‘0 A.D.’ ha estado ampliando su experiencia de estrategia con la ayuda de múltiples desarrolladores.
Hemos tenido que esperar muchos años para ver el regreso de Age of Empires, y, desde octubre de 2021, podemos decir que Age of Empires IV es una realidad. Esta entrega seguirá ampliando su experiencia de estrategia con civilizaciones variadas, pero hay jugadores que no han echado de menos una de las franquicias más icónicas en el género. ¿Por qué? Pues porque habían descubierto el proyecto de ‘0 A.D.’.
0 A.D. empezó siendo un mod de Age of Empires 2: The Age of Kings, pero sus creadores terminaron por deshacerse de esta naturaleza en pos de desarrollar un título independiente. Sin embargo, en 2009 tomaron una decisión inusual en el sector: convertirlo en un juego de código abierto bajo licencia GPLv2, compartir todos los recursos gráficos usados hasta el momento con licencia Creative Commons CC BY-SA y liberar la banda sonora original.
Si bien esto puede parecer una locura, dicha idea ha sido la razón por la que 0 A.D. se ha convertido en un proyecto colaborativo cargado de campañas y características. Al fin y al cabo, más de 100 desarrolladores han participado a lo largo de las 26 actualizaciones del juego (una por cada letra del abecedario), que incluyen nuevas civilizaciones y mejoras destacables.
De este modo, estamos hablando de una obra en constante desarrollo que no pretende desprenderse de su etiqueta “alpha”, pues todavía sigue recibiendo parches cargados de contenido. El último en llegar, correspondiente a la letra Z, sirve como homenaje al filósofo chino Zhuang Zhou, más conocido como Zhuangzi, e introduce la civilización Han, que cuenta con tecnologías propias, arte, edificios y estrategias.
Si os gusta este género y queréis probar el proyecto, sabed que se puede jugar gratis tanto al título base como a todas las actualizaciones lanzadas hasta el momento. Pero, si queréis continuar con una de las franquicias más célebres en este campo, os animamos a leer nuestro análisis de Age of Empires IV para descubrir si está a la altura de su propia leyenda.