Conviértete en un dragón y amasa una gran fortuna de oro en este divertido juego de acción y estrategia, en el que tendrás vía libre para quemarlo todo. Con montones de escenarios y un potente multijugador, Hoard nos mantendrá horas pegados al PC compitiendo contra otros dragones.
Ya son varios los videojuegos en los que hemos encarnado a un dragón, aunque pocos han apostado por un estilo de juego como el que presenta este trabajo de Big Sandwitch Games. Y es que en Hoard descubriremos el lado más avaro de estos seres, ya que nos dedicaremos a arrasar pueblos, castillos o campos de cultivos con el único fin de amasar grandes fortunas de oro y piedras preciosas –a saber para qué quieren todo esto los dragones-. Pero claro, pese a nuestra fantástica capacidad de sobrevolar los cielos y escupir fuego por la boca, no seremos invencibles: arqueros, torres mágicas, caballeros andantes y, por supuesto, otros dragones rivales, nos pondrán las cosas realmente difíciles durante la partida.
Acción y estrategia
A simple vista, Hoard da la sensación de ser un sencillo arcade en el que lo único que debemos hacer es prender fuego a objetos, robar oro y volver volando a nuestra guarida para depositar los bienes saqueados. Vale, sí, básicamente esto es lo que haremos constantemente, pero hay algo más; y ese algo más es un ligero componente estratégico que le otorga un carácter mucho más desafiante y atractivo, sobre todo de cara a su vertiente multijugador. Así, dejando a un lado la posibilidad de mejorar las habilidades de nuestro dragón, de lo que hablaremos a continuación, debemos tener en cuenta aspectos como los multiplicadores de puntos, los movimientos de los dragones enemigos -que lógicamente pueden perjudicarnos mucho, y cómo no, a los guerreros que nos saldrán al paso.
Como decíamos, nuestro fin en la mayoría de modalidades de juego es el de amasar una gran fortuna en un tiempo limitado -10 minutos-, por lo que mantener un multiplicador alto durante la mayor parte del tiempo garantizará conseguir la medalla de oro al terminar la partida. Para nuestra desgracia, perder este multiplicador es tan fácil como que nos derriben, lo que supondrá perder el dinero que llevemos encima y tener que esperar a que el dragón se recupere en su guarida; o que alguien saquee nuestra fortuna, como por ejemplo un dragón o los ladrones que recorrerán el mapa furtivamente. Por eso, aunque estamos ante un juego muy rápido y frenético, siempre tendremos que tener un ojo puesto en el entorno para estar al tanto de todos los movimientos, sobre todo cuando jugamos contra tres usuarios más.
Por otro lado, también podemos conseguir que las aldeas nos manden periódicamente un tributo y que sus arqueros no nos ataquen si logramos que nos teman de verdad. Una forma perfecta de aumentar nuestras ganancias de forma considerable. El problema es que los dragones enemigos pueden causar los suficientes daños en estas aldeas como para que los tributos pasen a ser para ellos, o directamente destruir el bastión de esas ciudades y reiniciarlo todo.
También podemos aumentar nuestros beneficios realizando tareas más peligrosas como secuestrar a princesas de sus carruajes, lo que provocará que los caballeros andantes y otros dragones vayan a por ellas a nuestra guarida, destruir torres mágicas con una capacidad de daño bestial para conseguir gemas preciosas, o atacar a unos gigantes que aparecerán periódicamente por el escenario, con el añadido de que arrasarán con todo lo que se cruce en su camino. Por eso, en este último caso, a veces deberemos intentar desviarles de su camino si no queremos que destruyan una aldea bajo nuestra influencia.
Un dragón que evoluciona
De forma simultánea a la expansión de nuestra fortuna, el dragón podrá mejorar sus habilidades de forma sencilla, pudiendo así volar más rápido, tener un mayor aguante lanzando fuego, mejor resistencia a los ataques o una mayor capacidad de almacenaje en vuelo –perfecto para pantallas en las que nos interesa cargar hasta los topes al dragón-. Estas mejoras se reiniciarán tras superar cada nivel, puesto que el juego no presenta modo historia alguno, lo que a la larga consigue que el título se haga algo repetitivo y quede relegado a un segundo plano, es decir; destinado a echar partidas cortas en solitario o junto a un grupo de amigos.
Por otro lado, en cada escenario aparecerán diversos ítems especiales que nos otorgarán habilidades únicas de forma temporal. Así, podremos lanzar bolas de fuego con gran capacidad de daño, conseguir un aliento gélido con el que helar a los enemigos, etc. En definitiva, las suficientes opciones como para hacer que cada nivel suponga un reto de lo más interesante y divertido, y no hay dudas de que lo consigue, puesto que estamos ante uno de esos títulos adictivos con el que siempre quedas satisfecho tras una partida, aunque ésta sea breve.
A esto ayuda mucho, aparte de contar con un buen multijugador –los piques son a veces antológicos-, el hecho de presentar varias modalidades de juego que, sobre una misma base, presentan desafíos distintos. De este modo, por un lado disfrutaremos de partidas en las que nuestro único fin consistirá en conseguir la mayor cantidad posible de dinero, mientras que en otras lo que tendremos que recoger serán princesas. También se ha incluido un modo supervivencia en el que deberemos aguantar el mayor tiempo posible sobre un escenario en el que no hay guarida para refugiarnos y curar las heridas –esto se hará capturando princesas-; y un cooperativo que presenta la misma base que la búsqueda de tesoros, pero junto a un aliado.
Muy divertido, adictivo y lo suficientemente desafiante en su vertiente multijugador como para quedarse una buena temporada en nuestros equipos. Hoard ha sabido conjugar con gran acierto lo mejor de los clásicos arcades de acción con el género de la estrategia. Un título que se ve algo mancillado por no contar con un modo historia que nos incite a jugar a todos sus niveles, o un mayor grado de complejidad que nos mantenga descubriendo nuevas formas de jugar durante más tiempo. Sin embargo, como decimos, se trata de un juego ideal para echar partidas rápidas en cualquier momento.
