Análisis de Miasmata

Análisis de Miasmata
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¿Alguna vez te has preguntado cómo sería estar realmente perdido en una isla? Miasmata responde a esa duda con un realismo asombroso, poniéndote en la piel de un desdichado superviviente con pocos días de vida por delante a causa de una enfermedad mortal. Dar con la cura será solo uno de los desafíos con los que os encontraréis en esta destacable e innovadora aventura gráfica en primera persona.

La humanidad se encuentra al borde de la extinción. Una misteriosa enfermedad se ha ocupado de ello, y nada parece impedir que vaya a terminar su mortal trabajo con una efectividad del cien por cien. Un grupo de científicos, sin embargo, ha dado con una inhóspita isla en la que, por cuestiones aún desconocidas, su flora podría contener los ingredientes necesarios para dar con una cura. Y tú, y solo tú, serás el responsable de dar con ella.

¿Pero no había más científicos? Sí, los había. Pero al llegar a la isla, cual Robinson Crusoe tras su naufragio, os encontraréis con sus cadáveres y el siniestro testamento que han dejado escrito en algunos de los laboratorios y campamentos improvisados que construyeron antes de su fatídico desenlace. En estas condiciones, ¿seréis capaces de dar con la cura? ¿Qué ha ocurrido realmente en esta isla? ¿Cuál es el origen de la enfermedad? Preguntas, preguntas y más preguntas, pero solo una meta: sobrevive.

Que no te venza la enfermedad
Durante los últimos años han sido muchos los títulos que han apostado por incluir ciertos elementos de supervivencia para dotar de mayor realismo a su acción. Pocos, sin embargo, alcanzan el nivel de Miasmata. Una sorprendente aventura gráfica en primera persona que de verdad logra transmitir la sensación de soledad e indefensión propia de un náufrago perdido en una isla que no parece tener fin. Y la razón es bien sencilla: estáis, literalmente, solos ante el peligro. ¡Y no es broma!

Así que no esperéis que nadie os diga qué hacer, cómo hacerlo o hacia dónde debéis dirigiros. ¿Queréis la cura? Buscadla por vosotros mismos. Y para ello tendréis que explorar a fondo y con total libertad cada recoveco de la isla, recolectando las flores y hongos que os permitan crear la ansiada medicina. ¿Solo eso? Sí, solo eso; pero ya os garantizamos que no es poca cosa.

Principalmente porque cada una de estas plantas tendrá sus propias particularidades, que habrá que investigar en los laboratorios repartidos por la isla, antes de combinarlas entre sí para crear medicinas que restauren nuestra salud, o potencien determinados atributos del protagonista. ¡Pero ojo! Siempre dentro de unos límites bastante realistas. Y es que por primera vez en mucho tiempo sentiréis estar en la piel de un auténtico ser humano. Un pobre desgraciado enfermo al que la fiebre puede jugarle muy malas pasadas, que necesita beber agua potable cada cierto tiempo, o al que le cuesta horrores andar a causa del cansancio.

Tanto es así, que correr alocadamente puede terminar con nuestro protagonista dando de bruces contra el suelo, con nefastas consecuencias si hay un abismo cerca. También su forma de andar variará considerablemente dependiendo de la superficie de terreno sobre la que se mueva: habrá veces en las que caminará sin problemas y otras en las que trastabillará constantemente por culpa de rocas o ramas. Incluso, al correr cuesta abajo, su paso se acelerará peligrosamente, resultando imposible frenar en seco. Como decíamos, se ha alcanzado tal grado de realismo que es imposible no sorprenderse con estos detalles.

Miasmata se encuentra enteramente en inglés, siendo fundamental conocer el idioma para descifrar los textos que nos indicarán sutilmente dónde está la cura.
Miasmata se encuentra enteramente en inglés, siendo fundamental conocer el idioma para descifrar los textos que nos indicarán sutilmente dónde está la cura.

¿Dónde estoy?
No menos impresionante resulta también la sensación de soledad que se ha creado gracias a la total ausencia de cualquier indicador que nos marque nuestra posición sobre la isla. En este sentido, será necesario recoger fragmentos de mapa para que esa información se refleje en el diario que porta nuestro protagonista; aunque nunca, repetimos, se nos indicará dónde estamos exactamente. Habrá que triangular la posición tomando como referencia elementos muy característicos de la zona, como pueden ser las cabañas y asentamientos de los científicos o los restos arqueológicos de la civilización que pobló la isla tiempo atrás, para lograr ese objetivo.

¿Qué consecuencias tiene esto? Las que seguramente os estáis imaginando. Y es que perderse en esta isla es tan fácil como despistarse durante unos segundos, para terminar en medio de una zona no registrada en nuestro diario. Y si esto os ocurre en la oscuridad de la noche, durante una fuerte tormenta tropical mientras la fiebre hace verlo todo borroso... bueno, no hace falta que os digamos el agobio que llegaréis a sentir. Sobre todo cuando os veáis corriendo como locos sin saber muy bien a dónde ir.

En esos momentos de tensión vuestra única salvación será la de encontrar desesperadamente zonas ya visitadas, o dar por suerte con nuevos fragmentos de mapa con información relacionada con ese sector de la isla. Solo así será posible volver a la senda de la normalidad... a medias. Y es que a fin de cuentas, seguiréis teniendo sobre vuestras cabezas el peso del destino: ¿dónde está la cura para la enfermedad?

La isla está plagada de vida animal, aunque a nosotros lo único que nos importa son las plantas... bueno, eso y no morir.
La isla está plagada de vida animal, aunque a nosotros lo único que nos importa son las plantas... bueno, eso y no morir.

Descubrirlo no será fácil, pero sí una experiencia rompedora y con mucho encanto. Además, es innegable que Miasmata ofrece un apartado audiovisual único. Es cierto que el motor gráfico -desarrollado por una única persona- no es el más potente del mundo y peca de ser poco detallado o inestable en más ocasiones de las deseadas, pero aún con esas, los hermanos Johnson han creado un entorno hostil, exótico y muy creíble en el que es tan fácil perderse como quedar maravillado por sus encantos.

En este sentido, el diseño de la isla en general resulta impresionante, tanto por variedad de localizaciones como por el gusto con el que han sido recreadas. Y no menos destacable son los cambios climatológicos en tiempo real, la recreación del agua, o los efectos de luces. ¿Y el sonido? Bueno, solo os diremos que sentiréis pánico al escuchar los sonidos de la noche en momentos muy puntuales de la aventura. Pájaros que huyen en desbandada de forma repentina, la brisa del viento filtrándose entre las ramas de los árboles, el crepitar de hojas al paso de ciertos animales... ¿hay alguien más en esta isla?

Por este tipo de detalles no podemos restarle méritos al trabajo realizado por el equipo de IonFX. Ciertamente, el juego no es perfecto y en algunos aspectos jugables se ha quedado algo limitado, pero Miasmata es una obra tan personal y única que creemos merece la pena probar. Eso sí, siempre teniendo en cuenta las peculiaridades que definen al programa.

Bueno

Sin sello

Miasmata

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Pocos juegos nos han hecho sentir tan solos e indefensos como Miasmata, y solo por eso esta aventura de supervivencia en primera persona merece nuestro reconocimiento. No es una obra redonda y tiene ciertas carencias a nivel jugable; pero es un programa tan original e intrigante, que es muy difícil resistirse al desafío que propone. ¿Seréis capaces de dar con la cura para la enfermedad que os consume? Intentadlo, porque seguro que lo vais a disfrutar.

Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés
Duración:
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