Física y perspectiva. Dos elementos que se dan la mano en este nuevo juego de puzles bidimensional que demuestra, una vez más, el enorme talento creativo que existe entre la comunidad de desarrolladores independientes. Ingenioso, desafiante y con un estilo artístico impecable, ¿serás capaz de superar sus originales rompecabezas caminando entre lo imposible?
Para muchos, física y perspectiva son dos de esas asignaturas estudiantiles que no se quieren ver ni en pintura. Pero gracias a The Bridge, la última gran sorpresa entre la comunidad de desarrolladores indie, solo es cuestión de tiempo que cambien de opinión. Y la razón es bien sencilla. Este original juego de puzles en dos dimensiones explora con gran acierto los entresijos de ambas disciplinas, proponiéndonos superar un gran número de rompecabezas que pondrán a prueba nuestro ingenio e intelecto mientras disfrutamos de un rocambolesco mundo imposible, del que resulta muy difícil no quedar prendado.
La vida da muchas vueltas
Entender sus mecánicas de juego no nos llevará más de un minuto; resolver y superar los 24 rompecabezas que propone… bueno, eso ya es otro cantar. Y es que The Bridge es el clásico título de puzles que no necesita de enrevesados ni complejos sistemas de juego para plantear desafíos a la altura de los usuarios más avispados. Al contrario. Esta obra de Ty Taylor y Mario Castañeda se aprovecha de esta extremada sencillez para ir directamente al grano, planteándonos superar puzles cada vez más dificultosos en los que lo único que necesitamos es pensar con claridad, y actuar en consonancia.
No en vano, hablamos de un título en el que lo único que podemos hacer es caminar –solo caminar- a través de escenarios bidimensionales que podremos girar libremente para… exacto, seguir caminando; pero esta vez a través de paredes y techos. Y creednos, el efecto está realmente logrado gracias, sobre todo, al desquiciante diseño de niveles que presenta The Bridge, en el que cada una de las salas que visitaremos nos sorprenderá por su imposible arquitectura.
El objetivo final, como en todo buen juego de puzles que se precie, será el de atravesar la puerta que nos lleve al siguiente nivel. Tarea no excesivamente difícil en los primeros compases de la aventura, pero realmente trabajosa poco después. Y es que lo que antes era tan sencillo como voltear un escenario para caminar sobre la pared en la que se encuentra la puerta de salida, se puede complicar ante la necesidad de encontrar las llaves necesarias para abrir dichas barreras, por la presencia de peligrosas bolas homicidas que acabarán con nuestra vida con tan solo tocarnos, e incluso por vórtices que nos atraparán en su interior -y a cualquier otro objeto, tenedlo en cuenta- hasta el fin de los días si no actuamos con cabeza.
La gran virtud de The Bridge es que aún manteniendo siempre intactas sus bases jugables, es capaz de sorprender constantemente con nuevos desafíos jugables que aportan una gran variedad al desarrollo de la acción. En este sentido, antes citábamos algunos de los obstáculos a superar, pero a estos debemos sumar también retos muy relacionados con la perspectiva, que habrá que trastocar usando unos interruptores especiales; los colores primarios de nuestro protagonista, fundamentales a la hora de recoger llaves o atravesar puertas, o la dirección del movimiento de determinados objetos, que puede ser la contraria a la nuestra.
Cada una de las salas por las que avanzaremos son un mundo totalmente distinto entre sí, y eso es lo que hace que The Bridge sea un título tan especial. Ciertamente, hemos echado en falta un mayor número de desafíos jugables, puesto que completar la aventura principal puede llevarnos poco menos de tres horas. Sin embargo, hay que agradecer la presencia de una campaña adicional en la que debemos superar los mismos niveles de la aventura principal, pero con un mayor número de obstáculos y otros cambios visuales. Suficiente como para incrementar la duración del juego en más del doble de horas, siempre dependiendo de lo duchos que seamos resolviendo sus rompecabezas.
Y ya que hablamos del apartado visual, de verdad que hay que quitarse el sombrero ante el trabajo realizado por este equipo independiente, que una vez más demuestra el enorme talento creativo que hay en esta industria. No por nada, esa apuesta por presentar escenarios imposibles dibujados a mano, en blanco y negro y con los trazos bien marcados, supone todo un derroche de imaginación; máxime cuando disfrutas de la increíble arquitectura de muchos de los niveles por los que nos moveremos. En este sentido, el motor físico de The Bridge funciona a las mil maravillas, haciendo que tanto nuestro protagonista como todos los objetos presentes en cada nivel reaccionen de forma realista al movimiento del escenario.
Además, se agradece también que el juego esté traducido al castellano, si bien es verdad que tampoco estamos ante uno de esos títulos con una fuerte carga argumental. Por último, la banda sonora de The Bridge cumple con su cometido a la hora de ambientar cada escenario de juego, aunque en algunos momentos puede tornarse algo repetitiva. Los efectos sonoros, igualmente, cumplen correctamente con su función.
Original e ingenioso juego de puzles en 2D que sorprende tanto por su diseño artístico, como por los desafiantes rompecabezas que propone. Le ha faltado algo más de variedad en sus rompecabezas para codearse con los más grandes del género, pero qué duda cabe que estamos ante uno de esos títulos con los que cualquier apasionado de los puzles disfrutará de lo lindo. Muy recomendable.
