Incluso tras años haciendo mecanografía durante mi juventud, siempre me ha fascinado la velocidad que alcanzan los expertos en una máquina de escribir cuando tienen que apuntar palabra por palabra lo que están escuchando. No sabía que, antes de que llegase ese invento, tenían que agarrarse a otro método aún más complejo. La taquigrafía se define como un sistema de escritura mediante signos y abreviaturas que permite transcribir las palabras a la velocidad con que se pronuncian. Y sí, es tan demencial como suena.
El misterio de la letra del diablo
Lejos de ser un invento relativamente moderno, en realidad es una práctica que se remonta a la Grecia antigua y al Imperio Romano. Una escritura mediante la que una palabra concreta pasa a representarse con un palo dibujado de cierta manera y que, tal y como relataba el escritor Charles Dickens, era un dolor de muelas. En su novela autobiográfica David Copperfield explicaba su periplo a la hora de aprender taquigrafía con la intención de ser más ágil para escribir más con menos:
"Compré un célebre tratado sobre el arte de la taquigrafía (que me costó diez chelines) y me sumergí en un océano de dificultades, y al cabo de algunas semanas casi me habían vuelto loco todos los cambios que podía tener uno de esos acentos que colocados de una manera significaban una cosa y otra en tal otra posición; los caprichos maravillosos figurados por círculos indescifrables; las consecuencias enormes de un signo tan grande como una pata de mosca; los terribles efectos de una curva mal colocada, y no me preocupaban únicamente durante mis horas de estudio: me perseguían hasta durante mis horas de sueño".
No sin sufrir, Dickens finalmente hizo suya la taquigrafía y terminó dominándola, pero lo hizo hasta el punto de crear nuevos símbolos, simplificar otros, u optar por distintas variantes que evolucionaban con el paso del tiempo hasta llegar a un punto en el que, pese a poder descifrar a la perfección lo que había escrito un día, lo que escribió un año después era un completo galimatías. Aquella escritura pasaría a conocerse como la letra del diablo y, en concreto, una de sus cartas se convirtió en un auténtico desafío para los criptógrafos.
Tanto que más de 100 años después nadie había conseguido descifrarla, así que aprovechando el auge de internet, se creó el proyecto The Dickens Code y se acudió a Reddit para publicar la carta e invitar a los usuarios de Codes a colaborar para intentar desvelar el misterio en una competición en la que el ganador, quien consiguió descifrar más símbolos, ni siquiera había leído una obra de Dickens.
Imagen | Mack4853 en Midjourney
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