Cuando el amor se usa para hacer videojuegos, salen cosas como Yoshi's Woolly World. Tan tierno como la lana, Yoshi se nos presenta en un plataformas textil que desborda encanto y simpatía tejido a mano por los desarrolladores de Nintendo. Una obra única y artísticamente incomparable que marca uno de los puntos más importantes en la historia del entrañable dinosaurio. Tiramos de sus hilos para contaros el amor que lleva en su interior.
Lo cierto es que a veces somos unos inconformistas de cuidado. Que si se anuncia una nueva licencia y esta no nos termina de convencer. Que si se prepara el regreso de una renombrada saga y empezamos a sentirnos incómodos por la falta de originalidad. Nintendo en ambos casos nos ha demostrado que estábamos equivados. En el primer caso con Splatoon, un magnífico videojuego. En el segundo, el encanto de un Yoshi que ya podemos constatar que es uno de los mejores lanzamientos del año.
Definitivamente, nos ha quedado claro con la Gran N que da igual la vía que adopten, la de seguir alimentando sus series o la de aportar nuevas marcas a su historia. Da igual, porque en las oficinas de Kioto hay talento, y eso es al final lo que importa. Yoshi's Woolly World nos lo demuestra, un título para Wii U que es una auténtica "bomba de amor" como ya comentara el compañero Alberto Pastor durante la crónica del pasado E3, momento en que se anunció.
Se nota de hecho que el amor hacia esta industria es lo que ha guiado al equipo de Good-Feel a la hora de elaborar este juego. Tenían experiencia tras haber gestado el genial Kirby's Epic Yarn, también textil, pero ahora el mayor poder de Wii U, la alta definición y sobre todo el genial Takashi Tezuka (que trabaja como director) han conseguido una obra que fácilmente podríamos elevar a la categoría de arte en movimiento. Los nipones tejen con lana el regreso triunfal de un dinosaurio que recibe una estupenda jugabilidad y mejor apartado artístico. Y hay que ver… Quien se lo hubiera dicho en 1990 cuando todavía servía de montura al bueno de Mario.
Una jugabilidad tejida con lana
En numerosas ocasiones en 3DJuegos empezamos nuestros textos valorando la jugabilidad. Sin embargo, en el caso de Yoshi's Woolly World sería imposible hacerlo sin mencionar también el apartado visual. La razón es muy sencilla: ambos se retroalimentan, uno no podría existir sin el otro. A este respecto, es simplemente encomiable la forma en que Nintendo diseña algunos de sus videojuegos, una auténtica obra de ingeniería artística (ojo al término) en que los engranajes adquieren sentido sólo cuando funcionan en conjunción.
No ocurre pocas veces que vemos videojuegos que visualmente dicen una cosa, pero luego jugablemente parece como si hablaran otro idioma. Aquí no ocurre. La lana sirve de idioma universal para la parte jugable y la visual, que se complementan gracias a una maniobra de tejido sensacional. Con su lengua, Yoshi tira de hilos que abren caminos en el escenario, lanza los ovillos en que convierte a sus enemigos al tragárselos, y si incluso acierta a la silueta de una plataforma esta aparecerá tejida en el escenario como por arte de magia.
Es decir, se trata de un título que enamora visualmente, con una increíble ternura y colorido, pero que al mismo tiempo justifica su apartado artístico en base a una jugabilidad acorde a la temática empleada. Luego hay mil detalles que sorprenden, del estilo de ver cómo las patas de Yoshi se transforman en hilillos al correr, o simplemente observar a enemigos clásicos de este universo bajo esta nueva estética. Ya sólo estos aspectos forman parte de la diversión. Por eso consideramos que es un lanzamiento que se disfruta tanto si nos atraen sus gráficos como si somos unos incondicionales de la jugabilidad Yoshi más tradicional.
Y decimos bien, no nos equivocamos. Yoshi's Woolly World es un Yoshi con todas las letras, un videojuego que los que hayan experimentado sus anteriores aventuras lo identificarán enseguida. Esos saltos con la capacidad de impulsarse un momento en el aire. Esa caída en picado cuando estamos flotando. El lanzamiento de huevos -esta vez ovillos- para acabar con los rivales o de tragárnoslos directamente. Todo esto regresa, ahora por supuesto bajo esta dirección tan sensacional, que obviamente nos hace verlo con una renovada óptica.
Nos ha gustado, pero hay todavía más razones para amar al dinosaurio en este videojuego. La variedad de niveles es excelente, con partes más exploratorias y otras que requieren más habilidad. Saltos que de no hacerse bien nos arrojan al vacío o castillos de lava y fantasmas dotados de rutas laberínticas. Tampoco faltan las transformaciones de Yoshi, con secciones en que deberemos manejarlo como si fuese una excavadora, una moto, un paraguas… Hasta tiene una devastadora transformación en gigante que nos invita a arrasar con todo lo que encontremos a nuestro paso.
La satisfacción es elevadísima, con un control preciso, marca de la casa, y una rejugabilidad muy poderosa. La exploración es el gran ingrediente secreto del videojuego, ya que nos invita a visitar hasta el último rincón de cada nivel para hallar madejas, margaritas y monedas para completarlos al cien por cien. Sólo así es posible desbloquear la fase oculta en cada uno de los mundos. Gracias a esta potente componente exploratoria, no es difícil que cada fase nos lleve en torno a 10-15 minutos. Si consideramos que hay al menos cinco mundos, y ocho niveles por cada uno, haced cuentas… No es un juego para nada corto.
Además, y una vez que alcancemos las últimas secciones de la aventura, se nota que la dificultad aumenta. No hasta unas cotas increíbles, pero sí lo suficiente como para mejorar nuestra satisfacción con el juego. La verdad es que estamos encantados. No encontramos a este respecto ningún aspecto reprochable. O bueno, tal vez sí, pero menor… Por ejemplo, existen pocas opciones más allá de la campaña en sí. Podemos desbloquear diseños de Yoshi para manejarlos en los niveles, así como hacer uso de los amiibos para aplicar diseños basados en Mario, Donkey Kong y compañía. Pero por desgracia poco más.
Dinosaurios en cooperativo
Eso sí, tenemos la tradicional galería de música y algo así como una enciclopedia de los enemigos con que nos hayamos encontrado. Aunque no nos desviemos. Uno de los mayores atributos no se encuentra aquí, sino en la presencia de cooperativo para dos jugadores. Jugar en solitario es satisfactorio, pero la mejor manera de hacerlo es unirse a un segundo usuario desde la misma consola: uno con el GamePad (el juego tiene función "off-screen") y el otro desde su wiimote o mando Pro, ya sea de Wii o de Wii U.
El cooperativo añade atractivo a la propuesta y se convierte prácticamente en otra experiencia, una en la que todo se hará parcialmente más sencillo. La razón reside en que tenemos ciertas acciones disponibles, como tragarnos a nuestro aliado para lanzarlo a un lugar inalcanzable o simplemente saltar sobre él para usarlo como trampolín. Esto entre otras muchas posibilidades, incluida por supuesto la de incordiarnos el uno al otro, que estilos para jugar existen de todos los tipos… No es que se premie la conducta por la que optemos, aunque al final del nivel ya os adelantamos que el videojuego nos dirá lo que hemos conseguido cada uno. Por aquello de los piques, ya sabéis.
Si se nos da muy mal el juego, o más bien horrorosamente mal, se nos da la opción de escoger el "modo relajado", en el cual Yoshi se hace alado, imposibilitando que caiga al vacío. Es una alternativa ideada para los menos habilidosos, pero que no utilizaréis la mayor parte de los que estéis leyendo ahora mismo, os lo aseguramos. Lo que sí puede que os interesen más son los poderes que a escoger al comienzo de cada nivel, que se obtienen a cambio de las gemas que vayamos consiguiendo. Nos permiten cosas como evitar caídas al vacío, atraer ítems cercanos u obtener ovillos gigantes y por tanto más poderosos.
No está mal la propuesta, pero recalcamos que lo mejor sigue siendo el propio videojuego, su estructura jugable, la inventiva de los niveles y por supuesto los jefes finales. Puede que algunos se repitan, eso es indudable, pero a grandes rasgos ofrecen un reto interesante, más cuando alcanzamos la recta final del videojuego. Así que muy buenas sensaciones que se completan con el apartado visual y musical. Decir en este sentido que ambos aspectos se compenetran en lo que a transmisión de alegría se refiere. Es un juego que puede animarte el peor de los días.
Tenemos praderas, desiertos, playas, un recorrido por las nubes, otro por un paisaje magmático… En definitiva, situaciones que podemos esperar en cualquier juego de Nintendo, pero que aquí se muestran como inéditos gracias al poder de la lana. Los acordes acompañan al sentir, a esta alegría artística con temas rítmicos, en algunos casos muy pegadizos. Seguramente hubiese venido bien algo de variedad, ya que los temas se repiten. Sin embargo, es un apartado igualmente notable, que no desfallece ante la hermosura del resto del juego… y ya era difícil conseguirlo.
Así que, en definitiva, Yoshi's Woolly World es un videojuego tan carismático y entrañable que dan ganas de entrar a la pantalla y estrujar con un abrazo al simpático dinosaurio de Nintendo. Los japoneses de Good-Feel nos han dejado perplejos con una obra que visualmente marca un nuevo techo en lo que trabajo artístico se refiere, siempre hablando desde el punto de vista de que este arte se compenetra con la jugabilidad. Pero por encima de todo, el juego es amor, y al amor hay que corresponderlo… ¿verdad?
Yoshi hace honor a su fama de personaje más encantador de Nintendo con un videojuego que enamora tanto visualmente como a los mandos. Good-Feel, bajo la dirección de Takashi Tezuka, gesta una de las mejores aventuras plataformeras del dinosaurio. La lana sirve de tejido común para una jugabilidad y unos gráficos que se fusionan como pocas veces habíamos visto en un videojuego. Además, no es un juego corto, tiene su dificultad y posee rejugabilidad, aparte de un cooperativo para dos personas realmente atractivo. Es puro Yoshi elevado a la ternura de la lana. Un amor que espera ser correspondido.
Comprar Yoshi's Woolly World- Artística y visualmente es una auténtica experiencia. Merece ser visto
- Puro Yoshi, que regresa en una de sus mejores aventuras conocidas
- La rejugabilidad es potente, obliga a rejugar cada una de las fases
- El cooperativo para dos jugadores añade interés a la propuesta
- Existen pocos incentivos fuera de la aventura principal
- La dificultad no está mal, pero tarda en llegar de forma seria
