Si recientemente el estudio Housemarque nos brindó una apuesta twin stick shooter realmente magnífica con Nex Machina, ahora este mismo equipo nos regala un videojuego muy original y sorprendente, marca de la casa. Análisis de Matterfall.
Aunque pueda pareceros algo "extremo", la verdad es que de los primeros títulos que fueron editados para PS4 Resogun fue el que más me impactó de todos ellos. Su concepto de "shooter esférico" unido a su frenética jugabilidad y vistoso apartado gráfico consiguió engancharme de veras… algo que sucedió de nuevo tiempo después cuando el título fue editado en PS3 (y PS Vita). Sin duda Housemarque es uno de esos estudios tan buenos y que se han especializado en un género tan profundamente que es capaz de hacerle evolucionar sin la intervención de "terceros". Y eso tiene un mérito enorme a mi juicio.
Matterfall viene a respaldar dicha afirmación, una aventura que sorprendentemente ha sido editada muy poco tiempo después de que Nex Machina, su obra más reciente (y sensacional como podéis advertir en nuestro análisis correspondiente) llegara al mercado. Alguno podría pensar que dicho lapso de tiempo tan escaso ha podido ser un menoscabo importante para lo que nos depara su nueva producción. Pero afortunadamente no ha sucedido así, y lejos de estar ante un título menos pulido o despojado de la brillantez que suelen proporcionarnos las creaciones de Housemarque, más se ha dado el caso contrario: Matterfall es un shooter muy original y excitante que va a emocionar a los amantes del género… y puede que a muchos otros más.
Original pero con sabor a clásico
Muchos hemos celebrado la llegada de Metroid: Samus Returns para Nintendo 3DS, título que está al caer y que cuento los segundos para disfrutarlo al máximo (ya lo he probado y me ha encantado). ¿Y a colación de qué saco este título? Pues porque lejos de estar ante un shoot´em up tradicional, Materfall es una aventura que a pesar de su inconfundible vena arcade, guarda ciertos paralelismos con la obra de Nintendo. Pero sólo hasta cierto punto, ojo, no me entendáis mal, que no estamos ante una aventura que posea una estructura al estilo metroidvania para nada.
Pero insisto en que existen ciertos paralelismos entre Metroid y lo que nos depara esta producción. Para empezar la protagonista es una mercenaria que responde al nombre de Avalon Darrow y que va enfundada con un traje espacial que le confiere ciertas habilidades. Y la misión que debe asumir esta chica consiste en acabar con una amenaza alienígena, argumento que da forma a una ambientación de ciencia ficción realmente interesante. ¿Os suena de algo todo esto? Bien, pues algunos elementos de la jugabilidad también recuerdan un tanto a lo vivido en las aventuras de Samus Aran, aunque sin perder nunca de vista que estamos ante un arcade frenético de desarrollo 2D de los pies a la cabeza, con todo lo que esto conlleva.
El título consta de tres escenarios bien diferenciados, con un jefe y tres fases por barba, lo cual da lugar para unas cuatro o cinco horas de juego aproximadamente en función del nivel de dificultad escogido (y de la habilidad de cada uno). Puede no parecer gran cosa, pero teniendo en cuenta el género al que pertenece, su carácter digital y que, como siempre sucede precisamente con los shooters, presenta una rejugabilidad bastante notable, no me parece que sea un defecto muy importante.
Apenas nos concede un segundo de respiro
El desarrollo es muy absorbente y mezcla con maestría dos géneros clásicos como son las plataformas y la acción, añadiéndose algunas pinceladas de exploración y aventura. De esta forma bajo un scroll horizontal multidireccional tenemos que ir avanzando por escenarios repletos de enemigos a los que es necesario ir despachando (o esquivando, que también vale en muchas ocasiones). Para superar cada situación que nos plantea el título es posible echar mano de las múltiples habilidades especiales que es capaz de efectuar la protagonista, algunas bastante llamativas.
Su principal aptitud es su gran capacidad para el combate, contando con un blaster capaz de aniquilar a todo el que se le ponga por el camino. Su agilidad también es impresionante y además de poder efectuar un doble salto, también puede ejecutar los clásicos dash o desplazamientos cortos rápidos que son muy útiles tanto para esquivar los disparos que nos lanzan los adversarios como para dejar paralizados a éstos durante breves espacios de tiempo. También es posible usar la sobrecarga (Overload) para ralentizar la acción durante unos instantes y gozar de invulnerabilidad, lo cual resulta especialmente útil cuando nos vemos rodeados de adversarios, disparos y demás peligros.
Pero quizá su aptitud más llamativa es su rayo de plasma con el que es capaz de cristalizar un material azulado muy concreto que solemos encontrar en lugares determinados de los escenarios, pudiendo de esta forma crear escudos y plataformas improvisados que nos ayudan mucho en cada fase. Esta última aptitud da bastante juego, os lo aseguro, y dominarla requiere de cierta práctica, así como hacerse con el sistema de control.
Al tratarse de un título de Housemarque no hace falta que os diga lo vibrante y frenético que resulta su desarrollo. Quitando la primera fase que sirve como tutorial, el resto apenas nos concede un segundo de respiro y por eso mismo hacerse con el sistema de control es fundamental… pero requiere de cierto aprendizaje. Los sticks nos permiten desplazarnos (izquierdo) así como apuntar y disparar (derecho), mientras que la práctica totalidad de los botones del mando (cruceta incluida) nos permiten efectuar diferentes acciones, desde almacenar armas y habilidades secundarias a saltar, activar la sobrecarga, efectuar el mencionado dash, etc. Y dado el grado de desafío que ostenta el juego (especialmente en Mercenario y Veterano), dominar perfectamente todas las acciones y movimientos que podemos llegar a materializar es fundamental.
Mezcla con maestría dos géneros clásicos como son las plataformas y la acción
El resultado es un videojuego vibrante y muy intenso, de esos que se disfruta mucho mientras duran. Además resulta lo suficientemente variado a pesar de su naturaleza, y más si tenemos en cuenta que durante la aventura podemos ir coleccionando nuevas habilidades y armas secundarias, rescatando a civiles que se hallan dispersos por zonas no muy accesibles de los escenarios y, lo más llamativo quizá, entrar en ciertas áreas de gravedad cero que rompen un tanto con la dinámica del juego.
Sin embargo y volviendo un tanto a lo que os comentaba al principio, mentiría si no dijera que la aventura me ha dejado con ganas de más o, mejor dicho, pienso que podría haber dado más de sí. Su parecido con Metroid es evidente pero en este caso (y por razones obvias) se trata de un título muchísimo más directo y lineal, con una carga de profundidad muy inferior a lo vivido en la saga protagonizada por Samus Aran. Algo lógico por su carácter tan marcadamente shooter pero que, insisto, creo que se podría haber dado un giro más de tuerca a la fórmula establecida en Matterfall.
Donde sí que no cabe crítica alguna es a lo que nos depara su acabado visual, muy en la línea de lo que Housemarque nos brinda en todas sus producciones. La ambientación en plan ciencia ficción está muy conseguida, con unos ambientes y paisajes tan logrados como visualmente aparentes, especialmente en PS4 Pro, que alcanza los 1080p y 60 cuadros por segundo (900p en el modelo normal de PS4). Los efectos especiales aportan ese toque de calidad que todo juego de acción necesita, mientras que el diseño de la protagonista y sus animaciones son muy buenos. Puede que el modelado de los adversarios sea algo menos inspirado de lo que podríamos esperar, pero tampoco desmerecen, sobre todo lo relacionado con los jefes finales, que dan la talla.
El sonido es marca de la casa, y posiblemente cualquiera que haya disfrutado de título alguno de este estudio reconocerá enseguida las melodías techno que acompañan a la acción de manera magnífica, así como los efectos estruendosos y tan bien realizados que siempre nos depara Housemarque. Y se agradece el esfuerzo realizado de doblar los escasos diálogos a nuestro idioma, detalle que no quiero pasar por alto.
Una nueva obra de Housemarque aterriza en PS4 para alegría de todos los incondicionales tanto de los shooters como del propio estudio, que ya empezamos a ser unos cuantos. Materfall no decepciona y nos brinda una experiencia arcade realmente salvaje, futurista y bastante desafiante si decidimos jugar en el nivel de dificultad medio (Mercenario) o, más aún, difícil (Veterano). Un título muy cuidado en todos los sentidos que ofrece una jugabilidad atractiva y relativamente variada y hasta original dentro de su género. No es la aventura más longeva del mundo (como suele ocurrir con los shooters) y creo que podría haber sido todavía mejor, pero a pesar de eso es un juego que merece la pena disfrutar.
Comprar Matterfall- La jugabilidad es vibrante y muy absorbente
- Supone un buen desafío si decidimos jugar en nivel Veterano
- Excelente ambientación futurista y banda sonora
- La protagonista goza de multitud de movimientos y acciones
- Sus tres mundos (12 niveles) pueden saber a poco
- Podría haber dado más de sí en algunos aspectos jugables
