Análisis de Assassin's Creed Rogue. Desembarco Deseado

Análisis de Assassin's Creed Rogue. Desembarco Deseado
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Batallas navales, disparos en tierra, combates a espada, cañonazos, saltos, caza, pesca y comandar nuestro propio buque. ¿Alguien da más? Rogue ofrece un notable tótum revolútum que mezcla elementos de los episodios anteriores para perder personalidad, frescura y chispa, pero ganar variedad. ¿Merece la pena el Assassin's Creed "old-gen"en PC? Te lo contamos.

No te vamos a aburrir. Podríamos contarte una vez más la decisión de Ubisoft de lanzar dos Assassin's Creed a lo largo de 2014, pero todo eso ya lo sabes. De lo que también estás al corriente es del hecho de que para la edición de compatibles de Rogue hemos tenido que esperar varios meses, en una decisión que no resulta para nada sorprendente dentro de la línea de la compañía gala en los últimos tiempos. No han sido todos los juegos de la serie los que han salido tarde en PC, pero sí la mayoría. Sin entrar en la idoneidad o no de este asunto, lo que sí nos interesa es valorar qué tal ha sido la llegada de este volumen ambientado de nuevo en la historia de América.

El "hermano pequeño" de Unity llega a ordenador, por lo tanto, como una versión francamente notable y bien optimizada del original, algo que podría sonar a perogrullo pero que no siempre se ha dado en traslaciones anteriores de la franquicia. No hace falta un PC monstruoso para moverlo con extraordinaria fluidez, y algunos elementos que deslucían en las ya anacrónicas Xbox 360 y PlayStation 3 rinden fantásticamente bien en compatibles. Por supuesto que no es un producto digno de los más poderosos referentes de la fidelidad gráfica en PC, ni muchísimo menos, pero sí es vistoso y cuenta con una bonita dirección artística que hace que luzca mejor de lo que su tecnología inicialmente Old-Gen parecería aconsejar.

Nota: Si ya lo leíste en su momento el análisis de Assassin's Creed Rogue para Xbox 360 y PlayStation 3, puedes consultar directamente en la última sección, "Un Horizonte Conocido", las diferencias con esta edición para PC.


Marea Roja

En Rogue somos Shay Patrick Cormac, un Assassin que opera para la organización en la Norteamérica del Siglo XVIII. La idea, precisamente, es el que el nuevo título de la saga cierre con un buen broche el arco argumental que ha servido para contarnos la historia de Connor, de Edward Kenway y del propio héroe de la nueva aventura, todo en un mismo marco histórico y con una serie de patrones jugables más o menos comunes (especialmente entre un Black Flag y el episodio que nos ocupa que son, virtualmente, idénticos). El guión que sigue los pasos de nuestro nuevo héroe está ambientado años después del cuarto juego, y llega repleto de sorpresas que, como es obvio, nos vamos a ahorrar desvelar.

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La sensación de reutilización es tan fuerte que no nos la quitaremos de encima salvo en algunos momentos. Pero, ¿hace eso de Rogue un mal juego? En absoluto.
La sensación de reutilización es tan fuerte que no nos la quitaremos de encima salvo en algunos momentos. Pero, ¿hace eso de Rogue un mal juego? En absoluto.


Lo que sí vamos a contar es que, como ya se adelantó durante la fase promocional del programa, cambiamos de bando en un momento determinado de la aventura. Cormac se siente traicionado por la orden a la que pertenece y, percibiendo que ya no tiene sentido luchar por esas metas con sus antiguos compañeros, se pasa al bando contrario. Esto da pie a un fuerte tratamiento de las motivaciones y las filosofías de ambas organizaciones, que nos deja el gran titular en términos narrativos de este Rogue: Y es esa profundización en algo que en otras ocasiones se ha tratado de manera superficial.

¿Todo lo demás? Bastante olvidable, para un juego que si bien no deja de ser interesante en ningún momento, sí que transmite una sensación de que con mayor inspiración y chispa se podría haber logrado un argumento que nos mantuviera pegados a la campaña. Especialmente porque el propio Shay es un protagonista quizá no demasiado carismático, pero definitivamente sí tridimensional, muy humano y que se hace preguntas en todo momento sobre si lo que hace es correcto y sobre los dilemas que presenta tanto su batalla en primera instancia, como su cambio de posicionamiento. La historia se toma su tiempo para desarrollarse, algo común a todos los Assassin's Creed, y eso es algo que siempre agradecemos porque ayuda a conocer mejor a los personajes y a presentar con más calma las situaciones. De hecho la traición que sirve de detonante a nuestro salto al bando Templario se produce con un buen número de horas ya a nuestras espaldas, lo que nos permite conocer al héroe bien antes de su cambio.

Shay es un protagonista quizá no demasiado carismático, pero definitivamente sí tridimensional, muy humano y que se hace preguntas en todo momento

Lo único que tiene que quedar claro es que el videojuego hace avanzar la historia como siempre, a base de encargos principales que propulsan la trama. Como hablamos de un sandbox el juego se divide entre éstos tipos de objetivos y también los secundarios, pero lo ideal es alternarlos para maximizar la diversión. Va a ser muy difícil aburrirse en Rogue porque hay infinidad de cosas que hacer. En este sentido hay pocas novedades puesto que a pesar de la apuesta por las áreas polares de Ubisoft, el cambio de localización y de condiciones climatológicas podría haber deparado grandes cambios que no hemos acabado de ver. Básicamente los entretenimientos que ofrecía Black Flag son los que vemos de nuevo en esta ocasión, así que la cacería para cosechar mejoras, la pesca o incluso la mejora de estructuras al más puro estilo de Assassin's Creed II vuelven a la carga en esta ocasión... Sólo hemos echado en falta las secuencias de buceo pero, claro... ¡cualquiera se da un chapuzón en esas aguas! Así pues hay mucho que hacer, pero casi todo está directamente reciclado de los distintos episodios de la IP que hemos ido viendo en los últimos tiempos.

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El Cazador Cazado

Como ya ha quedado claro, el respeto por el legado de Assassin's Creed IV es minucioso, sin embargo eso no significa que Rogue no aporte también su granito de arena en cuanto a novedades. ¿Qué fichajes trae el programa entonces? Detalles pequeños, pero relacionados con la climatología tan particular del área escogida para la ambientación. Por ejemplo los pequeños icebergs que flotan cuando estamos pilotando el barco nos van a resultar muy útiles para deshacernos de los buques más pequeños que serán arrastrados irremisiblemente por las mareas que forman estos grandes bloques de hielo al deshacerse en mil pedazos. Otros detalles tienen que ver con, por ejemplo, el hecho de que Shay no puede pasar mucho tiempo en el agua antes de comenzar a congelarse, hecho que se nos notificará con unos bordes de escarcha en los extremos de la pantalla, y también el factor de que ahora nosotros también podemos ser abordados por otros navíos.

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El escenario está dividido en hasta tres partes, separadas por un tiempo de carga, para una extensión algo menor que la que vimos en su momento en su predecesor. Eso supone también que la densidad de las cosas para hacer es mucho mayor, ya que todo está más concentrado. Lo más apasionante de esta decisión son los contrastes entre la climatología de unas áreas y otras, con mucha agua pero mucho más circunscrita a zonas más pequeñas con una renuncia obvia y premeditada a los grandes océanos que surcábamos en Black Flag y con también el gran titular de una gran urbe que retorna para ofrecer más cosas que hacer a pie.

Va a ser muy difícil aburrirse en Rogue porque hay infinidad de cosas que hacer


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Más interesante y sorprendente resulta el hecho de que, como buenos Templarios que somos, estaremos a menudo amenazados por otros Assassin. Estos son amenazas que están escondidas en el escenario y que, bajo la dirección de la inteligencia artificial, pueden acabar con nosotros si no estamos atentos. Pueden surgir en cualquier momento, y se nos notifica su presencia y cercanía con una serie de señales sonoras que nos emplazarán a utilizar la vista de águila y tratar de neutralizarlo antes de que se salga con la suya. Es algo parecido a lo que ofrecía el multijugador competitivo de antaño, con esa misma sensación de peligro y amenaza constante, aunque con menos interés y profundidad como es lógico. Una faceta on-line que, por cierto, ha desaparecido de Rogue, para sorpresa de muchos, y es que la fórmula del juego a través de internet estaba ganando muchas posibilidades y complejidad entrega tras entrega, y llama la atención que tanto Unity como el lanzamiento que nos ocupa hayan renunciado a cultivarla. Así mismo también hay algunas armas inéditas como dardos especiales y algunas de proyectiles para el protagonista, y también algunos fichajes para el buque, el Morrigan, aunque no queremos entrar en demasiados detalles para no estropear el factor sorpresa.

Sigue presente, por otra parte, el habitual desarrollo en paralelo de una historia ambientada en una edad moderna que vivimos en primera persona. Nuevamente toda esta sección está ambientada en las oficinas de Industrias Abstergo, y nos lleva de la mano por distintas instalaciones de la compañía. Como ya sucedió en Black Flag podemos profundizar todo lo que deseemos en esta parte del programa puesto que su desarrollo depende de nuestro interés por conocer documentación, detalles y curiosidades de la saga. Hay algunos minijuegos curiosos a modo de rompecabezas y, en general, una historia que a los fans de la franquicia les resultará fascinante desvelar y que enlaza muy bien con otros episodios de la IP como Unity.

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Un Horizonte Conocido

En muchas ocasiones el apartado tecnológico de Assassin's Creed ha sido caballo de batalla en sus versiones para compatibles, y es que no todos los episodios han gozado de un buen trabajo en este sentido para asegurarse de que una amplia gama de equipos fueran capaces de moverlos como es debido. El caso de Rogue, sin embargo, es distinto y sí podemos sostener que el videojuego se mueve adecuadamente en un rango generoso de equipos, y que cumple con los requisitos de sistema que anunciábamos en su momento. Esto último podría parecer una obviedad, pero no siempre se ha dado y es algo que es importante recalcarlo.

En lo artístico la belleza y el nivel general de lo que vimos hace unos meses en las consolas del anterior ciclo sigue manteniéndose a una altura razonable aunque no pasa de ahí ni con la inyección extra tecnológica que garantiza la versión de PC, aunque con mención especial para esa variedad de telones de fondo de las que tanto se enriquece el programa. Y es que el trabajo en este sentido sigue siendo uno de los grandes baluartes de la saga, aunque no sea se ve apoyada por un acabado en general en cuanto a modelados, texturas y el resto de elementos gráficos tan interesantes como esperamos de un Triple-A de ordenador del año 2015.

Una de las cosas más llamativas de Rogue desde el plano puramente tecnológico es el soporte de la tecnología de seguimiento ocular, siendo el primer juego de perfil Triple-A que la adopta. ¿En qué consiste? Si disponemos del periférico adecuado, como por ejemplo en nuestro caso, el Tobii EyeX con el que hemos trabajado en el análisis, podemos desplazar la pantalla en función del lugar donde miremos con el mero uso de nuestra vista, prescindiendo así del ratón o el stick derecho del pad para todas estas acciones. El dispositivo no pasa de ser un aditivo bastante accesorio que no modifica radicalmente la experiencia, pero que sí añade cierto grado de inmersión extra en ella. Por lo que hemos visto si bien le falta algo de precisión para otros usos como la navegación por Windows, en productos como Rogue sí parece mostrar la exactitud necesaria y está ajustado para ser más o menos sensible en función de si exploramos, combatimos, etcétera.
Mirando con tus Propios Ojos - Una de las cosas más llamativas de Rogue desde el plano puramente tecnológico es el soporte de la tecnología de seguimiento ocular, siendo el primer juego de perfil Triple-A que la adopta. ¿En qué consiste? Si disponemos del periférico adecuado, como por ejemplo en nuestro caso, el Tobii EyeX con el que hemos trabajado en el análisis, podemos desplazar la pantalla en función del lugar donde miremos con el mero uso de nuestra vista, prescindiendo así del ratón o el stick derecho del pad para todas estas acciones. El dispositivo no pasa de ser un aditivo bastante accesorio que no modifica radicalmente la experiencia, pero que sí añade cierto grado de inmersión extra en ella. Por lo que hemos visto si bien le falta algo de precisión para otros usos como la navegación por Windows, en productos como Rogue sí parece mostrar la exactitud necesaria y está ajustado para ser más o menos sensible en función de si exploramos, combatimos, etcétera.


Y es que el aspecto de algunas características como rostros, secuencias cinemáticas y algunos otros elementos no está a la altura ni siquiera de lo visto en su predecesor, algo que evidencia el hecho de que el título ha contado con unos valores de producción menores a lo que suele ser habitual en la IP. El programa está, en líneas generales, mucho mejor acabado y más pulido que Unity; aunque eso no significa que no esté exento de algunos problemas ocasionales que, esta vez sí, son más tolerables dentro del contexto general de un videojuego de acción y aventuras en un mundo abierto. En términos de optimización el título hace los deberes, contando con un amplio abanico de opciones gráficas a pormenorizar (hasta quince) y permitiéndonos de este modo un grado muy generoso de personalización de los réditos visuales. En un equipo de pruebas de gama alta (Intel i7 4,00GHz, 16GB de Ram, GeForce GTX 970) los resultados en términos de fidelidad visual y fluidez han sido máximos, como no podía ser de otro modo, sin embargo en un ordenador de gama media más cercano a los mencionados requisitos hemos logrado una tasa de imágenes por segundo superior a la de las consolas del anterior ciclo sólo con algunos recortes aquí y allá.

En otro orden de cosas hay que matizar que el juego ocupa algo más de 12GB en nuestro disco duro, que cuenta con el habitual buen soporte para pad y que en lo sonoro hay buenas intenciones, aunque cierto reciclaje. El doblaje está francamente bien, con el habitual buen nivel de todas las voces en nuestro idioma; aunque sí hay que matizar que la del protagonista es algo más plana... evidenciando incluso más su notable falta de carisma. La música tampoco parece particularmente inspirada, con incluso la recuperación de algunos temas emblemáticos de la serie, y los efectos cumplen.

Muy Bueno

Sin sello
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Assassin's Creed: Rogue

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Rogue es un notable videojuego que, sin embargo, está muy lejos de los habituales estándares de calidad de la saga. Aunque ofrece de nuevo todo lo que puede dar de sí la fórmula de Black Flag, lo cierto es que resulta poco inspirada y sin un atisbo de énfasis por innovar. Su variedad, generosa cantidad de contenidos y la diversión que depara son, eso sí, motivos suficientes para que los fans de la saga Assassin's Creed le presten atención.

Comprar Assassin's Creed: Rogue
  • Está bien optimizado y, sin aportar grandes cosas, el traslado a PC es más que aceptable
  • Trae consigo una gran variedad jugable: Combates navales, acrobacias, acción...
  • Muchos contenidos y distracciones. Y todo, en general, bien resuelto
  • Sigue siendo virtualmente idéntico a Black Flag, no aporta ninguna sorpresa
  • Falta chispa, no tiene momentos memorables ni misiones particularmente inspiradas
  • Renuncia a un multijugador competitivo que comenzaba a dar buenos resultados en los últimos años
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 10-14 horas (mínimo)
Ver requisitos del sistema
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