Cada vez son más los títulos que, independientemente de la temática o género que abarquen, apuestan a las claras por el espíritu clásico en dos dimensiones. Final Exam es otro nuevo ejemplo de ello, un juego de acción y combates en el que además el factor multijugador cooperativo alcanza una gran relevancia.
Ya no hay quien lo pare: la moda Retro está en pleno auge en los videojuegos. Y muchos jugadores veteranos estamos encantados de que sea así. Cada vez son más los estudios que por unas razones o por otras (nostalgia, diseño, factores económicos, etc.) apuestan claramente por encauzar sus producciones bajo el amparo de la jugabilidad clásica 2D. Final Exam, la nueva obra del estudio Mighty Rocket, es el último ejemplo de esto, título que ya está disponible en las consolas de sobremesa actuales y PC a través de sus correspondientes servicios de descarga online. Sí, porque esta aventura cargada de acción y batallas recupera gran parte del encanto que poseían este tipo de obras en la era de los 8 y 16 bits.
Y eso se deja notar desde la primera pantalla. De esta forma para ir narrando las evoluciones de los cuatro protagonistas que conforman la aventura (y de los que ahora mismo os hablaremos) se ha empleado una interesante línea artística tipo cómic que recuerda mucho a la observada en muchas de las producciones clásicas que solían aparecer durante los 90.
Pero la cosa no se queda ahí, ya que como también sucedía en aquellos tiempos, la excusa que se ha querido utilizar para dar pie a esta aventura de acción bidimensional es tan absurda como atractiva. Cuatro antiguos alumnos del instituto Leafmore se plantan en éste con la promesa de correrse una gran juerga. Pero, en su lugar, dicha mega fiesta se convierte en una auténtica batalla campal contra decenas, cientos de criaturas de ultratumba.
Cuatro estudiantes de armas tomar
Como veis los desarrolladores no se han exprimido mucho sus neuronas a la hora de plantear el argumento de Final Exam. Pero también es cierto que este tipo de títulos tampoco es que lo necesiten en demasía. Lo más importante es dar con una fórmula de juego que resulte lo más atractiva posible evitando caer en la monotonía y, no menos relevante, tratar de presentar un sugerente plantel de protagonistas. Y sin duda esto último se ha conseguido.
De entrada es posible seleccionar entre cuatro ex estudiantes: Nathan, Sean, Cassy y Brutal Joe. Y como es menester, al margen de gozar de un diseño bien diferenciado, cada uno de estos personajes goza de sus propias habilidades y características físicas. De esta forma en función de unos y otros se ven bastante afectados áreas como la precisión, la vitalidad, la fuerza o la habilidad en el manejo de armas explosivas. Pero no sólo eso, ya que todos ellos poseen sus armas favoritas.
Además y como punto destacado del título, a medida que avanzamos a lo largo de los ocho niveles que ostenta el juego podemos ir ganando la experiencia suficiente para ir mejorando las habilidades de nuestros protagonistas, aspecto que siempre se agradece, y mucho, en este tipo de propuestas.
Acaba con todos
La fórmula de juego que nos ofrece este título no puede ser más sencilla. Así y a lo largo de una buena remesa de niveles debemos ir avanzando por escenarios planos (es decir, de izquierda a derecha de la pantalla y viceversa) dando caña a cuanto indeseable se cruza en nuestro camino. Y ojo que la variedad de monstruos que se dejan ver en esta aventura es apreciable: zombis, insectos voladores, fantasmas... Todos ellos forman parte del "menú", a lo que hay que sumar los inevitables (y descomunales en múltiples ocasiones) jefes de nivel.
El abanico de acciones que es posible llegar a pertrechar es interesante. Y es que sin llegar a gozar de la profundidad en el combate que poseen los reyes del género, lo cierto es que el sistema ideado en Final Exam no está mal. Al margen de los golpes y combos básicos (que se ejecutan con un sólo botón) más las consabidas acciones defensivas, se añaden los Súper Combos (letales) y, sobre todo, los ataques especiales que resultan tan vistosos como devastadores. Y por si no fuera suficiente también podemos utilizar armas de todo tipo, incluyendo pistolas y demás armas de fuego, siendo necesario en este caso la utilización del stick derecho para apuntar, algo que aunque acabas acostumbrándote, en este tipo de títulos se nos antoja un tanto "extraño".
Y siguiendo con las críticas, el título también nos obliga de cuando en cuando a desplazarnos de una punta a otra de los escenarios para solventar un objetivo más bien mundano, tratando de "estirar" más de la cuenta la más bien corta extensión que suelen depararnos este tipo de juegos. Y Final Exam no es una excepción.
Pero estas pegas se compensan con la adición de uno de los mejores factores que presenta el juego, el multijugador cooperativo. De esta forma podemos avanzar en compañía de un compañero si jugamos offline, o con otros tres más si lo hacemos conectados online. Y como también sucede con este tipo de juegos, la acción gana muchos enteros si peleamos en grupo. Así la dinámica gana en intensidad y agilidad, aumentando de manera considerable la diversión que arroja el juego en su conjunto. Se nota que los desarrolladores han tenido en cuenta esta opción multijugador desde los albores de la fase de diseño del juego, ya que está bien integrada.
Sencillo pero vistoso
En cuestiones técnicas, estamos ante una producción sencilla pero que luce un aspecto digno. A pesar de su jugabilidad 2D, todos los personajes y escenarios han sido modelados en 3D. Y aunque no son ni de lejos los más detallados ni trabajados jamás vistos en un título de estas características, cumplen con creces. Lo más destacado en este sentido desde nuestro punto de vista es el diseño en sí de los enemigos, si bien los protagonistas son bastante más convencionales.
El sonido goza de una calidad notable y los temas cañeros se funden con efectos de sonido tan variados como contundentes. Lo que era de esperar en este juego.
En suma, Final Exam no pasará a la historia como uno de los mejores beat´em up 2D que nos ha dejado la presente generación. Pero a pesar de esto, sí que es un juego aprovechable y muy ameno, especialmente si jugamos como es menester: en compañía de otros jugadores, cuantos más mejor.
El modo multijugador cooperativo (offline y en red) que ostenta este beat´em up en 2D es su mejor carta de presentación. Y es que lejos de ser un añadido más bien "neutro", se trata de un valor seguro que mejora la experiencia de juego varios enteros. Sin él el desarrollo cae un tanto en la monotonía, así que pensároslo bien si vais a jugar en solitario.
- Su frenético modo cooperativo.
- Gran variedad de enemigos.
- Buen sistema de combate.
- Desarrollo algo monótono.
- En solitario pierde interés.
