Mario Gómez
Editor SeniorPuede que la saga Ace Combat no sea precisamente la más popular entre el público 'mainstream', pero es sin duda una de las que te marca cuando le das una oportunidad y siempre la he tenido en alta estima. Una de las maneras en las que los cazas de Bandai Namco se ganan tu corazón es mediante su música: son campañas cargadas de épica y emoción, con melodías que elevan todo eso de manera exponencial. Y a sus autores no les tiembla la mano a la hora de tomar medidas drásticas para garantizar que así sea.
Tal fue el caso de Ace Combat 7: Skies Unknown, la entrega numérica más reciente de la franquicia en el momento de escribir estas líneas. Aquel tenía previsto llegar a tiendas en 2017, pero sus desarrolladores lo retrasaron en un par de ocasiones y el juego terminó aterrizando dos años más tarde. Parte de esto ocurrió porque desde Project Aces querían mejorar el aprovechamiento del motor gráfico (Unreal Engine 4) pero también porque el juego necesitaba emoción.
Cuando Bandai Namco necesitó "una obra maestra"
Aunque suene algo raro decir esto mientras hablamos de un simulador arcade, la realidad es que Ace Combat ha interiorizado tanto ese componente de épica que el juego nunca se entendería sin tener al menos algo especial. Y durante los últimos compases del desarrollo, el productor Kazutoki Kono no estaba teniendo nada claro que esta entrega fuese a cumplir en ese sentido. Halló la solución al problema en, cómo no, la música: reescribió una misión completa de la campaña para garantizar al menos un momento que llegase hondo.
"Me quedé perplejo al comprobar que no se me ponía la piel de gallina" reconocía el creativo en Twitter. "Es poco probable que algo que no me pone la piel de gallina conmueva el corazón de alguien más. Ya estaba todo organizado, pero sabía que no podíamos continuar de esta manera. Había que actuar: si nos rendíamos, sería un desperdicio". Ni corto ni perezoso, Kono contactó con el compositor Keiki Kobayashi para pedirle algo tan concreto como difícil.
Una obra maestra. Pero es un desafío que, según contaba el propio productor, Kobayashi aceptó con diligencia: "Dijo 'comprendido'. No hubo ni una sola queja. Mandó un borrador junto con instrucciones para corregirlo. Se grabó de inmediato". La pieza en cuestión, por si quieres localizarla dentro de la banda sonora original de Ace Combat 7, se llama Daredevil en honor a precisamente esta historia que estamos recuperando.
En inglés, Daredevil significa temerario: un agente imprudente que toma riesgos para avanzar en su propósito. Alguien que ataca con arrojo. Es justo lo que aquello representaba a nivel de desarrollo, no es nada habitual modificar los contenidos de un juego cuando se considera terminado porque puede causar infinidad de problemas técnicos y a su vez, también puede afectar a los planes de marketing. "Implementar piezas musicales después de la fecha de entrega es una locura. Titulamos la pista 'Daredevil'" concluía Kono.
Lo curioso del asunto no es que un tema musical fuese a salvar todo lo demás por arte de magia, sino que el estudio decidió coreografiar una misión entera de tal manera que la música pudiese crear un golpe de efecto durante un momento clave de la historia —aquel en el que las cosas cambian a favor de nuestro bando, por una vez. "La acción, el drama y el sonido actúan en conjunto. M19, que da lugar a un final explosivo, ha concluido. ¡Tengo la piel de gallina!" celebra Kono.
Ojo, que vienen spoilers: el momento de marras tiene lugar cuando Trigger, nuestro protagonista, derriba la última nave Arsenal Bird asestando un duro golpe a Erusea y poniendo fin a la guerra. Originalmente, el vehículo en cuestión no tenía escudos; pero las misiones 12 y 19 cambiaron de tal manera que tuviésemos un enemigo aparentemente imbatible. Puedes ver cómo la música baila con los diálogos en la versión final en el siguiente vídeo (min. 1:00).
Daredevil llegó en el último momento para asegurar que al menos una de las veinte misiones que componen la campaña de Ace Combat 7 fuese lo suficientemente conmovedora como para ponerle la piel de gallina al productor, retomando un legado inmenso de juegos de aviación que han tratado (y logrado) de causar un efecto de catarsis en el jugador. La serie está llena de ellos, insisto; y Keiki Kobayashi tiene una manera muy particular de construir sentimientos con paciencia y delicadeza. Aquí tienes otros ejemplos que te recomiendo visitar.
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