Historia Principal (Secuencia.Recuerdo)
Guía de Assassin's Creed IV: 2.2.- ¿Y mi azúcar?
Autor: Pol Surriel
En el conflicto de la misión anterior, el mercader no pudo escapar de los guardias. Ellos han requisado todo lo que llevaba consigo. Seguiremos a dos soldados para intentar descubrir su paradero y recuperarlo. Sin perder el rastro de ambos habrá que emplear sigilo para que no descubran nuestra presencia.
Llega un punto en el que empiezan a conversar, por lo que deberemos desplazarnos a poca distancia y sin ser vistos para poder escuchar. Gastar el poco dinero que nos queda en bailarinas nos hará mucho más fácil el trabajo. Cuanto más nos mezclemos con la gente menos se notará nuestra presencia. Y, si usamos la vista de águila para marcar a los objetivos, será más difícil perder su rastro.
Por la conversación, ya sabremos quién tiene nuestras posesiones: el capitán Vendoza.
Deberemos perseguir a alguien apodado “el tiburón”, que lleva encima la llave del lugar donde están nuestras pertenencias: el calabozo. Se la robaremos cuando se nos indique e iremos al calabozo. Allí nos encontraremos a muchos guardias que nos dificultaran ser sigilosos. Es prácticamente imposible llegar a nuestro destino sin matar o atraer a ninguno de ellos, pero siempre podemos asesinarlos sigilosamente y eliminarlos metódicamente para hacer de la misión algo más interesante que un enfrentamiento. Una vez recuperado lo que es nuestro deberemos volver al barco para informar a nuestro compañero de lo sucedido. Allí, nuestros caminos se separarán por un tiempo.
Objetivos opcionales
Llega un punto en el que empiezan a conversar, por lo que deberemos desplazarnos a poca distancia y sin ser vistos para poder escuchar. Gastar el poco dinero que nos queda en bailarinas nos hará mucho más fácil el trabajo. Cuanto más nos mezclemos con la gente menos se notará nuestra presencia. Y, si usamos la vista de águila para marcar a los objetivos, será más difícil perder su rastro.

Por la conversación, ya sabremos quién tiene nuestras posesiones: el capitán Vendoza.
Deberemos perseguir a alguien apodado “el tiburón”, que lleva encima la llave del lugar donde están nuestras pertenencias: el calabozo. Se la robaremos cuando se nos indique e iremos al calabozo. Allí nos encontraremos a muchos guardias que nos dificultaran ser sigilosos. Es prácticamente imposible llegar a nuestro destino sin matar o atraer a ninguno de ellos, pero siempre podemos asesinarlos sigilosamente y eliminarlos metódicamente para hacer de la misión algo más interesante que un enfrentamiento. Una vez recuperado lo que es nuestro deberemos volver al barco para informar a nuestro compañero de lo sucedido. Allí, nuestros caminos se separarán por un tiempo.
Objetivos opcionales
- Contrata a bailarinas para distraer a los guardias.
- Evita un enfrentamiento directo: Instrucciones para entrar en el calabozo; Este objetivo puede parecer complicado, pero es tan sencillo como matar a los guardias del camino sigilosamente, ser paciente y observar los movimientos y rutas de los patrulleros. Si quieres un método efectivo con un recorrido y pasos concretos sigue estas instrucciones: Contrata a unas bailarinas, acércate a los dos guardias que defienden el puente para que una de ellas les distraiga. Entonces, entra en el fuerte y ordena a distancia que distraigan a los enemigos que rondan por la entrada principal. Anda despacio hasta una puerta que encontrarás en la pared de la derecha junto a unos arbustos. Allí encontrarás a dos guardias, uno de espaldas y uno de cara que seguramente te verá. Si no te ha visto espera a que te vea, cuando lo haga, andará confundido hacia ti.
Entonces debes seguir hacia la derecha, andando (Seguir andando en la dirección de la puerta por la que has entrado). Encontrarás una salida cara al muelle. Cúbrete tras la salida, silba al gruardia que se dirige hacia ti y cuando se acerque asesinalo sigilosamente. Una vez lo hayas hecho asesina al otro guardia, nadie te verá. Solo queda una dirección, por unas escaleras, sigue hasta encontrar unos barriles y una ventana abierta. Prende los barriles y salta por la ventana. Trepa por la pared hasta la ventana de enfrente, al entrar estarás en una sala donde puedes ver otra ventana. Salta por ella y al tercer poste escala hacia arriba.
Habrá un guardia vigilando, mátalo tirándolo al mar desde el saliente y espera a que el otro guardia de delante venga a la misma posición para hacer lo mismo con él. Estos dos guardias tienen un recorrido, por lo que pueden tardar un poco en llegar. Cuando acabes con ellos súbete y escóndete tras las cajas que hay a la izquierda. Cuando el guardia que ronda tras las cajas se acerque, silba y mátalo. Sigue por ese camino y verás un total de 5 enemigos; tres guardias de espaldas, uno andando y otro en el tejado. Cuando el del tejado no mire y el que camina se pare mirando al océano, esprinta hasta el objetivo. Una vez hayas saqueado salta al agua y sal de la zona.