Análisis de The House of the Dead Overkill

Análisis de The House of the Dead Overkill
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The House of the Dead se apunta a un nuevo festín mutante para dar a los usuarios de Wii un festival de sangre, violencia y el mejor humor negro. Solo o en compañía, Overkill es un espectáculo retro de disparos "on the rails" desenfrenado y muy entretenido que nos lleva por los cauces de la jugabilidad más simple hasta una estética visual propia de las películas de terror de los años sesenta.

Que Wii necesitaba un poco de acción madura, con balas, alguna que otra curva cegadora y mucha sangre era algo que a nadie se le escapaba. Ni siquiera a SEGA, compañía volcada en la blanca de Nintendo desde su lanzamiento y que en esta ocasión nos presenta la enésima entrega de su serie The House of the Dead. Un nuevo videojuego que innova con respecto al resto de la saga y que consigue ser fresco, consistente e ideal para disfrutar en compañía de una tarde cualquiera.

Overkill es un torrente de sentido del humor -bastante negro, por cierto- aderezado con muchos mutantes a los que tumbar dentro de la clásica concepción del juego de disparos "on the rails". Es el primer intento de Headstrong Games (el estudio londinés de Kuju Entertainment) dentro de este particular género, aunque la verdad es que nadie lo diría.

Lo primero que nos sorprende de Overkill es su estética. El filtro visual de película antigua no sólo sirve para retraernos hasta los films de los años 60, ya que también logra disimilar las imperfecciones gráficas del título.
Lo primero que nos sorprende de Overkill es su estética. El filtro visual de película antigua no sólo sirve para retraernos hasta los films de los años 60, ya que también logra disimilar las imperfecciones gráficas del título.

Tal vez haya desaparecido parcialmente el tremendo ajuste de dificultad del que presumieron las máquinas recreativas creadas por SEGA, pero a cambio se nos ofrece una nueva temática que bebe directamente del género cinematográfico "grindhouse", sólo adecuado para jugadores mayores de 18 con muchas ganas de la violencia y el terror más estrafalarios. En definitiva, un cóctel con tintes de película de serie B que entre cada una de las siete fases de su Modo Historia intercala numerosas secuencias de introducción entretenidas, simpáticas y cuya función principal es la de dibujar una sonrisa en nuestros rostros como recompensa a tanto disparo.

Acción +18 para Wii
Como protagonistas de nuestra aventura sobre raíles escogeremos al detective Washington o al reconocido agente especial G, el cual regresa a sus orígenes (Overkill es una precuela del primer The House of the Dead) para demostrarnos que empezó su carrera como la acabó: agujereando mutantes.

Y como podéis imaginar, al igual que en otras entregas, aquí tampoco hay un argumento digno de Oscar, sino un conjunto de situaciones -en ocasiones, un tanto surrealistas y absurdas- que quedan aderezadas con una gran cantidad de lenguaje soez (en inglés y con subtítulos en castellano) y un estilo visual muy característico. El resultado es el de sentirnos dentro de espectáculo fílmico propio de los años sesenta, gracias a un filtro de película antigua que con sus arañazos y defectos en pantalla nos retraen a una época en la que "La noche de los muertos vivientes" era un éxito de taquilla.

La simpleza puede llegar a ser una virtud, y ese sea tal vez el rasgo más característico de un videojuego que tanto argumental como jugablemente destila una gran cantidad de acción "gore" gratuita destinada a que sigamos apretando el botón B de nuestro wiimote. Pero lo mejor es que se puede jugar en cooperativo (con posibilidades "drop in/out"), opción ideal para compartir una experiencia en la que se puede determinar también si queremos que aparezcan más o menos zombis en pantalla.

Cabezas volando, piernas que estallan y mutantes que caen hacia atrás por nuestros disparos. La respuesta de los enemigos a nuestras balas no es muy variada, pero a cambio tenemos un alto número de ellos en pantalla.
Cabezas volando, piernas que estallan y mutantes que caen hacia atrás por nuestros disparos. La respuesta de los enemigos a nuestras balas no es muy variada, pero a cambio tenemos un alto número de ellos en pantalla.

Armas para dar y tomar
Como novedades con respecto a toda la saga destacamos la posibilidad de ampliar parcialmente y en determinados momentos el ángulo de visión de la cámara, así como de disparar a determinados objetos del escenario para, por ejemplo, ralentizar la acción durante unos segundos. No obstante, las innovaciones son más formales -estilo visual y humorístico- que de contenido, lo cual implica que la tónica fundamental va a volver a consistir en disparar a diestro y siniestro hasta que se nos acaben las balas y tengamos que recargar gracias a un leve movimiento de nuestro wiimote.

Se ha incorporado soporte para el Wii Zapper e incluso es posible que un jugador utilice dos wiimotes para acabar con los mutantes (uno en cada mano), aunque es una alternativa que necesita algo de práctica hasta ser dominada.

Adicionalmente, se ha añadido la siempre interesante adquisición de armas que van más allá de la manida pistola. Y es que metralletas, escopetas y demás armamento -incluidas mejoras de retroceso, cadencia de tiro o tiempo de recarga- componen el paquete de mejoras desbloqueables (siempre que haya dinero de por medio) presentes en una obra que plantea incluso el uso de granadas para acabar en un instante con las hordas de mutantes que se nos acerquen.

Un "overkill" de diversión
Las siete fases que componen el modo de juego principal pueden superarse en poco más de dos horas, pero Overkill se nutre del número de opciones suficiente como para prolongar la vida del título por lo menos hasta el triple de tiempo. A este fin ayuda, por ejemplo, la Versión del Director, que es una variente del Modo Historia, aunque en este caso con escenas inéditas, más enemigos en pantalla y un número determinado de continuaciones. Sí, en pocas palabras, mucho más difícil.

Las secuencias que se alternan durante las fases usan el motor del propio juego y sirven como un lugar ideal para que el agente G y su amigo Washington lancen todo tipo de improperios verbales. Todo un espectáculo.
Las secuencias que se alternan durante las fases usan el motor del propio juego y sirven como un lugar ideal para que el agente G y su amigo Washington lancen todo tipo de improperios verbales. Todo un espectáculo.

Por último (sin olvidarnos de extras en forma de vídeos, música o artworks), cabe hacer mención de unos minijuegos que, aunque no demasiado originales, nos plantean situaciones como resistir a tantas oleadas de mutantes como podamos o evitar que los enemigos se abalancen sobre los civiles. Son planteamientos que, sin duda, suponen la excusa perfecta para juntar hasta a cuatro usuarios simultáneos.

Así pues, un conjunto bastante apetecible aunque con altibajos que van desde un apartado sonoro simplemente descomunal -aspecto realmente importante en este tipo de videojuegos- hasta unas caídas de "frame rate" problemáticas que lamentablemente enturbian un trabajo que, de otra manera, hubiera marcado un antes y un después dentro de la serie The House of the Dead. Aún así, sigue siendo la mejor apuesta dentro del género "on the rails" siempre que no tengamos en cuenta al sobresaliente Resident Evil: Umbrella Chronicles.

Bueno

Sin sello

The House of the Dead: Overkill

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

SEGA y Headstrong Games ponen el estilo de la saga The House of the Dead patas arriba para ofrecernos un "overkill" de acción entretenido, algo innovador y no demasiado duradero. No obstante, su delirante humor y atractiva estética retro consiguen un espectáculo de disparos "on the rails" cuyo único aspecto negativo es la inestabilidad del "frame rate". En cualquier caso, el segundo mejor shooter sobre raíles para Wii, por detrás de Umbrella Chronicles.

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