Análisis de G-Force

Análisis de G-Force
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Del cine nos llega una adaptación a videojuego con personalidad y carisma propio, un título de atmósfera minimalista con una gran variedad de situaciones. Toma el mando de un escuadrón de cobayas para salvar al mundo del ataque de un ejército de electrodomésticos.

Estamos ante un claro ejemplo de la explotación de un estreno de cine con su pertinente adaptación a videojuego. Esto es algo que se ha hecho infinidad de veces y que se seguirá repitiendo en el futuro, normalmente con resultados no muy buenos en términos de calidad. Por suerte hay excepciones, y G-Force es una de ellas, una grata y agradable excepción. Un videojuego que busca labrarse un camino por sí mismo tomando un poco de cada género, modificándolo a su medida y combinándolo para dar como resultado un título fresco, original y ante todo muy entretenido.

La película ya se ha estrenado en Estados Unidos con unas críticas no muy positivas teniendo en cuenta las grandes expectativas que tenía un proyecto producido por Jerry Bruckheimer y con la presencia del oscarizado Hoyt Yeatman. El videojuego se adelanta en nuestro país al estreno de la película en la gran pantalla con una trama que encaja más en formato interactivo que en película. El argumento nos sitúa en una sociedad supeditada a las nuevas tecnologías en el día a día, con un multimillonario que posee una empresa de electrodomésticos al servicio del hombre. Pero sus planes van más allá de servir a la humanidad…

La tecnología al servicio… de las máquinas
El FBI sigue el rastro al presidente de la empresa tecnológica, pero en su camino se encuentran con enemigos a los cuales deben hacer frente, unos enemigos bastante diferentes a sus entrenamientos: cafeteras oxidadas, tostadoras con muy mala leche y microondas al rojo vivo. Ante tal despropósito se crea un programa gubernamental secreto para entrenar animales y convertirlos en espías. El comando más fructífero es el comando G, una pequeña brigada de conejos de indias compuesto por unos seres de demostrada inteligencia.

Esta curiosa brigada la componen: Darwin, el valiente protagonista; Blaster, el experto en armas; la bella Juárez, maestra de las artes marciales; Speckes un topo con mucha vista, y Mooch, un molesto mosquito al que acudiremos en multitud de ocasiones. Un conjunto perfecto de infiltración que en equipo resulta invencible.

El minimalismo dentro de la inmensidad
G-Force es un simpático plataformas en 3D que mezcla varios géneros como la infiltración, los puzzles, la acción y la aventura, en un estilo propio. Esta combinación otorga una gran frescura al desarrollo, dejando una amplia profundidad de juego con un sabio uso de las situaciones. En todo momento se nos ofrecen misiones en tiempo real que pueden ir cambiando según las circunstancias, y para guiarnos contaremos siempre con una voz en off procedente de nuestra base, que nos informará de los próximos pasos a seguir. Además, para no perdernos por los extensos escenarios un cursor nos indicará en todo momento la distancia al objetivo.

La tecnología se ha vuelto contra el mundo, y para nosotros, siendo un pequeño cobaya, las cosas están más complicadas. En bastantes ocasiones tendremos cierta sensación de habernos perdido en el escenario, con enemigos acosándonos por todos los lados. Por suerte como escapatoria tenemos nuestro propulsor que nos sirve para salir a toda prisa.
La tecnología se ha vuelto contra el mundo, y para nosotros, siendo un pequeño cobaya, las cosas están más complicadas. En bastantes ocasiones tendremos cierta sensación de habernos perdido en el escenario, con enemigos acosándonos por todos los lados. Por suerte como escapatoria tenemos nuestro propulsor que nos sirve para salir a toda prisa.

Es curioso tener esa sensación de sentirnos un ser diminuto dentro de un gigantesco mundo, el cómo van cambiando las perspectivas de las cosas e ir aprendiendo a sacar provecho a objetos inservibles inicialmente. Así, veremos por ejemplo como el comando S.W.A.T está en el piso inferior librando batalla, mientras que nosotros estamos por el conducto de ventilación llegando a habitaciones imposibles. El juego es un compendio de uso inteligente de las situaciones, que aprovechan muy bien la presencia de los seres humanos -a los que debemos evitar para que no nos vean-, y sus objetos inservibles, que resultarán muy validos para nosotros.

Los puzzles nos proponen situaciones como pasar a través de conductos de aire acondicionado o ventiladores al uso, hackear ordenadores, robar objetos, abrir puertas, y otras situaciones disparatadas como conducir a lo loco una bola de plástico.

Un agente de última generación
A todo esto hay que sumar la amplia variedad de movimientos con los que cuenta Darwin, desde el uso de una pistola de plasma, hasta una espada láser con varias funciones. Señalar especialmente el propulsor sobre su espalda que le permite esprintar, volar durante un tiempo corto o bien impulsarse hasta el techo. Pero vamos mucho más allá; tal como sucede con los grandes juegos de infiltración, tendremos nuestra visión infrarroja para estudiar zonas, objetos y ver los puntos débiles de los enemigos. Y todo ello evitando que las cámaras de seguridad o los propios humanos nos vean, obligándonos a escondernos tras cajas, plantas o sillas.

Es esta sensación de variedad, originalidad y frescura es lo que hace grande al juego, lo que también repercute en la diversión del título, muy entretenido y siempre obligando a cambiar de tácticas al momento. Evidentemente la primera apariencia de G-Force es la de un juego para un público muy joven, pero una vez dentro nos encontraremos con un juego igualmente válido para los adultos.

También tendremos momentos de conducción con las clásicas bolas de plástico que bien saben utilizar los hamsters. En esta ocasión debemos tener cuidado de los enemigos esperándonos en cada curva o también de no estrellarnos con los distintos obstáculos dispersos por la trazada.
También tendremos momentos de conducción con las clásicas bolas de plástico que bien saben utilizar los hamsters. En esta ocasión debemos tener cuidado de los enemigos esperándonos en cada curva o también de no estrellarnos con los distintos obstáculos dispersos por la trazada.

La participación de Mooch es magistral, invitándonos el juego a cambiar de un personaje a otro en el momento que queramos. Este mosquito nos sirve para entrar por pequeños conductos como tuberías, ventiladores o rejillas a los que Darwin, por su tamaño, no puede acceder. Pero también porque al ser un mosquito puede codearse con los humanos sin que estos piensen mal de sus intenciones. Así que entre otras cosas nos sirve para entrar a las habitaciones repletas de humanos, robar una llave electrónica para después llevarla a una zona donde Darwin pueda recogerla, etc. Un trabajo en equipo interesante. Además Mooch cuenta con la capacidad de ralentizar el tiempo, una habilidad que utilizaremos obligatoriamente para entrar por ciertas zonas peligrosas.

Asimismo, la variedad de los enemigos es otro de los puntos fuertes del juego, desde tostadoras, cafeteras, lámparas, trituradoras, ordenadores… cada uno con sus propias habilidades y su oportuno modo de eliminación que, uniéndose con la variedad de las situaciones, hacen que la experiencia sea muy completa.

Pequeños personajes para un gran conjunto técnico
Visualmente, G-Force presenta un buen nivel en Wii, con unos escenarios extensos y repletos de detalles cuya única pega es su excesiva repetición a lo largo del juego. Eso sí, las acertadas animaciones, las buenas texturas sobre los personajes o sus sorprendentes gestos faciales son toda una declaración de que en Wii pueden verse apartados gráficos de calidad.

El sonido, sin ser nada especial, guarda estrecha relación con la película de la que procede, contando con un doblaje al castellano de calidad en el que participan los actores de la versión española de la cinta. Un gran detalle cuando Mooch ralentiza el tiempo, afectando igualmente al sonido de las distintas voces.

El control del personaje, con la cantidad ingente de movimientos que posee cumple bastante bien, aunque hay ciertos problemas con el salto, con el centrado hacia los enemigos y con una cámara que es el mayor enemigo del jugador en ciertas ocasiones. Por otra parte, añadir que estos pequeños desajustes se compensan con la variedad de enemigos, situaciones, movimientos y por una inteligente presentación de los puzzles.

Bueno

Sin sello

G-Force

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

G- Force es uno de esos casos excepcionales de videojuegos que superan a la película en la que se basa. Un juego al que si se le da una oportunidad sorprenderá al jugador por su personalidad, originalidad y por la buena mezcla de puzzles que incluye. La cámara de juego es mejorable y la repetición de escenarios frecuente, pero su variedad y planteamiento lo hacen muy entretenido y apto para todos los públicos.

Comprar G-Force
Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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