Perseguidos por terribles criaturas en un mundo de pesadilla, Silence of the Sleep nos demuestra que las aventuras de terror viven una nueva edad dorada gracias al auge de los estudios independientes. No es el título más destacado de los últimos que hemos jugado, pero sí ofrece justo lo que reclaman los que de verdad gustan de las historias de terror.
No hay peor pesadilla que aquella de la que no puedes escapar, ni existe mayor temor que el sentirse presa de un enemigo mortal del que no puedes defenderte. Dos aspectos que el joven creativo finés Jesse Makkonen ha tratado con destreza en Silence of the Sleep. Una aventura de terror en 2D que sigue la estela de otros títulos del estilo como el notable Lone Survivor, proponiéndonos sobrevivir a horrores inimaginables mientras tratamos de dar respuesta a la mayor de las preguntas: ¿dónde diablos estamos?
Enigma que nos llevará a perdernos por un siniestro mundo de pesadilla en el que nada ni nadie es lo que parece, como no tardaremos mucho en descubrir en este título que combina con acierto la resolución de rompecabezas, los diálogos con extraños personajes y la exploración de un laberíntico escenario de juego, tal y como esperaríamos de cualquier aventura gráfica. Porque, a fin de cuentas, ese es el tipo de juego del que hablamos, aunque con un atractivo toque terrorífico que bien merece la pena explorar por uno mismo.
Sombras acechantes
Al borde del abismo, apenado por motivos que desconocemos, Jacob Reeves salta al vacío dispuesto a acabar con su existencia sin imaginar que lejos de terminar con su sufrimiento, lo que va a hacer es prolongarlo de un modo que jamás imaginaría. Porque en lugar de disfrutar de la paz eterna, el protagonista de esta aventura de terror se despierta solo en mitad de una oscura habitación en un mugriento motel sin saber dónde ni porqué está allí. A partir de entonces… bueno, como siempre os decimos, mejor lo descubrís por vosotros mismos.
Máxime cuando estamos ante un título que juega muy bien sus cartas cuando de lo que se trata es de crear misterio. Sobre todo por la presencia de esos terribles seres de ultratumba que nos acosarán durante la mayor parte de la aventura, obligándonos a actuar con pies de plomo para no caer presas de sus garras. Si os ven, estáis prácticamente muertos. Así de simple. Porque no hay opción a luchar contra ellos, ni tampoco son muchas las alternativas. Tan solo correr, esconderse, y rezar para que no os detecten.
Todo ello mientras buscáis pistas que os permitan seguir avanzando en esta aventura de terror bidimensional en la que también habrá lugar para dialogar con un buen elenco de enigmáticos personajes, a cada cual más misterioso; a la par que resolvéis rompecabezas no muy originales en su planteamiento y algo liosos en ocasiones, pero también con cierto encanto. Son desafiantes y propensos a generar grandes dosis de tensión cuando se tiene en las inmediaciones a una criatura mortal con sed de sangre, lo que le viene que ni pintado para un título de estas características.
El problema, sin embargo, es que su sistema de control no es nada preciso; falla bastante cuando tratamos de interactuar con elementos situados en el fondo del escenario. Lo que en las situaciones de máxima tensión puede resultar frustrante a más no poder. Y es una pena, la verdad, porque si algo destaca de Silence of the Sleep es lo bien que combina los elementos propios de cualquier aventura gráfica que se precie, inventario incluido, con el terror de los survival horror . Nunca estaremos a salvo, aun cuando creamos que sí lo estamos; y ese es un buen punto a favor para este videojuego que también nos ha gustado por su puesta en escena e inteligente ritmo de la acción.
Con sus gráficos dibujados a mano, el lúgubre diseño de escenarios y la forma de presentar a los personajes como sombras de lo que antaño fueron resulta atractivo y un buen detalle artístico. Pero, salta a la vista, este no es un título espectacular en lo visual; ni mucho menos. Las animaciones son un tanto ortopédicas y el nivel de detalle de la mayoría de entornos no es especialmente alto, lo que le resta algo de valor al conjunto final. Lo importante, sin embargo, es que Silence of the Sleep consigue generar mal rollo con todo el oscurantismo que define a esta obra, que a fin de cuentas es lo buscábamos.
El factor miedo se ha explotado con inteligencia aplicando una serie de mecánicas de sigilo que le sientan muy bien a esta obra de Jesse Makkonen. Observar por la mirilla de una puerta antes de abrirla, no vaya a ser que un monstruo nos sorprenda al otro lado -¡es más habitual de lo que imagináis!-; prestar atención a los ruidos para saber cuándo se aproxima alguna de estas criaturas… las opciones no son muy amplias, cierto es, pero en conjunción con la resolución de puzles y la exploración de un entorno cada vez más enrevesado, el resultado es bueno. También el uso del sonido y la banda sonora, que casa bastante bien con la ambientación del juego.
Como colofón final, nos hubiera gustado encontrarnos con un argumento más trabajado. La historia se sigue con interés pero es algo irregular y el desenlace puede que no esté a la altura de las expectativas que genera. Por último, conviene destacar que el juego está en inglés, pero Jesse Makkonen promete que en las próximas semanas se trabajará en la traducción a otros idiomas.
Puede que esté desarrollada por una única persona, pero Silence of the Sleep es una aventura de terror interesante que os hará pasar buenos momentos descifrando los oscuros secretos que se ocultan en su interior. Lo bien que combina elementos jugables propios de las aventuras gráficas con el survival horror es digno de mención, como también lo es su puesta en escena. No es un título para todos los públicos y tiene sus fallos, pero los fans del terror seguro que pasáis un buen rato.
- Buena ambientación e interesante trasfondo argumental, aunque algo desaprovechado.
- Genera momentos de tensión absoluta con la presencia de esas criaturas de pesadilla.
- Sistema de control algo impreciso.
- Visualmente es un título muy irregular.
- Algunas situaciones de juego resultan demasiado enrevesadas o frustrantes.
