Análisis de Apotheon. La Furia de los Dioses

Análisis de Apotheon. La Furia de los Dioses
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Antigua Grecia. Mitología. Combate en 2D. Dirección artística fastuosa. Cierto elemento Castlevania… ¿Qué más necesitas para ser feliz? Apotheon es acción trepidante y frenética, pero también una rebelión contra los dioses del Olimpo en toda regla. Es uno de los lanzamientos más llamativos del panorama indie de los próximos meses, ¿quieres saber nuestra opinión sobre él?

Desde el comienzo, Apotheon ha cautivado la atención de los aficionados por su inigualable estilo visual. Los chicos de Alientrap no consiguieron atraer tanta atención con su videojuego de debut, el razonablemente interesante Capsized, ni tampoco con su segundo proyecto, la resurrección de un mucho más redondo Nexuiz que viene a ser un lanzamiento que les dio a conocer hace más de una década antes de su refundación como equipo en 2009. Ya sabéis, en ocasiones la vida de los estudios independientes no es en absoluto fácil, y es que la desaparición y posterior renacimiento de muchos equipos es a menudo una constante.

Sin embargo si prestamos atención al título que nos ocupa, el futuro de esta compañía canadiense puede considerarse mucho más halagüeño. No sólo cumple sobradamente en lo visual con lo que venía prometiendo desde su génesis en una dilatada fase promocional que nos ha admirado con el poderoso aspecto de su propuesta, sino que además también nos brinda una experiencia jugable con muchos puntos en común con grandes sagas como Castlevania o incluso Metroid. Los fans de la obra de Konami, sin duda, se sentirán como peces en el agua en la fórmula que se pone en escena en esta ocasión.


Transcendencia

En Apotheon somos Nikandreos, un guerrero de la antigua Grecia que ve cómo su pueblo es arrasado por un salvaje e inmisericorde ejército. Es, de hecho, el primer nivel que viviremos al completo, y que ejerce a caballo entre el tutorial y ya el movimiento libre de los primeros compases de campaña. Pasaremos algo más de una hora matando enemigos, explorando el escenario e incluso resolviendo algunos ligerísimos puzles en forma de localización de llaves para abrir puertas. ¿Qué pasa después? Desesperado por la situación, nuestro protagonista hace lo que era habitual en la época: Encomendarse a los dioses. La respuesta no es la que esperaba y, enfadado, disgustado y decepcionado, emprende una batalla contra las deidades de la época en un recorrido por el Olimpo que nos va a llevar cerca de 10 horas si nos ceñimos a los objetivos principales.

La dirección artística del videojuego es sencillamente brillante. Su homenaje a las ilustraciones de ánforas y vasijas de la antigua Grecia es un acierto. Nos costará no quedarnos pasmados mirando algunas de sus más bellas estampas.
La dirección artística del videojuego es sencillamente brillante. Su homenaje a las ilustraciones de ánforas y vasijas de la antigua Grecia es un acierto. Nos costará no quedarnos pasmados mirando algunas de sus más bellas estampas.


Las sensaciones durante ese tiempo son muy similares a las que podemos disfrutar con uno de los clásicos de la serie Castlevania, entregas como Symphony of the Night que, por cierto, han sido referencia reconocida por sus responsables a la hora de construir la propuesta. El motivo está relacionado no sólo porque el videojuego se plantea como un título de acción y aventuras clásico en 2D, sino además porque su concepto de mundo parcialmente abierto y de recorridos que en ocasiones tenemos que superar tanto hacia delante como hacia atrás guardan profundas reminiscencias con ese perfil de lanzamientos.

La Furia de los Dioses


Es fundamental echar un vistazo a los mapas para no perderse, algunos de ellos son un poco enrevesados y los puntos de objetivo suelen estar distantes.
Es fundamental echar un vistazo a los mapas para no perderse, algunos de ellos son un poco enrevesados y los puntos de objetivo suelen estar distantes.


El juego, como cualquier lanzamiento de mundo abierto, se sustenta en una mecánica de objetivos que divide su mecánica en una serie de metas que debemos tratar de conseguir sacar adelante y que se marcan en la pantalla con unas flechas de un tamaño algo grosero pero definitivamente útil. Así podemos movernos con el scroll habitual de este tipo de fórmulas en un decorado que guarda secretos de forma puntual, y que así ofrece algunas pequeñas sorpresas a la hora de explorar para, definitivamente, traer consigo también algunos objetivos secundarios de menor interés, así como áreas mucho más útiles como, por ejemplo, mercados donde intercambiar las monedas que vamos recogiendo a cambio de mejoras para nuestro personaje, de pociones con las que restaurar nuestra salud, reparación para nuestras armaduras o nuevo equipo.

Y es que lo que recojamos es fundamental para nuestra supervivencia, y en ese sentido la obra fomenta notablemente la exploración. No sólo porque podemos destruir todo lo que encontremos en cuanto a, por ejemplo, mobiliario, y así obtener de sus restos algunos incentivos. Sino también porque todo lo que encontremos cuenta. Precisamente, ¿cómo conseguimos el resto? Lo conseguiremos de los cadáveres de nuestros oponentes ya derrotados, que dejarán caer valiosas armas y blindajes que podemos equipar. El inventario con el que cargamos se gestiona cómodamente con una serie de elementos que sobresalen de la parte inferior del interfaz del jugador y que, especialmente si utilizamos un pad, permiten un acceso muy rápido y ágil con su cruceta para poder equipar lo que más nos interese en el momento más adecuado.

Los diseños de los jefes finales son a menudo fascinantes y algunos de ellos nos deparan potentes sorpresas

Vamos a tener un completo arsenal de todo tipo de objetos para acabar con nuestros enemigos, y eso compone un combate que destaca en mayor medida por su agilidad y frenetismo que por brindarnos algo muy completo o profundo. De hecho si por algo destaca Apotheon es por la sencillez de todas las cosas que pone sobre la mesa pero, aún así, lo cierto es que el conjunto funciona y es agradable. Lo mismo podemos decir de los jefes finales que salpican en momentos puntuales la campaña individual con una presencia más potente por su aspecto, en ocasiones de un tamaño monstruoso, que por la necesidad de ponernos a prueba con mecánicas particularmente exigentes o que nos hagan pensar salvo casos muy puntuales. Eso sí, sus diseños son a menudo fascinantes y algunos de ellos nos deparan potentes sorpresas.

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Guerrero de Leyenda

Así que, sí, la historia tiene importancia y nos ha parecido razonablemente interesante con sus en ocasiones interminables diálogos, pero lo que de verdad importa es este combate del que hablamos. Aquí nos movemos hacia delante y hacia atrás esquivando los ataques del oponente y, en caso de portarlo, también podemos emplear el escudo para protegernos, algo que nos vendrá particularmente bien para lidiar con sus lanzamientos de proyectiles. Lo mejor de todo es que la durabilidad de todo nuestro arsenal es limitada, de modo que se incluye un factor estratégico en todo lo que tiene que ver con su gestión y a menudo tendremos que cambiar de táctica cuando se vayan estropeando nuestras armas, puesto que no es lo mismo encarar una lucha con una lanza que con una espada corta. El esquema es sencillo y fácil de entender para todas estas herramientas, pero la necesidad de guardar nuestras armas más potentes para los jefes finales y el fomento de la exploración en favor de encontrar más y mejor equipo le otorgan una profundidad bienvenida.

No sólo es que el juego cuente con una gran belleza en su ejecución gráfica, sino que además hay muchos elementos de identidad propios para cada nivel.
No sólo es que el juego cuente con una gran belleza en su ejecución gráfica, sino que además hay muchos elementos de identidad propios para cada nivel.


El modo historia se puede superar en tres dificultades. La primera, Warrior, es la más asequible, no es un paseo por el parque pero tarda algo de tiempo en plantear las primeras situaciones de verdadero desafío, así que puede llevar a engaño por contar con unos primeros compases algo sencillos. La segunda, Champion, es mucho más exigente, con los enemigos siendo capaces de causar el 50% más de daño sobre nosotros, además de resultar más resistentes e incluso más rápidos. Hay, incluso, un tercer rango de dificultad que se libera cuando terminamos el videojuego y que, por lo que hemos visto, es un reto sólo a la altura de los más valientes. En todos ellos el reto está muy bien gradado para que nos adaptemos a sus exigencias, pero en todo momento se fomenta el uso de las herramientas de fabricación que nos permitirán convertir los objetos de valor que encontremos en pociones de curación, explosivos, etcétera.

En cuanto al apartado gráfico, se trata de un rotundo triunfo

La campaña, sin embargo, no es la única parte jugable que trae consigo el programa, y es que también se incluye una alternativa escuetamente llamada Local y que presenta un competitivo de carácter local que exige de dos pads conectados al ordenador y que no permite la utilización del combo ratón-teclado. Aquí nos enfrentamos escuetamente a otro jugador en combates rápidos con algunas preferencias que podemos fijar al principio para darles color y que afectan exclusivamente al tipo de armamento y a las condiciones de victoria que podemos protagonizar. Eso sí, sus responsables no destacan que más adelante se puedan incorporar otras modalidades en actualizaciones como, por ejemplo, un cooperativo que, ya sea local o a través de internet, le sentaría a la perfección a su propuesta. Una verdadera lástima que no esté incluido de salida y que, de hecho, ni siquiera tengamos la absoluta certeza de que en el futuro vayamos a poder disfrutarlo.

La mitología griega es una de las más ricas que nos ha dejado una de las civilizaciones más fecundas que ha visto el ser humano a lo largo de su historia y eso, claro está, no podía pasar desapercibido para los videojuegos. Ha habido infinidad de títulos que han tomado prestada inspiración de esas fuentes, y obras recientes como Rise of the Argonauts han sido buen ejemplo de ello. Kid Icarus, por otra parte, también contaba con abundantes referencias a la Grecia clásica y a sus deidades, y así mismo el fantástico Titan Quest tuvo algunos escenarios con construcciones y enemigos clásicos de su mitología. Por último el enfrentamiento entre hombres y Olimpo que nos presenta Apotheon ha sido un tema recurrente en videojuegos tan potentes como los de la emblemática saga God of War o, por poner otro ejemplo, en clásicos como el legendario Gods que firmaron los Bitmap Brothers allá por 1991.
Otras Epopeyas Griegas - La mitología griega es una de las más ricas que nos ha dejado una de las civilizaciones más fecundas que ha visto el ser humano a lo largo de su historia y eso, claro está, no podía pasar desapercibido para los videojuegos. Ha habido infinidad de títulos que han tomado prestada inspiración de esas fuentes, y obras recientes como Rise of the Argonauts han sido buen ejemplo de ello. Kid Icarus, por otra parte, también contaba con abundantes referencias a la Grecia clásica y a sus deidades, y así mismo el fantástico Titan Quest tuvo algunos escenarios con construcciones y enemigos clásicos de su mitología. Por último el enfrentamiento entre hombres y Olimpo que nos presenta Apotheon ha sido un tema recurrente en videojuegos tan potentes como los de la emblemática saga God of War o, por poner otro ejemplo, en clásicos como el legendario Gods que firmaron los Bitmap Brothers allá por 1991.


En cuanto al apartado gráfico, se trata de un rotundo triunfo. Por un lado el estilo de marionetas de los personajes le sienta realmente bien a la propuesta, y por otro el look de los escenarios es también todo un éxito. Se trata de emular las pinturas que se llevaban a cabo sobre, por ejemplo, las ánforas en la Grecia clásica, y se logra a la perfección no sólo por el estilo cromático, sino también por el acabado e ilustración de todo lo que se pone en pantalla. Destaca de manera notable la parte del diseño que tiene que ver con la temática de cada nivel, y es que cada uno tiene elementos de identidad que los hacen muy distintos.

Para cerrar sólo resta hablar del sonido. Aquí los resultados también son muy interesantes aunque hay un lunar importante. Por un lado la música es sencillamente espectacular, y captura a la perfección el componente épico de la aventura con partituras omnipresentes y con algunos cortes realmente inspirados. Está disponible a través de Steam, recordemos, por 5,94 euros. Por otra parte el juego cuenta con unos efectos también de buen nivel y con un doblaje más que adecuado en inglés con un marcado acento de las islas, algo habitual cuando se representan obras ambientadas en la Grecia clásica. ¿El problema? El hecho de que el juego llega a nuestro país sin traducir ni en voces ni en textos, así que si no dominamos el inglés y palabras en ocasiones ciertamente complejas nos costará seguir el hilo de la notable historia.

Excelente

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Apotheon

Por: El equipo de 3DJuegos
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Apotheon es una de las primeras sorpresas que nos deja el panorama indie en estos primeros compases de 2015. Se trata de una fórmula de acción y aventuras en 2D muy cuidada que no sólo llama a la vista por todo lo que plasma en pantalla con su impresionante dirección artística, sino que al mismo tiempo será capaz de capturarnos con su fórmula jugable: Sencilla, directa y sin complicaciones, pero no exenta de una cierta y progresiva profundidad.

  • Es una mezcla muy completa: Combate, exploración, cuidado universo…
  • El desgaste de las armas nos obliga a modificar de táctica constantemente
  • Diseño muy imaginativo de niveles
  • Todo lo que tiene que ver con las plataformas no está muy cuidado
  • El modo competitivo local no tiene ningún interés
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en inglés y voces en inglés
Duración: 10 horas (mínimo) + multijugador
Ver requisitos del sistema
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