Has vivido esta situación miles de veces. Estás sentado en el sofá, es de noche, y el único ruido que parece rodearte es el que se cuela por la ventana o el que emite la tele. Y de repente… Clank, clank, clank… Ya está el vecino de arriba jugando con sus canicas otra vez. Pero como ya sabrás por el titular de este texto, la culpa no es ni de tu vecino ni de unas canicas, sino del pulso de Zhukowski.
Lo que escuchas cuando parece que hay bolas correteando por el suelo del piso de arriba, en realidad son las tuberías del edificio adaptándose a la presión del agua que requiere ese momento. Al hacerlo dan forma a un fenómeno llamado golpe de ariete o, en homenaje al ingeniero que lo descubrió, el pulso de Zhukowski.
Qué es el ruido de canicas del piso del vecino de arriba
La idea es que al abrir un grifo el agua se mueve hacia la salida a toda velocidad y, cuando lo cierras, el flujo se frena de golpe. Las partículas que llegan hasta el extremo no son las únicas que estaban moviéndose, y el líquido que venía por detrás empuja y hace rebotar el fluido, haciendo que el aire se expanda y se eleve la presión. Del temblor resultante se genera una vibración con un característico sonido que, especialmente en el silencio de la noche, confundimos con las canicas del vecino.
La respuesta a por qué se produce ese sonido también ahora intempestivas está en el hecho de que, más allá de grifos y duchas, muchos aprovechan la noche para poner lavadoras y lavavajillas que hacen uso de esas mismas tuberías y que, al abrir y cerrar sus válvulas, replican el pulso de Zhukowski.
La próxima vez que lo escuches, alégrate de saber que las tuberías están gestionando la presión de forma adecuada y que, gracias a ello, no terminarán reventadas provocando una gotera aún más molesta que la obsesión de tu vecino por los juegos infantiles con pelotas de cristal.
Imagen | Max1962 en Midjourney
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