Historia Principal
Guía de Lords of the Fallen: El Adorador
Autor: Jon Serrano
Una vez accedas al cementerio toca un nuevo combate contra un Jefe Final. En esta ocasión se trata del Adorador y su afilada guadaña.
El Adorador actúa igual en todas las fases del combate. Posee ataques a corta distancia y es capaz de golpear el suelo con una energía azul capaz de aturdirte. Si te mantienes alejado te atacará por medio de unas bombas o clavará la guadaña en el suelo para hacerla aparecerá en tu posición para tres ataques.
Para este Jefe es recomendable usar un equipamiento que te permita ser rápido. La estrategia es tenerlo siempre a corta distancia para que su patrón de ataques se alterne entre dos golpes y el aturdimiento. De esta forma tendrás tiempo suficiente para atacarle un par de veces antes de volver a esquivar. Se trata de una forma lenta pero segura. Otro detalle a tener en cuenta es que si utiliza su habilidad para aturdir y afecta a alguno de los pequeños templetes que hay, el edificio se destruirá pero quedará aturdido durante el tiempo suficiente como para golpearlo con dureza.
Sin embargo el Adorador posee un ataque todavía más temible que el resto. Habrá un momento en el que hinque la rodilla en el suelo y se ponga a canalizar un hechizo. No le ataques, busca resguardo en uno de los templetes. Esta habilidad hace que todo el cementerio comience a brillar con una espectral luz azul, causando una muerte instantánea si no estás a seguro. Tras la explosión sal de tu escondite y vigila dónde aparecen las montañas de huesos. Son como huevos, si les das tiempo saldrá un enano de cada una. Por esto mismo un equipo ligero permite moverse con rapidez para destruirlos antes de que salgan.
Cuando venzas al Adorador recoge los cráneos humanos desperdigados por el cementerio.
El Adorador actúa igual en todas las fases del combate. Posee ataques a corta distancia y es capaz de golpear el suelo con una energía azul capaz de aturdirte. Si te mantienes alejado te atacará por medio de unas bombas o clavará la guadaña en el suelo para hacerla aparecerá en tu posición para tres ataques.
Para este Jefe es recomendable usar un equipamiento que te permita ser rápido. La estrategia es tenerlo siempre a corta distancia para que su patrón de ataques se alterne entre dos golpes y el aturdimiento. De esta forma tendrás tiempo suficiente para atacarle un par de veces antes de volver a esquivar. Se trata de una forma lenta pero segura. Otro detalle a tener en cuenta es que si utiliza su habilidad para aturdir y afecta a alguno de los pequeños templetes que hay, el edificio se destruirá pero quedará aturdido durante el tiempo suficiente como para golpearlo con dureza.

Sin embargo el Adorador posee un ataque todavía más temible que el resto. Habrá un momento en el que hinque la rodilla en el suelo y se ponga a canalizar un hechizo. No le ataques, busca resguardo en uno de los templetes. Esta habilidad hace que todo el cementerio comience a brillar con una espectral luz azul, causando una muerte instantánea si no estás a seguro. Tras la explosión sal de tu escondite y vigila dónde aparecen las montañas de huesos. Son como huevos, si les das tiempo saldrá un enano de cada una. Por esto mismo un equipo ligero permite moverse con rapidez para destruirlos antes de que salgan.
Cuando venzas al Adorador recoge los cráneos humanos desperdigados por el cementerio.