Neverwinter Nights vuelve a la carga, esta vez con una expansión para su segunda entrega. En Mask of the Betrayer encontraremos un RPG mucho más centrado en el aspecto del rol, y con un desarrollo más pausado, que continúa la historia donde NWN 2 la dejó. Una nueva campaña y más razas y escenarios para uno de los grandes.
La huella que dejó el primer Neverwinter Nights en el aficionado al rol es imborrable. El juego de 2002 fue una de esas memorables joyas con las que Bioware se ha labrado el nombre y la fama que posee en el mundo de los RPG.
A finales del año pasado recibíamos con los brazos abiertos la sobresaliente segunda entrega de NWN, que en esta ocasión venía firmada por Obsidian, también especialistas en rol y con un fenomenal currículum a sus espaldas. No obstante el juego llegaba en un estado francamente descuidado, con una cantidad ingente de bugs y con un rendimiento a nivel de optimización lamentable.
Ahora en 2007, y tras la infinidad de parches que han solucionado el calamitoso estado de Neverwinter Nights 2, llega Mask of the Betrayer con un enfoque muy distinto. Más adulto, más oscuro y con menos acción que su antecesor; la expansión de este juego llega a nuestro país dispuesta a saciar la sed rolera de los que se vieron defraudados por el corte de acción que tenía el título.
Retomando la Historia
Mask of the Betrayer recoge el testigo de Neverwinter Nights 2 donde éste lo dejó. Sin ánimo de desvelar partes importantes del guión diremos que tras derrotar al enemigo final de NWN 2, nuestro héroe será rescatado por un mago, y a partir de ahí nos veremos inmersos en una interesante historia de corte eminentemente rolero.
En un juego de la complejidad argumental de Mask of the Betrayer lo mejor es revelar los menores detalles posibles de la historia, pero debemos señalar que uno de los aspectos jugables que se derivan del devenir del guión es que nuestro héroe sufre una especie de adicción.
Éste quizá sea uno de los principales puntos oscuros de la aventura. El hecho de tener que estar continuamente pendientes de saciar el “hambre de espíritus” que padece nuestro protagonista, nos sumergirá en una suerte de círculo vicioso que en realidad nos desvía bastante del fascinante hilo principal de la historia.
El funcionamiento de esta mecánica es sencillo. Para saciar nuestra “hambre” deberemos devorar espíritus. Si lo hacemos con mucha frecuencia el ansia se volverá más firme y cada vez más frecuente, y si tratamos de espaciar su consumo lo más posible la mantendremos controlada en mayor medida.
No obstante no todos los añadidos son negativos como éste, y en realidad es tan sólo ese el que tiene un planteamiento algo discutible. Especialmente interesantes son los cambios en la orientación de la jugabilidad, que ya no apuesta por la violencia como recurso para solventar todas las situaciones.
En Mask of the Betrayer se apuesta firmemente por la resolución de puzzles, por las conversaciones con un valor real y por actividades que nos hagan usar más la cabeza y menos la espada. Habrá algunas misiones que se resuelvan con el diálogo, y otras muchas que nos obligarán a resolver ligeros rompecabezas; aunque, por supuesto, también habrá un fuerte componente de combates.
Es una expansión que, como ya hemos señalado, continúa la acción allí donde la dejó NWN 2, por lo tanto podremos seguir empleando al personaje que usamos en su momento. Sin embargo, si estamos cansados de manejar al héroe que creamos al comienzo del otro juego también podemos optar por editar uno completamente nuevo para la expansión, y que esté situado en un nivel de 18 o más para adaptarse a la alta dificultad del título.
La parte de la creación de nuestros propios mapas y aventuras no ha sido descuidada en absoluto, y la presencia de multitud de clases nuevas, hechizos inéditos y multitud de sets de escenarios para construir nuestros niveles contribuyen a enriquecer mucho la experiencia.
Pocas Novedades en lo Visual
Gráficamente Mask of the Betrayer presenta un aspecto muy similar al de Neverwinter Nights 2, y el año que ha pasado no parece haber contribuido en exceso a mejorar el apartado visual del título.
Si bien se han añadido algunos efectos de iluminación y la paleta de colores ha cambiado moderadamente, en esencia se trata de un apartado idéntico. Sin embargo el tiempo que ha transcurrido, en conjunción con los importantes parches, si que ha contribuido a que el juego tenga un rendimiento mucho más estable en su tasa de imágenes por segundo, y la presencia de bugs es mínima comparada con la de su antecesor.
Lamentablemente en el aspecto visual más negativo del programa está el hecho de que la cámara sigue siendo tan caprichosa como en Neverwinter Nights 2, pese a que hay un nuevo tipo de visionado. Mask of the Betrayer no hace ningún esfuerzo por solucionar los múltiples problemas asociados a la vista isométrica que viene por defecto, y resulta una oportunidad perdida para resolver con solvencia las incomodidades de una vista a la que nos costará encontrar el encuadre adecuado, y que en más ocasiones de las deseables se volverá “loca”. No obstante la cámara en tercera persona -la otra opción- no es mucho mejor, y su uso resulta algo tedioso pues limita mucho el campo de visión.
El sonoro vuelve a ser un apartado de sobresaliente. El juego llega de nuevo a nuestro país con una traducción excelente, y con una banda sonora impresionante.
Mask of the Betrayer triunfa al dar mucha más profundidad a aspectos donde Neverwinter Nights 2 no contentó a los aficionados. Una nueva campaña larga y apasionante, y multitud de elementos para el editor contribuyen a dilatar notablemente la vida del juego. Muy recomendable para los enamorados de NWN 2, y especialmente interesante para aquellos que se vieron defraudados por el fuerte corte de acción de su predecesor y deseen un mayor componente intelectual.
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