Nos adentramos en el infierno de los viejos cazadores, un lugar donde seguir disfrutando del sufrimiento… Y de la recompensa. Tres grandes zonas, cinco jefes finales y mucho equipamiento nuevo es el que te espera en Antiguos Cazadores, mientras descubres más información sobre el origen de la pesadilla.
Es curioso como una sola decisión puede condicionar tanto el futuro de un juego. Mientras que otros títulos te dejan a tu libre albedrío una vez terminas la campaña principal, Bloodborne eligió por el contrario, llevarte inevitablemente al principio de la nueva partida +. Antiguos Cazadores se inserta en Bloodborne de la misma forma que la saga Souls, pero hubiéramos agradecido enormemente que, al igual que Dark Souls II, nos hubieran dado la opción de elegir en qué momento queríamos comenzar de nuevo el viaje, ya que acceder a este nuevo contenido, según en qué momento del juego estés, puede llegar a ser doloroso.
Si empiezas una partida desde el principio o vas a adquirir la edición Juego del Año, tienes que saber que Antiguos Cazadores se desbloquea bastante rápido, tras derrotar a la Vicaria Amelia, pero es una zona para nada recomendada hasta, al menos, el momento en que derrotes a Rom, la Araña Vacua. La propia FromSoftware recomienda tener un nivel de 65 como mínimo, algo que consideramos bastante bajo, sobre todo para los últimos compases de esta ampliación, por lo que es mucho mejor que continúes la aventura principal y vuelvas con quince o veinte niveles más, para evitar frustraciones.
Si por el contrario, empiezas con una Nueva Partida +, quizá te resulte más fácil acceder a él, y puedas lanzarte una vez cazada la Vicaria Amelia, ya que el tener tu armadura reforzada hasta la roca de sangre es de tremenda ayuda, pudiendo acceder a él con un nivel de 120 en adelante. Sea como sea, dado que Bloodborne no permite conservar tu partida completa hasta el momento que decidas dar otra vuelta, en ambos casos vas a tener que jugar una porción del juego base para llegar hasta Antiguos Cazadores, una decisión, cuanto menos, extraña.
La pesadilla del cazador
El DLC, además, tarda algo en arrancar. Las primeras zonas dejan una extraña sensación en el jugador de recorrer lugares demasiado familiares, hasta el punto de plantarte el propio interior de la Catedral donde luchas contra Vicaria igual que la original. Y cuando no lo hace, la repetición de materiales, elementos e incluso algún jefe final de la aventura principal en forma de enemigo espontáneo, se hacen notar.
Lo que sí cambia, y mucho, es la disposición de los enemigos. Acostumbrados a enfrentarnos a hordas de enemigos básicos, aquí su presencia escasea sobre todo en la primera porción del juego, predominando los viejos cazadores; tantos, que a veces uno tiene la sensación de estar jugando a un modo multijugador con bots. No exageramos, el primer tramo está lleno de ellos y algunos son verdaderas esponjas de vida. Se agradece el cambio, mientras que nuestra preocupación máxima será encontrar muchas de las armas y equipo en estas primeras horas.
Las armas darán algo de variedad a aquellos que acusaban la escasez de ellas en el juego original, pero tampoco esperéis ningún alarde. Son muy atractivas, pero con una disposición de movimientos bastante similar a las ya vistas, donde destacan sobre todo, una potente sierra giratoria, la hoja arco o la icónica Espada de luz de luna, presente en los Souls. Las de distancia tampoco se quedan cortas, la Gatling es impresionante aunque una verdadera consumidora de balas de mercurio, mientras que la sorpresa viene con un nuevo escudo, esta vez útil, pero centrado en detener ataques no físicos (aunque los eches de menos, no te vas a librar de la mecánica base de Bloodborne).
El primer tramo del juego está lleno de enemigos y algunos son verdaderas esponjas de vida
De hecho, conseguir todo el nuevo equipamiento es una de las mejores tareas por realizar en este Antiguos Cazadores, ya que muchas de estas armas están realmente escondidas y atienden a diversas acciones a realizar antes de poder hacerte con ellas. Una lástima que sea tan difícil mejorarlas todas, haciendo que tengamos que elegir sabiamente nuestro próximo armamento o esperar a la siguiente vuelta. Pero tras este comienzo con algo menos de fuerza, los siguientes escenarios se presentan mucho más atractivos y nos vuelven a introducir en ambientes que te siguen manteniendo en esa extraña tensión por su lúgubre y tenebrosa ambientación. Tanto, que uno de los más silenciosos escenarios puede llegar a ponerte de los nervios al tropezar y romper una botella del suelo, con la posterior alerta de los oponentes.
Hay aquí un eterno ir y venir de picos de dificultad. Puede recorrer zonas con enemigos bastante sencillos para toparte con momentos donde enfrentarse no sólo a uno, sino a dos pesos pesados. Momentos tranquilos para llegar a zonas donde una trampa esconde a otra trampa. Destaca el tramo final, donde encontrarás una de esas zonas puñeteras de verdad, con uno de los enemigos más absurdamente locos y genialmente diseñados de todo Bloodborne y parte de Souls (con decir tiburón, lo decimos todo). Áreas bastante intrincadas, donde avanzar puede ser una cuestión de fe, y otras en las que tendremos que explorar palmo a palmo hasta dar con la tecla (o con la palanca) que nos permita seguir avanzando.
Antiguos Cazadores tampoco se olvida de seguir ampliando el universo de Bloodborne. Los datos que nos ofrece para ampliar la historia pueden parecer escasos, pero van teniendo algo más de sentido a medida que los recopilamos junto a las descripciones de los nuevos objetos que recogemos. Sólo podemos decir que sigue inspirándose profundamente en las raíces del horror cósmico de Lovecraft, hasta el punto de llegar al homenaje declarado de uno de sus relatos más conocidos.
Las presas
Se ha tomado otra decisión en cuanto a los jefes: colocar el farol relativamente cerca de ellos. Y ésta en parte lo agradecemos, dado que algunos jefes del juego base estaban bastante lejos del punto de control, con la consecuente carrera hacia ellos que no aportaba mucha dificultad a la ecuación. Aquí todos tienen un farol o un atajo muy cerca que nos permitirán practicar mejor algunas técnicas hasta dar con su punto débil. Son solo cuatro, pero hay uno secreto (que sepamos de momento) que puedes descubrir. Dos de ellos bastante espectaculares, mientras que los otros pueden resultar bastante vagos. El jefe final es un mal bicho, pero con algunos de los patrones más interesantes que hemos visto y eliminarlo en solitario puede llegar a ser toda una proeza. Siguen alternando dichos patrones a medida que les restamos vida, lo cual hace que su aprendizaje sea bastante más difícil de asimilar.
El nuevo parche que acompaña al DLC trae, además, algunas novedades que también se incorporan a la aventura principal, como la posibilidad de ir acompañados de un NPC para las batallas contra algunos de estos enemigos, de los que Antiguos Cazadores sólo se aprovecha de uno y en el juego base se hace en bastantes. Al igual que el cooperativo, su ayuda es inestimable, ya que te permite centrar la atención en ellos mientras te curas y recuperas un poco el aliento, pero evidentemente hace las cosas mucho más sencillas que cuando experimentaste el juego por primera vez.
Antiguos Cazadores es un buen DLC del que sacarán más partido aquellos que planean sacar provecho de las nuevas armas en nuevas partidas, que aquellos que sólo busquen completarlo, dada la escasez de algunas piedras para potenciarlas adecuadamente. No sabemos exactamente cómo pretendía FromSoftware dividir en un principio el contenido, ya que existen tres grandes zonas, haciendo que partirlas deje bastante cojo a una de ellas. Por el precio a pagar por él de lanzamiento, veinte euros redondeando, puede quedarse algo corto si tu objetivo es simplemente terminarlo, y debido a lo peculiar que es acceder, es más que recomendable que lo juegues cuando planees echar una nueva partida, que forzarte a llegar hasta él. Si por el contrario acabas de empezar tu aventura en Bloodborne, déjalo para los momentos finales. Tus nervios te lo agradecerán.
Bloodborne: Antiguos Cazadores es un gran DLC que aporta tres nuevas zonas y mucho equipo para hacer más variado tu arsenal de cazador. Es algo incómodo acceder a él y sus primeros compases tienen una falta de ritmo bastante acusada, que repunta en los momentos finales, donde encontramos un gran diseño de niveles y la capacidad de seguir sorprendiendo incluso al más veterano de los juegos de FromSoftware. Puede resultar algo caro para lo que ofrece, así que si no tienes planteado jugar de nuevo a Bloodborne o aprovechar sus nuevas armas, quizá no sea mala idea esperar.
- Las armas, variadas y espectaculares
- Algunas zonas muy trabajadas y llenas de secretos y nuevos enemigos
- Comienzo algo lento sin aportar muchas novedades
- Algunos claroscuros en su estructura, con repetición de lugares y materiales
