Sólo puede haber un motivo para controlar en un Tomb Raider a un personaje que no sea Lara Croft, el de cambiarlo para encarnar a alguien todavía mejor. Némesis, Doppelgänger, el nombre con el que definirlo importa poco, lo que de verdad tiene relevancia es la posibilidad de encarnar al sombrío doble de nuestra protagonista: La sombra de Lara Croft.
Pese a que Bajo las Cenizas era un contenido interesante en términos jugables, lo cierto es que su aportación real en factores como el argumento o el desarrollo con respecto a Tomb Raider Underworld era nula. La Sombra de Lara llega con la intención de aportar algo distinto a la fórmula, y para ello apuesta por ser un contenido descargable más ambicioso y profundo que su predecesor.
El Otro Lado del Espejo
En La Sombra de Lara encarnaremos a la sombra de la protagonista, como el propio nombre del videojuego indica. Los que terminaron Underworld sabrán que este personaje tenía un papel pequeño pero importante en su campaña individual –no relataremos nada más por no crear innecesarios spoilers-, y hasta cierto punto el videojuego comparte lazos con el juego original y su primera expansión que incluso viviremos algunos momentos de Bajo las Cenizas desde una perspectiva diferente.
El mayor cambio que ofrece La Sombra de Lara no está únicamente relacionado con una mera modificación en el prisma y el planteamiento, sino que reinventa prácticamente al completo la forma de moverse y desenvolverse de la protagonista en los entornos.
Ahora Lara, su sombra, será más fuerte, más rápida y ágil y tendrá nuevas habilidades especiales y poderes con las que superar las diferentes situaciones que se presenten. Todo ello repercutirá en una cadencia del videojuego muchísimo más rápida, donde todo se produce con una velocidad tremenda que hace parecer a Underworld un videojuego distinto.
La sombra de Lara podrá llevar a cabo acciones especiales empleando su medidor de sombra, y permitiéndonos realizar movimientos impensables para la Lara original. Así pues nos moveremos a una velocidad vertiginosa, nos encaramaremos a los entornos más rápidamente e incluso podremos escalar determinadas superficies lisas a un ritmo tremendo y con una velocidad incesante. En ocasiones es imposible no mirar a esta expansión sin recordar la última entrega de Prince of Persia, con la que el videojuego comparte muchos detalles referentes a su ritmo y a su enlazado de acciones.
A esto contribuyen también unos entornos muy cuidados y con una arquitectura de mapeado impecable, que favorecen esta velocidad de la que estamos hablando. Si nos perdemos, no obstante, regresan las pistas que ya pudimos ver en Underworld; sin embargo los decorados están tan bien trazados, y todo responde a una lógica tan obvia que apenas nos detendremos un par de veces en su desarrollo. Los niveles son, lógicamente, más grandes que en sus predecesores, y están salpicados de trampas y objetos en movimiento que deberemos esquivar con rapidez o emplear con agilidad según las circunstancias.
Por otra parte el número de enemigos también ha aumentado notablemente, lo que va unido de forma muy cohesionada con el idéntico aumento de la protagonista en sus dotes para el combate. Una vez más dependemos de la barra de sombra para llevar a cabo los movimientos más espectaculares, que nos permitirán golpear con mayor fuerza o, incluso, aumentar la cadencia de disparo de nuestras armas. También a entroncar con la mayor velocidad del videojuego viene la nueva técnica de gestión de salud, que lejos de volver a emplear botiquines para recargarse, emplea los nuevos y cada vez más habituales procedimientos de autoregeneración de la vida al no sufrir daño durante un determinado tiempo.
La campaña de La Sombra de Lara, única oferta jugable del videojuego, puede superarse en poco más de un par de horas, y puede parecer una duración algo exigua para un videojuego de su coste, sin embargo todos los aficionados que disfrutaron de Underworld pueden encontrarse en esta expansión con un motivo perfecto para acercarse de nuevo a su universo y para verlo desde un objetivo diferente y con una jugabilidad netamente innovadora. Breve pero muy intenso, en definitiva.
Tomb Raider: Underworld – La Sombra de Lara cuesta 800 Microsoft Points, ronda el giga de tamaño, y ofrece 125 puntos de logros nuevos para el Gamerscore entre los que se cuentan, entre otros, los de completar el juego o encontrar tesoros y reliquias. El lanzamiento está disponible para su descarga doblado a nuestro idioma con el mismo equipo de voces que el original, y cuenta con una factura técnica que expone idénticas virtudes y defectos a los ya descritos en los análisis del propio Underworld y, también, de Bajo las Cenizas.
La Sombra de Lara es netamente superior a Bajo las Cenizas, la anterior expansión, y supone una necesaria reinvención de la fórmula que aporta muchas más razones que su predecesora para adquirirla. Si bien vuelve a estar al servicio de los fans, los que más disfrutarán de la nueva aventura, lo cierto es que su fluidez y lo acertado de los mapeados lo convierten en una opción deseable para cualquiera que disponga de Tomb Raider Underworld.
