El notable Alan Wake ya tiene listo su primer contenido descargable bajo el misterioso nombre de la señal. Con él tenemos algo menos de una hora de nuevas aventuras de nuestro escritor en apuros en las que se proponen algunos aspectos jugables interesantes, y en el que nuevamente se formulan más preguntas que respuesta a incógnitas.
Remedy ya anunció en su momento su intención de expandir su francamente bueno Alan Wake con dos contenidos descargables: La Señal, y El Escritor. El primero ya lo tenemos entre nosotros, y los usuarios que hayan comprado de primera mano el juego pueden canjear un código que se incluye en el embalaje por este primer DLC, y los que se hayan hecho con él en segunda instancia pueden hacerse con él a cambio de 560 Microsoft Points.
¿Los vale? La impresión que deja La Señal es positiva. Puede que a nivel argumental no aporte gran cosa, pero en lo jugable consigue más variedad en su experiencia de lo que ofertó el original gracias a una serie de factores ciertamente innovadores. Alan Wake sigue vivo, pero Bright Falls ha cambiado su cara.
El Rostro del Miedo
Barry, Zane, el propio Alan... todos los complicados personajes de Alan Wake regresan en La Señal para conformar un nuevo arco argumental que continúa directamente los acontecimientos con los que se cierra su predecesor. Huelga decir que no vamos a contar nada sobre el comienzo del episodio ni sobre el final del juego original, pero no está de más decir que quienes no hayan terminado la campaña individual del videojuego no deben aventurarse con este primer contenido descargable, puesto que sufrirán spoilers casi constantemente.
La aventura psicológica de nuestro protagonista sigue desarrollándose en esta ocasión de forma más agresiva que nunca, con un juego persistente entre la realidad y las imaginaciones de Alan que se ve más atenazado que en otras ocasiones por el hecho de que no lidiaremos con ningún personaje humano en los 45-60 minutos durante los que se prolonga la aventura.
El guión de este add-on no es particularmente bueno, y aunque no tenga nada que ver con su calidad narrativa cabe mencionar que se dedica a plantear más preguntas que respuestas, con un final con gancho que nos emplazará directamente a la descarga del próximo DLC, El Escritor, para saber cómo concluye este nuevo arco argumental. Lo que tendremos es una aventura que revisita lugares del original aunque distorsionados, como si de un mal sueño se tratara, y que además nos permite ver algunos nuevos; todo ello con la presencia de una siniestra versión de Barry que vuelve a ser la estrella del show.
En los aspectos puramente jugables el título sí gana más enteros, pese a que los primeros compases de la campaña dan la sensación de que el juego adopta la perezosa estrategia de repetir uno por uno los clichés del original. Por fortuna nada de esto se prolonga mucho tiempo, y tras un par de combates inocuos contra unos poseídos, el juego nos regalará algunos contados hallazgos francamente interesantes.
Por ejemplo La Señal elimina casi por completo la exploración, sustituyendo los termos de café y las hojas manuscritas por poco más de una decena de despertadores que no tardaremos demasiado en encontrar, y haciendo que todos los pequeños arsenales de munición y armas estén señalizados por escandalosos rótulos que, al más puro estilo, Splinter Cell: Conviction, se sobreimpresionarán en pantalla para hacernos saber dónde se encuentran. Bastará con iluminarlos para que el texto se convierta, por arte de magia, en el objeto que describe. ¿A qué responde esto? La relación con el guión de la aventura está ahí, y aunque no la describiremos para no crear spoilers, podemos decir que a pesar de ser bastante forzada encaja con el paranoico universo de esta expansión. Con la presencia de estos rótulos, como decimos, se fulmina de un plumazo las búsquedas por los bosques pero se gana intensidad y algunos momentos épicos.
Nos han llamado especialmente la atención dos de ellos. El primero en el pasadizo bajo la iglesia que ya recorríamos en el quinto episodio del propio Alan Wake y que aquí pateamos una vez más pero con un cambio de enfoque muy atractivo. En el lugar, repleto de calderas, infinidad de rótulos nos advertirán de su volatilidad, con lo que bastará con dispararles cuando un enemigo pase a su lado para hacerle volar por los aires creándose situaciones de alta tensión.
El otro compás marcado por la intensidad hace referencia a un punto del mapeado en el que las palabras sobreimpresionadas no son de ayuda sino más bien todo lo contrario, así rodeados por enemigos deberemos recorrer una angosta garganta sin iluminar con nuestra linterna las palabras "enemigo" o "pájaros", para evitar que éstas se hagan realidad y nos ataquen.
Quizá estos dos o tres momentos no justifiquen un contenido descargable que se puede superar en poco más de cuarenta minutos, que es algo fácil y que tiene momentos un tanto absurdos como la sustitución de las bandadas de pájaros que nos atacan por libros, que volarán como si de las aves se trataran; sin embargo también hay que recordar que esta expansión se regala a los usuarios que ya tienen el juego comprado de primera mano, y que sólo tiene coste para los que lo han adquirido por otros medios. En el momento en que aceptamos las reglas del juego de La Señal y nos metemos en su argumento, los libros-pájaro, los rótulos que se convierten en cosas y su final inconcluso tienen sentido aunque sea de una forma un tanto bizarra; en caso de no aceptar las caprichosas reglas de su fantasía al menos tenemos un entretenimiento breve, pero de enorme fuerza estética y con un par de momentos de gran intensidad.
La Señal puede que no sea el mejor de los contenidos descargables que hemos analizado, pero hace su trabajo con solvencia. Es demasiado breve para recomendar especialmente su compra, pero tiene algunos detalles interesantes y la promesa de explotar conjuntamente con el próximo DLC, El Escritor, un arco argumental de lo más interesante.
