Está ya más que demostrado que los juegos cozy vienen en todos los tamaños y formas. En 2015, antes del boom de esta popular nueva forma de entender el videojuego, Alto’s Adventure nos enseñó que las mecánicas clásicas pueden funcionar muy bien cuando se combinan con un gran sentido estético y una atmósfera relajante.
Este muy recomendable título está desarrollado por el pequeño estudio canadiense Snowman y publicado por los británicos de Land & Sea, y desde entonces ha inspirado una secuela y un buen número de imitadores. Su sencilla pero adictiva fórmula funciona estupendamente, como ilustran las grandes críticas que obtuvo el juego. "Es casi tan bonito de jugar como de mirarlo", decían de él en Pocket Gamer.
Alto’s Adventure es un endless runner, es decir, un juego en el que nuestro personaje se desplaza automáticamente por el escenario a gran velocidad, y nuestro objetivo es coger monedas y evitar obstáculos. Hemos visto muchos de esos en el mercado móvil, pero donde la gente de Snowman brilla es a la hora de diseñar una estética preciosa y una atmósfera tranquila.
Jugabilidad y estética en sintonía
La aventura nos emplaza a unas montañas nevadas y está protagonizada por Alto, un esquiador de snowboard que trata de recuperar sus llamas perdidas. ¿Por qué han huido estos animales? La historia no es lo importante aquí. Pero sí saber que al principio de cada partida empezamos en la cima de la montaña en un apacible pueblo, y no tardamos ni dos segundos en lanzarnos colina abajo en su búsqueda, donde nos mantendremos hasta que un golpe nos haga empezar de nuevo.
Hay un confort en la repetición aquí. El diseño procedural de los escenarios garantiza que son siempre similares pero siempre diferentes. Mientras nos deslizamos saltando por obstáculos, cogiendo monedas, alcanzando a nuestras llamas y tratando de superar nuestra mayor distancia recorrida, descubrimos nuevos escenarios y desbloqueamos objetos y personajes nuevos.
El modo zen es el mejor modo de juego para aquellos que quieran tomarse las cosas con calma y disfrutar de las vistas. Y qué vistas. Cuando despojas al juego de sus objetivos y el mayor estrés de superar la puntuación, Alto's Adventure se convierte en una solitaria y apacible sesión de snowboard. Una que te llevará a recorrer verdaderas postales.
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