Análisis de A Memoir Blue. Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego

Análisis de A Memoir Blue. Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego
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Una complicada historia familiar, una banda sonora preciosa y muchísimos recuerdos por revivir; así es A Memoir Blue, una nueva ficción interactiva que bebe de propuestas como Gris, Journey o That Dragon, Cancer. Su narrativa intimista, su estética de largometraje de animación y su conmovedora historia nos han encantado, ¿pero está al nivel de las grandes obras contemplativas del videojuego? Te lo contamos en nuestro análisis.

No es mi intención revivir los debates polémicos y cíclicos de la industria pero, una vez más, surge la pregunta de siempre: ¿merecen los videojuegos el estatus de arte? Yo creo que, como en la mayoría de los casos, las respuestas absolutas no son muy claras; de la misma manera que no todas las películas son artísticas, no todos los videojuegos tienen una ambición estética. La cosa se complica cuando empezamos a darle vueltas al tema y descubrimos que hay muchas formas de arte, así como incontables canales y métodos en los que profundizar: por ejemplo, el realismo de Red Dead Redemption II y de The Last of Us: Part II tiene algo de artístico, sin duda, pero también lo tiene la belleza cromática de Ghost of Tsushima, el "lore" de horror cósmico de Bloodborne, o los motivos temáticos de Undertale. Cada uno es artístico a su manera. Y eso sin contar quizás a algunos de los títulos "filosóficos" por excelencia, que generalmente lo son a través de la introspección, es decir, como reflexión sobre nuestras propias emociones, recuerdos o pensamientos, a fin de encontrarles un significado y entendernos mejor a nosotros mismos.

El videojuego como medio de expresión artística ha evolucionado muchísimo en las dos últimas décadas, especialmente en lo que a esa introspección se refiere. Es cierto que siempre ha habido títulos de corte reflexivo o emotivo, como Myst, pero ha sido en estos años cuando hemos visto un renovado interés por descubrir los propios canales de expresión del mundillo. Aquí se me ocurren unos cuantos ejemplos, pero me voy a quedar con dos: Gris, probablemente la obra más simbólica de los últimos tiempos, y What Remains of Edith Finch, una preciosa combinación de realismo mágico y de descubrimiento jugable. No obstante, no podemos desligar ambos juegos de todos los precursores de esa "corriente profunda" a la que tantísimo le deben. Su herencia, además de a otras artes, se remonta a títulos como Braid, Dear Esther, Limbo, Kentucky Road Zero, Journey o That Dragon, Cancer, cuyo nexo común son sus desgarradoras y conmovedoras historias sobre la vida, la pérdida o la soledad. El proyecto de debut de Cloisters, A Memoir Blue, puede que no tenga aspiraciones tan elevadas, pero continúa esa estela reflexiva y propone un interesantísimo viaje por los dominios de los recuerdos y de las relaciones familiares. En las siguientes líneas te cuento qué me ha parecido.

Sumergidos en el recuerdo

El núcleo del argumento de A Memoir Blue se encuentra en las relaciones maternofiliales. Nuestra protagonista sin nombre es una célebre nadadora olímpica que, en una tarde lluviosa y melancólica, se sumerge en los tempestuosos mares del recuerdo para entender sus orígenes y para reconciliarse con su turbulento pasado familiar. Eso sí, no esperes dramas humanos extraordinarios, ni tragedias imposibles, porque aquí todo gira en torno a esos pequeños detalles de la vida cotidiana que, por un motivo u otro, acaban determinando buena parte de nuestras experiencias vitales. La separación, la soledad en el hogar, el estrés, la compasión y la decepción son algunas de las emociones fundamentales de la aventura, y me gusta especialmente cómo la trama se las ingenia para ser emotiva e íntima sin caer en tópicos innecesarios. Es más, A Memoir Blue acierta de pleno a la hora de explorar los límites argumentales del medio pues, al estar desprovisto de textos y de diálogos de cualquier tipo, se expresa completamente a través de los canales propios del videojuego: el audiovisual y el jugable.

Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego

La trama se las ingenia para ser emotiva e íntima sin caer en tópicos innecesarios

Esta narrativa minimalista, casi esencialista, fue definida por el propio estudio como poesía interactiva y, aunque a priori tenía mis dudas al respecto (a fin de cuentas, no sería el primer proyecto que se escuda en la literatura para tapar otras carencias), debo decir que no creo que sea una valoración pretenciosa, sino más bien honesta. A Memoir Blue es, por encima de todo, una obra de nicho totalmente contemplativa, perfecta para esas noches en las que la memoria se siente un poco inquieta. Los elementos basados en situaciones reales y el marcado simbolismo del título se entrelazan continuamente; de hecho, la propia estética submarina y la representación de un océano desconocido no dejan de ser una metáfora de la profundización psicológica que realiza la misma protagonista. Hay decenas de significados que están ahí, esperando sin llamar la atención, pero puestos con una sensibilidad que me parece muy valiente y auténtica. Sugerir sin explicar explícitamente es más complicado de lo que puede parecer en primera instancia, y Cloisters consigue hacerlo con una naturalidad que no me esperaba.

Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego

Esto se debe a que, en líneas generales, estamos ante una trama con muy poca exposición objetiva, pero es precisamente esa parquedad narrativa y su fondo conceptista lo que posibilita que en A Memoir Blue cada jugador saque sus propias conclusiones. La interpretación es fundamental en todo momento, por lo que a pesar de que el título propone una aventura relajada, con escasa interacción jugable, no se trata de una experiencia pasiva, ni mucho menos. Creo que ahí reside parte de la magia del trabajo de Cloisters, y hasta cierto punto me pregunto si no ha sido ese planteamiento lo que les ha valido para publicar su primer proyecto bajo el sello de Annapurna Interactive, toda una señal de calidad en la escena independiente. Por otro lado, es verdad que la historia es muy breve (dura en torno a una hora y media) y escasamente rejugable, más allá de darle alguna vuelta adicional a los mismos acontecimientos, algo que entiendo que pueda echar atrás a más de uno. Eso sí, aunque su argumento no evolucione el mundo del videojuego ni sea el mejor de su estilo, consigue dejar unas sensaciones tan especiales como duraderas.

Una relajante ficción interactiva

Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego

A nivel jugable, A Memoir Blue es un tanto difícil de definir. Creo que lo más sensato es considerarlo como una ficción interactiva en dos dimensiones, con algunos elementos muy básicos de aventura gráfica, véase resolver algún que otro acertijo del escenario o interactuar con ciertos elementos de la escena para avanzar. En este sentido, hay distintas mecánicas relacionadas con el entorno, como ajustar el dial de una radio que aparece en varios compases de la aventura, recolocar los muebles de la habitación o poner los focos de un escenario, por ejemplo; sin embargo, no hay ningún tipo de libertad, ya que esas pequeñas dosis de interacción ambiental están muy guiadas y no plantean nunca un reto, si bien tampoco creo que lo pretendan. De hecho, salvo en escasas situaciones no se puede controlar ni siquiera el movimiento de la protagonista, por lo que se echa en falta un poquito más de ambición en este sentido. En cualquier caso, creo que el funcionamiento jugable del título sirve a dos propósitos. El primero tiene que ver con hacer al jugador partícipe de la historia, mientras que el segundo es una cuestión de ritmo y cohesión narrativa, puesto que los segmentos interactivos suelen dar comienzo o término a las escenas visuales, que son el auténtico plato fuerte de la fórmula.

Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego

Muchas veces da la sensación de estar compuesto por breves cortometrajes de animación

Estas escenas combinan modelos generados con el motor del juego, de acabados a veces un tanto discutibles, con preciosos cortos animados, de colores y formas suaves; el estilo recuerda un poco al trazado de los dibujos asiáticos de mediados del siglo XX (después de todo, el estudio tiene ascendencia taiwanesa), o a la época clásica de Disney, salvando las distancias. Por ello, A Memoir Blue muchas veces da la sensación de estar compuesto por breves cortometrajes de animación, y es ahí donde se siente más cómodo, e incluso deja algunas instantáneas para el recuerdo. El uso de la luz y la configuración de los planos también están muy bien estudiados, pero me temo que a veces se ven ensombrecidos por las animaciones del motor gráfico o por sus texturas, que pueden pecar de planas. De todas formas, estas asperezas se deben a que el proyecto es bastante modesto, y fuera del ámbito técnico A Memoir Blue logra ser cautivador en lo audiovisual.

Cuando no necesitas palabras para emocionar con un videojuego

Además, la música es sensacional, y ya te puedo adelantar que acompaña a la perfección en todo momento; destacan la canción del prólogo y la del epílogo por su corte humano, evocador, hasta el punto de que se quedan grabadas en la memoria durante unos días. Quizás su banda sonora, en conjunto, no brilla tanto como la de algunos de los títulos anteriormente mencionados, pero casa a la perfección con la estética de la historia y no recurre en ningún momento a técnicas melodramáticas vacías. Excepcional trabajo en el ámbito sonoro y en el artístico, sin duda.

Emotivo y cautivador

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A Memoir Blue

Por: El equipo de 3DJuegos
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Puede que A Memoir Blue no sea un videojuego para todo el mundo, de la misma manera que Gris, Braid o Journey tampoco lo fueron; sin embargo, eso no tiene nada de malo porque de vez en cuando el medio que tanto nos apasiona necesita respirar en libertad y dar lugar a propuestas de diversa índole. En líneas generales, creo que la primera obra de Cloisters tiene mucho éxito a la hora de seguir la corriente de los títulos más contemplativos de los últimos años, pero quizás le ha faltado un poco de ambición para poder situarse al mismo nivel que ellos. Eso sí, su preciosa historia, su narrativa intimista y esencial, y sus conmovedoras escenas de animación me han cautivado de principio a fin, por lo que si eres capaz de sobreponerte a sus asperezas visuales y a su escasa duración, o si te gustaron cosas como Behind the Frame, no me cabe ninguna duda de que A Memoir Blue te llegará al corazón.

5 Cosas que debes saber:
  • Historia muy íntima sobre las relaciones familiares.
  • Narrativa minimalista, sin texto ni diálogos, que induce a la interpretación.
  • Jugabilidad muy sencilla, prácticamente es un largometraje interactivo.
  • Sensacional banda sonora y diseño artístico.
  • Muy breve y quizás falto de ambición.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés (canciones).
Duración: 1 - 2 horas
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