Hubo una época en que a los fabricantes de consolas se les fue la cabeza fabricando periféricos. Probablemente conozcas el caso de Sega con su Megadrive, a la que puso un añadido para reproducir juegos con CD, y más tarde una expansión aún más potente para convertirse en una consola de 32 bits. Pues bien, Nintendo también quiso jugar en esa liga, pero a su manera, por supuesto.
Probablemente no te suene de mucho, pero Satellaview fue toda una revolución en su momento: un producto adelantado a su tiempo. Consistía en un módem por satélite que iba acoplado a la Super Famicom (SNES japonesa), y permitía algo fascinante: que tu consola se conectara a través de una parabólica a los servidores de Nintendo. ¿La finalidad? Bastante alucinante para hablar de que estabas en 1995: descargar juegos, actualizaciones, noticias y hasta revistas. Todo con una suscripción mensual, ¿a qué te suena? Pues sígueme que te lo cuento todo.
Caja original de Satellaview. Foto: Fanbyte.com
El Game Pass de Nintendo
La historia de Satellaview es de lo más curiosa. Allá hacia principios de los años noventa, en Japón existía una compañía exitosa que se vanagloriaba de tener la primera emisora de radio digital por satélite. Su nombre era St.GIGA, pero por diversas cuestiones estuvo a punto de cerrar, hasta que llegó Nintendo, vio una oportunidad, y compró una buena parte de su accionariado. ¿El objetivo? Crear un periférico de lo más inusual, justo en la época en que la Virtual Boy ya había salido al mercado. Como ves, por aquel entonces Nintendo no escatimaba en ideas locas.
Su precio fue comedido, unos 150 dólares de la época, se adquiría únicamente por pedido postal, contó con el apoyo de varias compañías como Square Enix o Konami, y hasta Microsoft se interesó en la tecnología para usarla en Windows (algo que no llegó a ninguna parte). Pero lo que nos interesa: tuvo juegos, muchos, en total un catálogo de 114 títulos. Uno de sus exclusivos fue un juego de puzzles y plataformas, Sutte Hakkun, que tenía la particularidad de que recibió nuevos niveles mediante descarga, algo increíble por aquella época.
Logotipo de Stellaview
Solo tenía una pega, y es que para conectarte al satélite debías esperar a que se encontrara sobre Japón (unas pocas horas cada tarde: de 16:00 a 19:00), aunque lo descargado podías guardarlo en una tarjeta de memoria acoplada al dispositivo. Para que entendáis de lo que iba esta locura, hubo una versión de Dragon Quest que semanalmente ofrecía un nivel distinto, pero también algo que muy poca gente sabe: una continuación de F-Zero que contenía nuevas pistas. Incluso había remakes del primer Zelda y del clásico Excite Bike, con gráficos adaptados a los 16 bits de Super Nintendo.
La ciudad HUD de Satellaview
Satellaview tuvo juegos, muchos, en total un catálogo de 114 títulos
De forma resumida, Satellaview tenía novedades, pero sobre todo versiones adaptadas de juegos ya conocidos (como Dr. Mario o Mario Paint), aquí con mejores gráficos, nuevos contenidos o distintas funcionalidades. Hasta se llegaron a organizar torneos. Y ahora viene lo mejor. Había títulos que sacaban partido de la característica SoundLink, lo cual permitía escuchar versiones narradas de los juegos (sí, con voces reales), al igual que versiones mejoradas de las bandas sonoras originales, las cuales eran recibidas directamente por el satélite conectado a la consola.
BS The Legend of Zelda de Satellaview
Necesitaría otro artículo para contaros todas las curiosidades de este aparato, como que había un particular menú al estilo "ciudad de Earthbound" que te permitía moverte con tu propio avatar entre las distintas opciones disponibles. Sin embargo, creo que os ha quedado claro que no fue un periférico menor. Se contaron 100.000 suscriptores en Japón y tuvo un apoyo continuado hasta que cinco años después cayó en el olvido. La llegada de una nueva generación de consolas, unido al descalabro económico de St.GIGA, impidieron dar continuidad a este sueño. Triste final, pero no por ello poco interesante de conocer.
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