de esta franquicia. Tal vez demasiado. Su exceso de conservadurismo le hace palidecer ante obras más recientes que, con las mismas opciones sobre la mesa o incluso más, te sumergen de verdad una epopeya espacial difícil de olvidar. No es el caso que hoy nos ocupa. Hay grandes ideas y mucho potencial pero, al final, solo se rasca la superficie de un universo de ciencia ficción que esperamos volver a ver pronto.

  • La vuelta de un clásico que nunca debió caer en el olvido
  • Fácil de jugar, difícil de dominar. Es generoso en opciones
  • Batallas tácticas en tiempo real
  • Se echan en falta más novedades. Es demasiado conservador
  • No estimula como debería la exploración, ni llega a sorprender tanto como debiera
  • Demasiado simple en algunos aspectos
Jugadores: 1-6
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: Incalculable
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