Need for Speed The Run: Impresiones GamesCom

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Una carrera frenética por asfalto, arena y nieve. La huída del juego de conducción de EA empieza a tomar forma, gracias en parte a un motor gráfico potente y a un mayor tiempo de desarrollo para hacer las cosas sin prisa, pero sin pausa. Todo por llegar el primero a la meta. El premio no es para menos.

De San Francisco a Nueva York. 25 millones de dólares. Esa es la premisa de la que se ha servido Black Box para la nueva entrega de Need For Speed. Una carrera apoteósica donde sólo puede haber un vencedor y en la que cruzar todos los Estados Unidos sirve para obtener una geografía variada llena de circuitos de todo tipo. En esta ocasión, el equipo ha querido alejarse del ambiente de persecución en las ciudades mostrado en el E3 para mostrar circuitos más naturales, en entornos tan extremos como el desierto y la nieve.

Este nuevo Need For Speed: The Run utiliza uno de los motores gráficos que más están dando que hablar últimamente: el Frostbyte 2 de DICE, engine utilizado en Battlefield 3, y esto se nota sobre todo en el escenario de nieve, donde tendremos que ir a toda velocidad mientras intentamos escapar de la avalancha que está destruyendo la carretera a su paso.

Nitros, rebobinado limitado, eventos inesperados… llegar el primero a Nueva York será nuestro objetivo si queremos hacernos con los 25 millones de dólares de premio.
Nitros, rebobinado limitado, eventos inesperados… llegar el primero a Nueva York será nuestro objetivo si queremos hacernos con los 25 millones de dólares de premio.

Los dos niveles han servido para dejar claras las pretensiones del equipo de EA: esto es una carrera, y el objetivo es ir avanzando los máximos puestos posibles en cada circuito para llegar a Nueva York el primero, pero también ha quedado claro que salir del vehículo para esas escenas de persecución es algo, como poco, anecdótico, y que servirá más como secuencias de inicio o de final de carrera que como un elemento jugable importante.

Ya en la carrera, la pista ambientada en una de esas carreteras tan icónicas de Estados Unidos nos proponía ir adelantando posiciones mientras esquivábamos tráfico. Cuantas más maniobras peligrosas íbamos haciendo o más posiciones ganábamos, mayor nivel de nitro conseguíamos, al más puro estilo Burnout. Como punto importante a destacar de su jugabilidad, cuando nuestro coche se estrellaba contra un vehículo o éramos expulsados de la carretera, gastábamos, digámoslo así, una vida. Esto se refleja con un icono de Rebobinar que nos marcaba las veces que podíamos volver atrás en el tiempo para corregir el accidente.

Este sistema no funciona exactamente como lo visto en otros juegos como Forza Motorsport o los nuevos DiRT, donde podíamos rebobinar a voluntad, sino que únicamente podrán ser utilizados cuando estrellemos el coche.

Las carreras en NFS: The Run están repletas de eventos escriptados. Muy pocos tramos habrá en los que no ocurra algo inesperado.
Las carreras en NFS: The Run están repletas de eventos escriptados. Muy pocos tramos habrá en los que no ocurra algo inesperado.

La avalancha en la nieve era más frenética, con una carrera donde teníamos que llegar al final antes que el rival si no queríamos ser pillados por la naturaleza. A medida que íbamos sorteando las piedras desprendidas en el camino y los montones de nieve que caían, el juego nos recordó algo a esos eventos que ocurrían en Split/Second, donde se nos exigían reflejos rápidos y, quizá, algo de suerte, ya que en ocasiones, y a esas velocidades, es imposible saber qué parte del camino quedará bloqueado antes de que sea demasiado tarde. En esta carrera también teníamos el sistema de rebobinado que hemos mencionado anteriormente, por lo que es más que probable que funcione a lo largo de todo el juego.

Need For Speed sigue su propuesta de ofrecernos cada año algo distinto, y en esta ocasión Black Box, el equipo que más tiempo ha estado en la franquicia, ha tenido dos años para poder plantear bien el proyecto y llevarlo a buen puerto. De momento no se ha confirmado nada concreto sobre su modo online o si usará el sistema de Autolog que tan buenos resultados ha cosechado en la franquicia (y que otras licencias de EA fuera del género de la conducción han implementado). El reto no es fácil, ya que la entrega del año pasado, Hot Pursuit, dejó el listón bien alto, pero con un motor como el que tienen y la experiencia de tanto tiempo detrás de la licencia, convierten a The Run en uno de los títulos cuya estela habrá que seguir de cerca de aquí a finales de año.

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