Stimme / 24 de marzo de 2017 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

9 Magnífico

Máquinas con alma
Las sensaciones que me ha dejado este Nier: Automata son realmente buenas.

La historia de este juego presenta lo que queda de la Tierra, después de que la humanidad haya tenido que huir a la Luna. En nuestro planeta luchan las máquinas alienígenas contras los androides humanos, en una lucha que parece no tener fin. Sin embargo, lo que tendría que haber sido una lucha fría y mecánica, resulta que con el tiempo se ha convertido en algo mucho más complejo.
Máquinas y androides diseñados para el combate empiezan a desarrollar anhelos profundos de paz, de supervivencia, fraternidad e incluso amor. Empiezan a humanizarse, para lo bueno, pero también, por supuesto, para lo malo.
Este trasfondo está muy bien desarrollado y hace que el jugador se planteé dilemas morales cuando el enemigo que tiene en frente es 'tan solo' una máquina, lo cual me parece especialmente interesante.

Los personajes principales están muy bien desarrollados. 2B es una unidad YoRHa de combate, es pragmática y pretende hacer ver que lo único que le importa es cumplir las órdenes. Su compañero, 9S, es una unidad YoRHa de Scanner, y su misión es más la investigación y el hackeo. Es más curioso que su compañera. Se hace más preguntas y se desenvuelve con más amabilidad con lo que le rodea. 
La pareja funciona muy bien, complementándose a la perfección, aunque a veces salten chispas entre ellos.

La jugabilidad es muy buena. Puedes hacer muchas cosas y, aunque al principio es un poco lío, cuando te haces, todo resulta fácil. El sistema de combate no es muy profundo. Aunque disponemos de dos ataques, uno rápido y otro más poderoso, y a cada uno le podemos asignar un arma, así como disponer de un Pod que va contigo, que dispone de un sistema de ataque principal, y una habilidad secundaria que puedes modificar a tu antojo. Incluso más adelante en el juego, puedes encontrar más Pods y poder cambiar uno u otro en cualquier momento. También el juego tiene partes de acción en 2D que a mi personalmente me encantan, tanto en unidades voladoras como a pie
El mundo en el que nos movemos no es especialmente grande, y aunque uno puede pasarse horas explorando, es uno de los puntos flojos del juego, deja la sensación de que podría haber sido mejor. No es mundo abierto, ni siquiera sandbox, es como por ejemplo Darksiders. Nos podemos mover por distintas zonas pero con numerosas restricciones en cada una. De hecho el juego nos capa la entrada a muchas zonas que aparentemente son explorables.
Un aspecto importante es que no hay puntos de control, excepto al principio de la lucha contra jefes, y solo se puede grabar en ciertos sitios en cuestión. Si morimos se creará una réplica de nosotros, y debemos buscar nuestro cuerpo para restablecer nuestro personaje como estaba antes. En plan Dark Souls, pero no tan radical.

Gráficamente, en su aspecto tecnológico, no es nada del otro mundo. Es más bien algo desfasado, mientras que en su aspecto artístico es sublime en cada uno de sus apartados. Escenarios, diseño de personajes, destacando los jefes finales.
El sonido muy bueno, destacando la música. Muy original y trabajada, le da un toque muy especial al juego, especialmente en momentos de acción 

El sistema de progresión también me ha gustado. Aunque la subida de niveles, y los puntos de experiencia está muy visto, el sistema de chips de mejora me ha parecido bastante original. Así como todo lo referente a la personalización del equipo y habilidades.

Tenemos muchas misiones, especialmente secundarias, aunque al principio parece que van a ser más de las que resultan ser. Las secundarias están bien en general, aunque pecan mucho de ser misiones de recadero. Las misiones principales son casi todas muy buenas.

La dificultad del juego cambia mucho de un nivel a otro. De hecho hay habilidades, e incluso chips de mejora, que el juego restringe a medida que subimos la dificultad. En los dos primeros niveles, es bastante asequible. En los dos últimos la cosa se pone muy chunga.


En definitiva Nier: Autómata representa magistralmente el alma de la máquina, su presencia real, al estar hechas para ser perfectas, para finalmente caer en los mismos errores que sus creadores