Análisis de Furi. Cacería de grandes presas

Análisis de Furi. Cacería de grandes presas
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Shadow of the Colossus, Titan Souls… Sí, ha habido ya muchos juegos sobre acabar con "jefes", pero pocos son tan coloristas y sorprendentes como este Furi. Un experimento curioso que va mucho más allá de eso, y que ofrece un desafío brutal que dividirá nuestro disfrute entre momentos de diversión máxima y otros que nos darán ganas de tirarnos de los pelos. Este es nuestro análisis de Furi, un nuevo indie que cautiva miradas.

A menudo los jefes finales son lo mejor de algunas propuestas de acción y aventuras. ¿Qué pasaría si un videojuego se centrara exclusivamente en esta parte? ¿Cómo sería un título que limitara su experiencia jugable a estos enfrentamientos contra criaturas majestuosas? Furi llega para resolver todas esas cuestiones con una propuesta realmente única desde el punto de vista tanto visual como jugable. ¿Funciona algo tan arriesgado? A veces sí, la mayoría de ocasiones de hecho, y eso tiene muchísimo mérito.

Esta generación está siendo una auténtica cuna para trabajos de perfil indie, y si bien este título no es ni mucho menos el más redondo de cuantos hemos visto en este ciclo (ni siquiera este año), sí que es una muestra más de una extraordinaria imaginería visual y de una nueva idea muy simpática y original que se pone sobre el tapete. En las últimas semanas el perfil de aficionados de la marca PlayStation de 3DJuegos tienen muy en cuenta el título puesto que forma parte del abanico de lanzamientos del mes disponibles sin coste alguno a través de la suscripción PlayStation Plus. No obstante se trata de un llamativo beat’em up que llevaba ya casi un año en el punto de mira de muchos usuarios y que, ahora que tenemos entre manos, podemos entender el interés que había estado levantando.


El Camino del Héroe

Furi no es un videojuego que se tome su tiempo en desarrollar la parte narrativa. Sabemos que somos un héroe que no pronuncia palabra alguna durante la aventura, y que tiene ante sí un destino igualmente difícil de atisbar. Al comenzar la campaña un personaje se nos presenta y nos da unas ligeras nociones que proporcionen combustible a nuestro avance: se trata de huir de nuestro cautiverio y, a partir de ahí, no pasan ni un par de minutos antes de que nos plantemos ante el primer jefe. Éste va a ser toda una declaración de intenciones en cuanto al fenomenal espectáculo de luces y colores que aporta el título. Un trabajo, el de este estudio The Game Bakers, que quizá no sea un dispendio gráfico pero que definitivamente tiene un extraordinario buen gusto a la hora de ponerse de largo en nuestra pantalla.

La forma de contarnos la historia es menos sorprendente de lo que sus personajes parecen indicar, y a menudo es una mera distracción entre combate y combate.
La forma de contarnos la historia es menos sorprendente de lo que sus personajes parecen indicar, y a menudo es una mera distracción entre combate y combate.


El manejo es adecuado, y se fundamenta en un estilo de acción fuertemente basado en los combates cuerpo a cuerpo pero también con muchos momentos de lucha a distancia en forma de proyectiles que podemos disparar y, desde luego, también recibir. La particularidad que hace que éste no sea un hack and slash al uso reside en el hecho de que no batallamos contra miles de enemigos de destreza baja o media, sino que lo hacemos exclusivamente contra jefes que nos llevarán entre 10 y 15 minutos derrotar cada uno. No hay checkpoints dentro de cada uno de ellos, así que la experiencia es ciertamente desafiante con algunos de los últimos. Algunos, incluso, pueden encontrarla frustrante por el hecho de que no hay nada más que hacer aparte de acabar con estos jefes, así que si nos atascamos con alguno muriendo, por ejemplo, una vez detrás de otra casi a punto de conseguir derrotarles, tendremos que repetir desde el principio el combate como única vía de continuar con la aventura.

Cacería de grandes presas


Su particularidad reside en el hecho de que batallamos exclusivamente contra jefes que nos llevarán entre 10 y 15 minutos derrotar cada uno

Esto se hubiera logrado mitigar de alguna manera ofreciendo algo al aficionado entre los enfrentamientos, sin embargo lo único que hacemos en Furi es o combatir o pasear por los épicos escenarios buscando la siguiente confrontación. El problema es que, aunque los decorados exhiban un extraordinario buen gusto y sea un placer contemplarlos, recorrerlos a tan lento paso no tiene demasiado interés. Está nuestro interlocutor a nuestro lado acompañándonos y hablando de cosas que a menudo cuesta interpretar, pero definitivamente es un acicate peliagudo a la hora de animarnos a seguir.

Cacería de grandes presas


En algunos instantes la pantalla se llena de proyectiles y Furi adopta el atractivo estilo de un shoot'em up clásico.
En algunos instantes la pantalla se llena de proyectiles y Furi adopta el atractivo estilo de un shoot'em up clásico.


Así que lo que nos queda son exclusivamente los combates, pero en su mayoría están bastante bien diseñados y hacen que nos olvidemos del resto de cosas que no están a la altura. Sin ser nada del otro mundo hay algunos giros ingeniosos y recursos que el videojuego se saca de la manga que nos han sorprendido, y ayuda mucho en este sentido que cada jefe tenga varias dinámicas propias que se van sucediendo una detrás de otra para no dejar de ponernos a prueba. Obviamente el ensayo-error va a acabar siendo nuestro involuntario recurso más habitual, y es que vamos a morir muchas veces con los que suponen un reto más alto.

Hay algunas cosas del combate que son lógicas, y que obedecen a no convertir la experiencia en un machacabotones. Las más sofisticadas incluyen una suerte de sistema de vida recíproco, por el cual si perdemos una de nuestras barras de vida el enemigo curará la suya, y el hecho de que por cada bloque que eliminemos en nuestro oponente su estilo de combate cambiará radicalmente. Pero también hay otros elementos mucho más tradicionales para obligarnos a elaborar estrategias. Así, por poner un par de ejemplos, si bloqueamos a tiempo un ataque enemigo, algo más difícil de lo que parece, recuperaremos algo de nuestra salud; mientras que buscar la espalda a nuestras némesis con algunas maniobras especiales siempre acaba siendo recomendable para maximizar el daño y no exponernos en demasía a sus ataques.

Cacería de grandes presas


En algunas secuencias el título puede dar la sensación no demasiado exacta de ser un remedo de los clásicos shooters de perspectiva cenital que se manejan con los dos sticks como antaño. No obstante la cosa va mucho más allá de eso, especialmente si optamos por los niveles de dificultad altos, donde el título es un verdadero desafío y nos ofrece un grado de dificultad que camina entre la fina línea del reto y la frustración, y que en las luchas contra los jefes menos inspirados y más convencionales nos invita a reducirla para sortearlos y pasar a otros más estimulantes. No obstante, como hemos dicho, en los casos de los adversarios más ingeniosos y cuidados es un verdadero placer acabar con ese oponente y sentir que hemos hecho algo que de veras ha sido todo un desafío.

El hecho de que vayamos a repetir tantas veces algunos jefes provoca que el factor rejugable no sea el predominante en un título que, por lo demás, es bastante corto en términos de duración. No obstante, sólo por contemplar el bello espectáculo visual y sonoro, mención especial a la música electrónica que le acompaña, aunque pensemos que lo hemos exprimido a fondo puede merecer la pena darle un nuevo revisionado dentro de unos meses.

Bueno

Sin sello
Cacería de grandes presas
Sin sello

Jefes, jefes y jefes. Puede que algunos acaben algo abrumados con la propuesta tan exigente y, por momentos, incluso algo repetitiva que propone este Furi, pero es un videojuego al que si se le da una oportunidad es capaz de demostrar que tiene en sus entrañas mucho más de lo que parecía en un primer vistazo. No es perfecto, y tiene tantas partes inspiradas como otras más bien discretas, pero sus combates son un fenomenal espectáculo de luz y color y destila buen gusto por los cuatro costados.

  • La mecánica de combate está bastante bien
  • La idea, a pesar de que ya la hemos visto alguna vez en el pasado, tiene mucho atractivo
  • Algunos de los jefes tienen estilos de combate y características muy curiosas
  • Visual y sonoramente tiene el gran mérito de conseguir mucho con muy poco
  • Los tramos entre jefe y jefe no tienen ningún atractivo
  • Los jefes más difíciles pueden resultar algo frustrantes por el sistema de checkpoints
  • Hay cierta irregularidad entre los enemigos. Algunos son brillantes, otros muy discretos
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración:
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