Hace poco más de un mes salía a la luz un estudio sobre la Generación Z en el que se destacaba que el 81% de los jóvenes reclamaban el salto a la jornada laboral de cuatro días por considerarlo más productivo. Apenas unos días después, Alemania completaba su primer gran experimento sobre la semana con reducción de jornada y dictaba sentencia: la Generación Z tiene razón en su particular petición.
El resultado reflejado por Alemania sobre la semana laboral de cuatro días es aplastante. Tras una prueba separada en dos fases, con seis meses de análisis y optimización de procesos, y otros seis meses con todos los cambios aplicados, el 73% de las empresas que han participado en la prueba ya no quieren volver a la jornada de cinco días.
Alemania frente a la semana de cuatro días laborales
El sistema de cambio a la semana laboral de 4 días, auditado por la organización 4 Day Week Global, se basaba en un modelo en el que se mantenía el 100% del salario, se apuntaba a un 80% de horas de trabajo, y se perseguía un 100% de rendimiento. Sin embargo, no se trataba de una prueba con unos márgenes cerrados.
Había empresas que abrazaban la semana de cuatro días con un quinto de fiesta, otras redistribuían a los trabajadores para mantener los horarios habituales, y algunas incluso apostaron por una semana de 4,5 días redistribuyendo los días festivos. Y de entre todas ellas, incluyendo pequeñas compañías pero también grandes empresas con más de 250 empleados, sólo el 20% de las participantes volverá a la jornada laboral de siempre.
El resto, además de ese 73% que va a mantener la reducción de jornada, también incluye un 7% que se muestra indecisa sobre qué pasos tomará a continuación, pero en todos los casos se ha constatado que la reclamación realizada por la Generación Z, sumada a todos los otros estudios que se han hecho recientemente, apuntan a unos niveles de productividad envidiables.
O se han mantenido respecto a los que se alcanzaban en la semana laboral de cinco días, o en algunos casos incluso se ha aumentado ligeramente. Gran parte de la clave detrás de ese éxito está no sólo en cómo la salud mental de los trabajadores ha mejorado reduciendo los niveles de estrés, sino también en el uso que se le ha dado a la tecnología para alcanzar esas cifras.
Cómo las nuevas tecnologías pueden ayudarnos en la semana de 4 días
Las reuniones de trabajo se han visto reducidas en un 60% y el 25% ha incorporado nuevas herramientas digitales para agilizar procesos, lo que ha terminado traduciéndose en una mejora del bienestar que, para el 50% de los empleados, ha supuesto un gran cambio. El 13% de los mismos reconoce que la mejora se notó en algunos aspectos, y el 31% que había mejorado un poco. El 6% asegura que no notó mejoría.
Además de opciones como la del trabajo híbrido, si algo han traído bajo el brazo los nuevos avances tecnológicos son más alternativas. Frente al miedo a esos cambios de productividad, bienvenidos son los sistemas de gestión de tiempo y objetivo que las tecnológicas llevan años abrazando y también tienen cabida en otras empresas. Ejemplos de trabajo colaborativo como Notion, o sistemas de gestión como Trello o Asana, no tienen por qué quedarse anclados al mundo del desarrollo.
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Que los jóvenes se hayan criado entre herramientas similares, y ahora abracen sin miedo todo ese sector de automatismos que entrega la ciencia computacional, es sólo un ejemplo más del cambio que se avecina. Su enfoque en objetivos en vez de en horas trabajadas tarde o temprano terminará notándose. Y no tardará demasiado en hacerlo.
Con la Generación Z apuntando a ser el 39% de la fuerza laboral de las empresas durante el próximo año, y apuntando a saltar hasta el 70% de la misma para 2030, su papel a la hora de impulsar el mundo laboral en otra dirección y cambiar las reglas del juego resulta importantísimo. Que se hayan convertido en uno de los principales defensores de cambios como el teletrabajo o la jornada laboral de cuatro días es, tal y como dicen los números, razón más que suficiente para confiar en esa evolución.
Imagen | Alpiz en Midjourney
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