Age of Empires es un nombre indisociable del género de los RTS. Fue la saga que -siguiendo la estela de clásicos Dune y Command & Conquer- popularizó y consolidó el género para el gran público en PC hace ya un cuarto de siglo en partidas que ponen a prueba no sólo nuestra visión estratégica, sino nuestros reflejos por lo intenso y exigente de sus batallas contra otros jugadores o sus históricos escenarios.
Coincidiendo con el 25 aniversario de la saga -y casi con el primero del lanzamiento de Age of Empires IV- Microsoft y Relic están de celebración como muestran sus últimos anuncios para con su buque insignia en los RTS, ¡que da el salto a consolas! Y no lo hará en solitario porque Microsoft ha confirmado que Age of Empires 2 y Age of Empires 4 tendrán versión en Xbox. Pero volviendo a las novedades del original de PC, destaca el estreno de una expansión gratis que introduce a los imperios Otomano y de Malí, convirtiéndose así en las primeras civilizaciones nuevas a las que tienen acceso los fans de AoE IV. Se han hecho de rogar, la verdad, pero ya os adelanto que Relic se ha reafirmado en lo que prometió sobre hacer que cada civilización se sienta única y no un mero "reskin" de las otras con unas pocas unidades exclusivas.
La pólvora contra el oro, otomanos contra malienses en Age of Empires IV
Empezando por el Imperio Otomano, su estilo de juego se basa en la contínua producción de unidades de combate gracias a su edificio exclusivo, la academia militar. Éste, produce de manera gratuita casi cualquier unidad, pero lo hace a una velocidad mucho menor que los cuarteles donde podríamos producirlas pagando. Los otomanos también pueden potenciar la velocidad de producción militar de este nuevo edificio, de los cuarteles o de los talleres de ingeniería para las armas de asedio colocándolos en el área de influencia de una herrería.
Las nuevas civilizaciones aportan mucho más de lo que parece a la fórmula
Complementan esta apabullante capacidad de producción con la Gran Bombarda, el Jenízaro, o el Mether, una unidad no combatiente pero que potencia la defensa o ataque de aquellas que la acompañan. Como broche final, está su mecánica de puntos de Visir. Consisten en una especie de puntos que ganamos al pelear o avanzar de edad y que nos permiten comprar hasta nueve bonificaciones que recibiremos al instante o al poco rato; en esencia, es como la mecánica de las cartas de la metrópolis de Age of Empires III, sólo que prefijada y más simple.
Teniendo estos factores en cuenta, puedo decir que el Imperio Otomano de Age of Empires IV es una civilización flexible, y que sirve para jugadores tanto pasivos como agresivos. Tenía que planificar las ciudades de manera que los centros de producción militar estuvieran concentrados en torno a herrerías o universidades para producir a una velocidad pasmosa grandes ejércitos en poco tiempo. Y era un gozo ir enviando oleadas de nutridos grupos de ataque contra las posiciones del enemigo, en las que si llegamos a la Era de los Imperios, la Gran Bombarda será la unidad principal. Una sola de esta cara pero rentable pieza de artillería me permitió acabar con edificios de uno o dos cañonazos; por hacer un símil con Star Wars, es como la Estrella de la Muerte para muchos edificios.
Por su parte, el Imperio Malí, el gran potentado de África Occidental, basa su estrategia en una sólida economía y en tácticas de golpear y huir. Los edificios que construyen para avanzar de edad pueden permitirles generar oro, piedra o comida automáticamente, y su infantería -aunque algo más débil que las del resto de las civilizaciones- es rápida, versátil, y con un alcance a distancia superior a la media. Destacan las Musofadi, que pueden ocultarse en cualquier parte del mapa durante cierto periodo de tiempo y tender emboscadas a sus enemigos, o los jabalineros, cuyo alcance no tiene nada que envidiar a los arcos largos ingleses.
Pero donde realmente brilla su capacidad económica es en los mapas en los que hay puestos comerciales, ya que otro de sus edificios exclusivos es el puesto avanzado. Aparte de poder mejorarse como torre de vigilancia y defensa, cobrará un peaje en forma de más comida u oro a toda caravana comercial -independientemente del bando- que pase por su área de influencia en su viaje de retorno al mercado del que salió.
Si con los Otomanos podía permitirme el ''tortuguear'' un poco y quedarme en base, con los malienses no podía relajarme. Es una civilización orientada a un juego muy agresivo por la fragilidad y especialización de sus tropas, pero que recompensa al jugador que es capaz de realizar ataques coordinados. Nunca he sido un jugador que sea muy ducho en combinar hábilmente la microgestión del ejército con la macrogestión de la base en los RTS, pero lo bueno de esta nueva civilización es que, una vez estableces la economía, puedes dedicarte a lanzar tropas y hostigar la economía de tu enemigo con las tácticas de largo alcance y subterfugio de su infantería en el juego temprano. Si la partida se alargaba un poco, a veces tenía problemas en las fases finales; sus ejércitos no son tan potentes como algunos de los de sus adversarios. Si antes he comparado a los Otomanos con el Imperio en Star Wars, en combate los malienses recuerdan a los Zerg de Starcraft, que no pueden permitirse atrincherarse al principio y tienen que ser agresivos desde el minuto uno.
Las sensaciones que me han transmitido estas dos civilizaciones son muy distintas. Si bien he encontrado más ''fáciles'' de manejar a los Otomanos, el Imperio Malí puede suponer un poderoso adversario en las partidas ya que su economía es de las más fuertes. Si sabemos gestionar los aspectos de micro y macro del juego, se puede compensar la relativa fragilidad de su ejército, especialmente si no dejamos en paz a nuestro rival. Si como yo sois más de tomaros vuestro tiempo, no es que sea imposible vencer pero os costará mucho más. En cualquier caso, ambas civilizaciones también han incorporado al juego nuevos desafíos y recompensas para aprender a manejarlas, así como un escenario para cada una que sirve a modo de tutorial para aprender sus fortalezas y debilidades.
El Imperio Malí recompensa al jugador que es capaz de realizar ataques coordinados
Lo cierto es que la introducción de estos dos imperios me ha hecho desear que pronto lleguen más, por lo que pueden traer y los estilos de juego que aportarán. Son un excelente regalo de cumpleaños para Age of Empires IV Anniversary Edition y los aficionados al juego, y que sin duda los fans más acérrimos del juego sabrán aprovechar para descubrir nuevas formas de dominar las eras históricas con ellos.
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