Análisis de The Sky Crawlers

Análisis de The Sky Crawlers
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Project Ace planea dominar los desaprovechados cielos de Nintendo Wii con The Sky Crawlers: Innocent Aces, título inspirado en un largometraje de animación japonesa donde la guerra ha quedado relegada a mero espectáculo audiovisual. Misiones apasionantes y numerosos aviones personalizables son sus grandes bazas para encandilar al público con su inusitado arte bélico.

Hacer de la guerra un bello espectáculo es una tarea ardua y peligrosa que puede acabar en desastre en manos equivocadas, así que no deja de ser sorprendente que un título que aúne la aviación con una película anime un tanto extraña haya cumplido el objetivo sin demasiados incidentes. Aviones entrecruzándose como caballeros en una justa medieval, maniobras dignas de una máquina de pinball esquizofrénica y la siempre efectiva puesta de sol tras unas nubes purpureas... The Sky Crawlers apuesta por una alternativa histórica donde los conflictos bélicos son hermosas muestras de arte y las muertes pequeñas gotitas de pintura que caen al suelo. Ahora bien, la gran incógnita es si su escuadrón aéreo podrá aterrizar con la misma soltura con la que despegó.

Cuanto más suba de nivel la barra de maniobras, mayor ventaja táctica adquirirá el jugador tras activar los movimientos especiales.
Cuanto más suba de nivel la barra de maniobras, mayor ventaja táctica adquirirá el jugador tras activar los movimientos especiales.

La tarjeta de presentación del juego puede vanagloriarse de unas credenciales prometedoras: su desarrolladora es el equipo Project Ace de Namco-Bandai -ingenieros de la aclamada serie Ace Combat- y su inspiración narrativa es un homónimo largometraje de animación japonesa -hasta el punto que la historia se va sucediendo a partir de secuencias anime. La premisa sitúa al jugador en un mundo donde la guerra es una moda anticuada y vencida por recreaciones de conflictos aéreos que deleitan a la población.

Las cosas empiezan a complicarse cuando las corporaciones encargadas de estos espectáculos empiezan a actuar con avaricia, rellenando los cargadores de sus batallas ficticias con munición de dura realidad. El piloto Lynx -perteneciente a la compañía Rostock- se encuentra en medio de esta guerra mediática y será el jugador el encargado de que sobreviva a ella. Pese a la prometedora premisa, la desarrolladora no logra exprimirla, siquiera situarla en una vertiente cómica o seria, y siempre se da por supuesto aspectos de la trama que quizás no se han aclarado debidamente. Por suerte, todos los traumas provocados por esta carencia serán mermados con los vuelos terapéuticos.

Mucho arcade para poca simulación
The Sky Crawlers deja en tierra toda la parafernalia relacionada con la simulación aérea realista: fuera aerodinamismo, adiós leyes de la física, ¡hasta más ver manuales en forma de mamotretos! El estilo arcade del título augura intensos rifirrafes con la competencia, pero los controles para el wiimote perjudican el resultado final. El problema principal es que éste debe ser utilizado como si fuera la palanca de aceleración mientras que el avión irá de un lado a otro según los designios de nunchuck; la ausencia de un punto de apoyo para mando y accesorio dificultan el manejo, convirtiendo la maniobra más básica en una misión imposible.

En total, hay cerca de media hora de secuencias animadas claramente inspiradas en la película homónima.
En total, hay cerca de media hora de secuencias animadas claramente inspiradas en la película homónima.

Pese a que se nota bastante que Project Ace se ha esmerado en conseguir que el jugador experimente las sensaciones de un piloto profesional, la ironía irrumpe para demostrar que el mejor control se encuentra en el convencionalismo; los poseedores del mando clásico o aquellos que todavía guardan los de la mítica GameCube gozarán de un manejo más preciso y agradable. El hecho de que exista una opción que permite escoger entre maniobras simples y complejas apunta a que la desarrolladora se dio cuenta de algo no iba como se esperaba en la cabina del avión.

Poco a poco, los enemigos se irán poniendo las pilas y los duelos aéreos amenazarán con acabar incluso antes de que empiecen. Es entonces cuando entrarán a escena los comandos de maniobras tácticas. Durante la misión se irá rellenando una barrita que al completarse permitirá al jugador realizar una serie de movimientos exageradamente cinematográficos que situarán su avión en la posición idónea para acribillar al rival sin piedad. Cuanta más paciencia se tenga antes de iniciar el ataque, en mejor lugar acabará el piloto. Esta mecánica aparentemente inocente inicia una guerra en el interior del usuario contra el villano más temible de todos: la avaricia. Ésta envenenará los oídos del protagonista con consejos de doble filo; ¿esperará Lynx a que el indicador esté a tope? Si lo hace, es posible que un error durante el proceso acabe estrepitosamente con el plan, pero si todo sale bien...

La relevancia del individuo
Las cerca de veinte misiones que conforman el modo principal -y único- son una auténtica gozada gracias a la variedad de las situaciones: detonar presas, infiltrarse en territorio enemigo para fotografiar localizaciones, defender, escoltar, promover el caos destructivo... Pero al igual que en estas guerras ficticias se le da mucha importancia al individuo en detrimento del esfuerzo en equipo, al acabar la aventura el usuario descubrirá que no se sentirá satisfecho con la campaña en su totalidad, sino con aquellas fases específicas que sobresalen por encima de las más deficientes. La competitividad ha llegado a los cielos.

El largo plantel de aviones disponibles invitan a retomar la efímera campaña principal.
El largo plantel de aviones disponibles invitan a retomar la efímera campaña principal.

Para garantizar cierta rejugabilidad, el jugador puede desbloquear un plantel de veinte aviones, cada uno con sus características y puntos débiles. Asimismo, Lynx tendrá la ocasión de mejorar a sus "acompañantes" con piezas adicionales o armas secundarias. Por un lado, la corta duración de la campaña –seis horas- se convierten en un serio agravante para el título, pero a su vez esta experiencia efímera junto a las múltiples opciones de personalización garantizan que muchos continúen promocionando la guerra como arte sólo para probar sus nuevos juguetitos.

Turbulencias gráficas
Lo que sí que es imperdonable es que Project Ace no haya optado por incluir un modo multijugador; lo único mínimamente parecido es la opción de realizar las misiones con una mirilla extra. Cierto, marginar el aspecto online de Nintendo Wii se ha convertido en un cuestionable status quo, pero no hubiera estado de más haber añadido una serie de extras para disfrutar con los amigos en el sofá.

Por extraño que parezca el mejor modelo de control para pilotar este Sky Crawlers es el clásico, dejando la combinación wiimote y nunchuk en un completo segundo plano.
Por extraño que parezca el mejor modelo de control para pilotar este Sky Crawlers es el clásico, dejando la combinación wiimote y nunchuk en un completo segundo plano.

Los gráficos de The Sky Crawlers son algo inconsistentes. Normalmente, un juego de aviación debería ofrecer vistas espectaculares, pero en esta ocasión el asombro no ha hecho todo el acto de presencia que se esperaba. Eso no significa que los entornos no sean bellos ni los movimientos estén bien recreados, pero estos momentos son como rayos del sol en un atardecer tormentoso: magníficos interludios de un panorama con abundantes por nubes grises. La estética anime sólo llega a interceder puntualmente en la historia, introduciendo elementos un tanto fantásticos como la aparición de unos jóvenes pilotos genéticamente modificados; un apunte narrativo cogido por los pelos... al menos no hay muchachuelas histriónicas o transformaciones robóticas.

Por suerte, el apartado sonoro logra llegar a cotas de excelencia. La banda sonora es memorable -aunque un poco repetitiva- y los actores de voz parecen ser conscientes de que hace falta algo más que desidia para doblar un título de procedencia japonesa. Las comunicaciones por radio añaden un genial toque contextual de cada misión, pese a que sus mensajes lleguen a cansar durante la quinta repetición de una fase, y tanto los diálogos como el resumen de los objetivos insuflan personalidad al producto, una herencia directa de la estela de los Ace Combat.

Interesante

Sin sello

The Sky Crawlers

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

The Sky Crawlers: Innocent Aces le exige demasiado al jugador: necesitar un control clásico para disfrutarlo plenamente, perdonar su ausencia de modo multijugador... En la guerra, los sacrificios son necesarios para conseguir la victoria, pero un panorama desolador provocará que muchos pilotos prefieran surcar otros cielos. Aún así, aquellos que se queden disfrutarán de un bello espectáculo digno de ser probablemente el mejor título de aviación para Nintendo Wii hasta la fecha.

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Jugadores: 1-2
Idioma: Manual en español y textos en español
Duración:
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VÍDEO ESPECIAL

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