Koei vuelve a la carga con un nuevo capítulo de su saga predilecta Dynasty Warriors. Esta quinta entrega ofrece las dosis de acción habituales de la saga, junto con el nuevo enfoque introducido: estrategia por turnos similar a Risk.
Desde que probé aquel Dynasty Warriors 3 por primera vez en la negra de Sony hace unos años, me he convertido en un fiel seguidor de esta saga, que a mi entender no está siendo valorada como se merece. Pienso que ofrece una mezcla de acción intensa al más puro estilo Beat em’ Up de toda la vida, combinada con grandes dosis de estrategia, capaz de crear una experiencia de juego pocas veces vista hasta ahora.
A partir de la cuarta entrega de la saga, Koei lanzó otra serie de capítulos con el sobrenombre de ‘Empires’, que cambiaban significativamente la mecánica de juego, siendo por tanto el título que nos ocupa la continuación de aquel Dynasty Warriors 4: Empires.
Para los que no conozcan esta serie de juegos, decir que están basados en la novela histórica “Romance de los Tres Reinos”, una serie de cuentos históricos que se desarrollan entre los años 184 y 280 de nuestra era, que narran la historia de la China del siglo III, cuando tras el colapso de la Dinastía Han se dividió en tres reinos en guerra continua. La descripción minuciosa de ese gran conflicto, los personajes vivos, la trama interesante y complicada en esta novela siempre son populares por tierras asiáticas, y es lo que esta serie de juegos intenta reflejar fielmente.
Acción y estrategia a partes iguales
El juego consiste en lo siguiente: deberás escoger entre uno de los muchos oficiales chinos, cada uno de ellos perteneciente a una de las tres facciones diferentes, y combatir junto con tu ejército contra los ejércitos enemigos para hacerte con el control de todo el territorio. La particularidad de Empires, es que dispondremos de un mapa al más puro estilo Wargame y tendremos que mover nuestras tropas cada turno, desarrollándose las batallas en tiempo real. Esto otorga a la saga un componente estratégico aún mayor si cabe, ya que anteriormente las batallas se desarrollaban casi de forma lineal, permitiéndonos pocas alternativas. De esta forma cada partida será completamente diferente a la anterior, aumentando considerablemente la durabilidad y re-jugabilidad de un título ya de por sí intenso.
El modo principal de juego es el Modo Imperio, donde adquieres el rol de uno de los generales, comandando un área del mapa con la intención de conquistar el resto de áreas a lo largo de 100 turnos que representan 25 años. De esta forma podrás desarrollar innumerables estrategias para lograr tu objetivo. Empezarás con uno o dos territorios, por lo que habrá que preocuparse en consolidar nuestra posición y no descuidar nuestras defensas mientras que, al mismo tiempo, organizamos ataques que nos permitan hacernos con nuevos pedazos de tierra.
Además existe un componente nuevo en la saga: los sucesos naturales. En cada turno existe una posibilidad, asociado a las estaciones, de que sucedan cosas tales como terremotos, plagas, inundaciones, enfermedades... que mermarán nuestras tropas y su moral.
Esto sin duda trae más realismo y dosis de estrategia a una saga que empezaba a estancarse tanto técnicamente, como en términos de jugabilidad, adoleciendo de ideas frescas, porque desde la tercera entrega da la impresión de estar jugando siempre al mismo título con ligeros cambios.
La Diplomacia: una pieza clave
En cada turno podremos realizar una serie de acciones como establecer alianzas con otros países, pagar tributos o reclamarlos, reforzar nuestros ejércitos, mejorar la tecnología, reclutar generales y soldados, además de preparar a nuestras tropas para el ataque o dejar pasar el turno y reclutar más efectivos.
No obstante, cuando decidas invadir un país vecino todo vuelve a la clásica y efectiva fórmula de siempre: si algo funciona no lo toques. La jugabilidad apenas ha sufrido cambios, aunque hay que reseñar que resulta más confortable el control del personaje con el mando de la 360 que con el de PS2, aunque no se han introducido acciones nuevas. Hay que decir que el control y las cámaras utilizadas no son nada funcionales: solamente podremos usar una de nuestras palancas para desplazarnos, pero no podremos girar la cámara de ninguna forma, y resulta bastante frustrante no disponer de esta opción en un juego de estas características a estas alturas.
Por otra parte, disfrutaremos de la misma endiablada jugabilidad de siempre que te hará machacar los botones de tu pad durante horas (cuidado con los dolores de muñeca). Como nota especial hay que destacar que podrás cambiar la dirección del ataque en mitad del mismo. Muchos juegos te permiten realizar ataques en una dirección y no puedes cambiar la dirección hasta que finaliza dicho ataque, en el caso de DW5 no es así. Podrás realizar innumerables concatenaciones de ataques en todas direcciones, combinados con combos capaces de devastar ejércitos enteros. Todo depende de tu destreza a los mandos, y para dominar todas las técnicas deberás echarle horas y horas al título, además, y como es habitual, dispondrás de una barra de energía que se irá llenando a medida que abatimos enemigos y que nos permitirá ejecutar ataques devastadores.
El punto negro: la I. A.
Un aspecto que empaña el juego es la IA. Bien es cierto que la IA de Dynasty Warriors no ha brillado nunca por su complejidad, pero en esta versión parecen haberse magnificado los problemas. Mientras que los generales enemigos tienen una trabajada IA: si se sienten en inferioridad pueden huir y regresar con refuerzos, estudian el campo de batalla y deciden dinámicamente a qué enemigos deben atacar (no pierden el tiempo matando soldaditos mientras tu andas arrasando su ejército), y además luchan de una forma espectacular, cubriéndose, esquivando y haciendo combos. Este no es el caso de la IA del resto de soldados enemigos que parecen estar colocados a modo de atrezo , y que incluso podrán permanecer al lado nuestro esperando ser abatidos pacientemente o soltando algún que otro espadazo de forma casual. Además, nuestros soldados contarán con la misma suerte: son igual de ineptos. Por eso me pregunto ¿por qué no mejorar la IA de todos los enemigos por igual?
Una de las mejores características en DW5: Empires para Xbox 360 es el uso del D-Pad, que te permite enviar órdenes a otros generales en el campo de batalla. Es posible pedirles que defiendan una zona o que inicien una ofensiva contra el enemigo. Es muy útil, especialmente en los momentos finales de las batallas cuando escasean las tropas y tu salud está por los suelos.
Lo mejor del juego: El modo Cooperativo
Existen otros modos de juego como el Modo Libre (Free Mode), que consiste básicamente en una batalla en una región de los Tres Reinos, y además existen otra serie de desafíos como viene siendo habitual. Veremos otra serie de extras en el juego como la Enciclopedia de Dynasty Warriors, algo de mucha utilidad si queremos conocer la historia de los Tres Reinos y las características, historia y peculiaridades de cada personaje.
Pero la baza más importante sin lugar a dudas de esta franquicia es el modo cooperativo. Jugar con un amiguete a Dinasty Warriors es lo más adictivo que he conocido en años. Creedme, echad una partida junto con un compañero a este juego y comprobaréis por vosotros mismos lo gratificante que es la experiencia de juego.
La ambientación lograda en DW5 es otro de sus puntos fuertes. Sentirás el fragor de la batalla y conocerás lo que es estar literalmente rodeado de enemigos sin parar de repartir mandobles una y otra vez, mientras te sientes abrumado por el ensordecedor sonido metálico de las armas al chocar entre sí y los gritos de la multitud, aunque el gran componente arcade de los combates desluce el acercamiento a la realidad que podría sugerirnos en un primer momento.
Apartado técnico estancado
En cuanto al apartado técnico, salta a la vista que este título no aprovecha ni por asomo las inmensas capacidades de Xbox 360, y tiene toda la pinta de ser una simple conversión de PS2, aunque mejorando la resolución de texturas, efectos y gráficos en general, pero que a día de hoy es insuficiente. Que nadie se lleve a engaños: esta versión sólo mejora un poco técnicamente la versión de PS2. No obstante se ha implementado levemente el cada vez más usado y necesario HDR, y veremos como el sol impregna con su luz los atardeceres mientras se oculta en el horizonte, algo que sin duda contribuye a una mayor inmersión.
Pero si hay algo imperdonable es la distancia de dibujado, y es que aparecerán las cosas delante de nuestras narices, y eso es imperdonable, además de que la interacción con el entorno es prácticamente nula y los escenarios serán enormes planicies semidesérticas, con muy pocos detalles y texturas del suelo planas, al estilo N64.
Con todo esto hay que comentar además que las animaciones no son gran cosa y vuelven a deslucir el resultado final. Me atrevería a decir que las animaciones de los personajes son exactamente las mismas que las de su cuarta entrega.
Eso sí, debido a la potencia de la nueva generación no sufriremos ni una sola ralentización en ningún momento, algo que está a la orden del día en PS2, debido al elevadísimo número de tropas que veremos simultáneamente en pantalla y que hace tiempo que alcanzaron el límite técnico de la consola.
La música también ha mejorado sustancialmente respecto a anteriores entregas, ya que en esta ocasión mezclan música de corte oriental y épico, acorde con el espíritu de juego, junto con las habituales melodías guitarreras de la serie (que por cierto no pegan en absoluto con el juego).
En cuanto al idioma no trae ni tan siquiera subtítulos al español: tanto subtítulos como voces se encuentran en inglés. Las únicas palabras en castellano que veremos serán las que aparezcan en el escueto manual.
Conclusiones
Dynasty Warriors 5: Empires es un juego que satisfará con creces al jugador que busque una mezcla entre acción y estrategia. Aquellos que esperen la acción directa y sin muchas complicaciones de la saga clásica Dynasty Warriors, podrían sentirse defraudados con la cantidad de tiempo que habrá que invertir en planificar batallas, gestionar recursos y establecer relaciones diplomáticas. Para mí, esto es justamente en lo que la serie Dynasty Warriors debería convertirse.
Aunque todavía hay defectos por pulir (como la pobre I.A.), nos encontramos ante un gran juego que mejora poco a poco con cada entrega y, desde mi humilde punto de vista, debería estar en todas las estanterías. Aunque si ya posees la cuarta entrega, la cosa cambia. Esperemos que la sexta entrega introduzca por fin cambios más drásticos, adaptados a las capacidades de la nueva generación, porque esta saga se encuentra completamente estancada desde hace años, aunque técnicamente será imposible mejorar lo presente para esta plataforma.
Dynasty Warriors 5 : Empires es un gran juego que mezcla estrategia por turnos junto con la acción más endiablada de los clásicos beat ‘em up. Si lo evaluamos como un título aislado saldría muy bien parado, pero al ser prácticamente igual que su antecesor, es más recomendable para gente que adore la saga, que no sea muy exigente técnicamente o que no tenga la cuarta entrega de DW: Empires.
