Aunque la historia de un simio gigante caminando por la selva nos traslada de forma automática a la ciencia ficción acordándonos de King Kong (para después reírnos con lo absurdo de la idea), en realidad el concepto no difiere tanto de pensar en lagartos gigantes capaces de dominar la Tierra hace miles de años. Visto desde esa perspectiva, ¿existió en algún momento un simio gigante? ¿Tenemos pruebas de ello? Pues me temo que, aunque está lejos de las dimensiones del monstruo del cine, el Gigantopithecus blacki sería lo más cerca que hemos estado de ello.
Con unas dimensiones de 3 m de alto y 500 kilos de peso, el Gigantopithecus blacki fue un simio que vivió en la región de China hace más de 20.000 años. Una bestia gigantesca que se alimentaba a base de frutas y plantas y que, por su inmenso tamaño, quedaba relegado a vivir en cuevas en vez de encaramarse a los árboles como hacían sus hermanos.
¿Por qué se extinguió este simio gigante?
En cierto punto de su historia, estos simios empezaron a desaparecer y hasta ahora se creía que su extinción estaba relacionada con el cambio climático que se produjo en aquella época tras la Edad de Hielo. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Sídney descubrieron que, aunque la teoría era correcta, había más razones implicadas a la hora de entender por qué esta especie no pasó el corte de la selección natural y otras similares sí.
Con los cambios de temperatura llegó también la evolución del terreno, y la selvas y bosques de los que eran naturales esta especie empezaron a ceder hueco a enormes praderas en las que se sentían menos cómodos. La falta de sus alimentos habituales se convirtió en un problema, que sumado a las necesidades de nutrientes que requería mantener aquellos inmensos cuerpos, fueron minando poco a poco sus posibilidades de supervivencia.
Fue su enorme masa física la que, además, les impidió aventurarse más allá de su hábitat en busca de fuentes de comida más propicias, y tal y como han demostrado los restos encontrados entre las mandíbulas de sus fósiles, estos majestuosos animales no supieron adaptarse a los cambios del ecosistema con la suficiente agilidad para salir adelante.
Imagen | Southern Cross University
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