Salió en Japón en 2019 y lleva unos meses en Occidente: el juego de Vanillaware alcanza las 400.000 copias vendidas.
Buenas noticias para 13 Sentinels: Aegis Rim, el último juego desarrollado por Vanillaware, autores de Odin Sphere Leithrasir o Dragon's Crown entre otros. Su último trabajo ha superado los 400.000 juegos vendidos. Así lo ha confirmado el estudio en su página web, quienes alcanzan un nuevo hito después de que a finales de 2020 anunciaran que se habían superado las 300.000.
El juego salió a finales de 2019 en Japón y su llegada a Occidente en septiembre de 2020 ha puesto la obra en el mapa para muchos. De hecho, entre otros aspectos, ha sido noticia por lo difícil que ha sido durante varias semanas encontrar una copia del juego en tiendas debido a lo limitado de su tirada. Su propuesta es arriesgada y sus ventas eran una incertidumbre; pero ahora se demuestra que ha generado un interés equivalente a su calidad.
Estuvo nominado en The Game Awards como juego con mejor narrativa
El aspecto más admirado del juego es el desarrollo de su historia, que le ha valido para estar nominado a la mejor narrativa en premios tan importantes como The Game Awards. Quienes lo han jugado aseguran que deja huella. 13 Sentinels: Aegis Rim es una aventura de ciencia ficción que sigue la vida de 13 estudiantes que se enfrentan a la amenaza de los kaijus y deben hacerles frente con robots de combate equipados con todo tipo de armas para salvar el futuro de la humanidad. Una trama con mucho más trasfondo y dilemas morales de lo que puede parecer. Tanto que su director dijo que no cree que sean capaces de volver a hacer un juego así.
Precisamente, de eso os hablamos en nuestro análisis de 13 Sentinels: Aegis Rim, a la que catalogamos como una de las mejores aventuras de ciencia ficción de los últimos años: "La ambición de lo que ha creado el estudio a nivel narrativo sólo es igualada por su capacidad para sorprenderte a cada paso que das, según te adentras cada vez más en una trama que no deja de aumentar el ritmo", dice nuestro compañero Martín Amechazurra en su reseña. También conviene recordar que está perfectamente traducido al español.