Como una de las principales promesas del género shooter multijugador de PlayStation 3, a falta del apasionante MAG, llega por fin a nuestro país SOCOM. La nueva entrega de la prestigiosa saga de Sony es un título bastante discreto en todos sus apartados, que conforman el que es probablemente el peor capítulo de las series.
La saga SOCOM debuta en la Next-Gen tras una más que satisfactoria retahíla de videojuegos para PlayStation 2 y PSP, que lograron hacer de esta franquicia una de las más características de los shooters de Sony en la anterior generación de videoconsolas.
En el aficionado había una gran expectación en torno a lo que los chicos de Slant Six podían conseguir con un SOCOM en PlayStation 3, especialmente en las facetas visuales y tecnológicas, de las que se esperaban grandes pasos hacia delante para mejorar el realismo y la veracidad del título. Sin embargo al equipo le ha quedado grande la plataforma, y no han podido reeditar el razonable éxito que obtuvieron con su primer videojuego, el SOCOM: US Navy SEALs Tactical Strike para PSP del 2007.
El mayor problema de este SOCOM: Confrontation, ya desde su lanzamiento en el continente norteamericano allá por el mes de octubre, fue el de sus bugs y problemas técnicos. Ahora, con su puesta a la venta en Europa, se han corregido buena parte de estos defectos gracias a la descarga obligatoria de un parche que roza los 200 megas, que si bien soluciona muchos aspectos, todavía deja mucho trabajo que pulir en este sentido.
Días de Gloria
SOCOM: Confrontation es un título únicamente multijugador, con lo cual no hay opción alguna de disputar modalidad alguna de juego en solitario o de corte off-line. En un videojuego que apuesta tan decididamente por la faceta del juego a través de Internet son fundamentales detalles como la precisión, la fluidez y el proceso de testeo para evitar bugs. Tres facetas en las que definitivamente el título de Slant Six no cumple con las expectativas.
En el título que nos ocupa viviremos intensas batallas entre comandos y mercenarios en los 7 mapas que la versión “retail” incluye de serie –algunos de ellos réplicas de escenarios clásicos-, y también dentro de las 7 modalidades de juego que se ofertan. Lo primero que hay que señalar en su faceta jugable, la más importante, es que no es un título para los amantes de los shooters rápidos y vertiginosos a los que los últimos años nos han acostumbrado. Confrontation, como el resto de entregas de las series, encuentran sus principales virtudes en un uso táctico de los entornos y los recursos, lejos de empujar al jugador a recorrer los mapas a lo loco.
SOCOM premia al jugador cerebral y sesudo que medita cada paso, y ofrece como mayor incentivo para éste una penalización brutal a quien no se adapta a estas necesidades. Cada arma es un mundo en este videojuego, y todos y cada uno de los elementos que conforman el arsenal del videojuego ofrecen diferentes características y parámetros que deberemos tener en cuenta y que acabarán siendo decisivos.
Las modalidades de juego que encontraremos serán Supresión, Aniquilación, Demolición, Brecha, Extracción, Escolta y Control; siendo el trabajo en equipo la principal premisa para salir con éxito de todos y cada una de ellas. Pese a la variedad de sus nombres, en realidad, todas responden a patrones muy parecidos, casi todas ellas relacionados con exterminar al equipo rival al completo, variaciones de captura la bandera o de toma de puntos de control.
Técnicamente Incompetente
Si bien en los aspectos jugables Confrontation es un videojuego relativamente eficiente que, a pesar de no ofrecer nada novedoso, cumple con solvencia su propuesta de llevar algo de realismo al género de los shooters on-line. El mayor problema de SOCOM se deriva de su falta total y absoluta de gancho y, en mayor medida, de un pésimo acabado técnico, que acaba repercutiendo de forma lastimosa a toda la faceta jugable.
En primer lugar las desconexiones son una constante, con problemas que nos afectarán a nosotros y a nuestros compañeros de partida de forma constante. No cuesta nada darse cuenta del por qué de estas deficiencias, comprobando que el lag aparece en más ocasiones de las debidas. En un videojuego de acción a través de Internet el contar con un código de red pulido que permita partidas sin retardos es primordial, pero todavía lo es más teniendo en cuenta el corte preciso y realista del título de Slant Six. En su mayor parte los problemas de este campo han sido mejorados con respecto a la beta que probamos y también con respecto a la versión norteamericana, pero tan fácil es dar con partidas fluidas y “limpias” de lag como con otras que sufren de cortes constantes y que rozan lo insufrible.
El videojuego, por otra parte, lleva a cabo en nuestras PlayStation 3 una instalación que roza los 3 gigas, aunque no repercute directamente en unos tiempos de carga cortos, puesto que por lo general éstos se mueven entorno a unos “timings” medio-altos.
Por otra parte, y ya entrando a describir el aspecto gráfico, el videojuego es muy mediocre con un modelado de personajes y escenarios que deja mucho que desear, exhibiendo un nivel de detalle y un acabado general francamente pobre. Hace años podríamos haber justificado su condición de medianía visual por ser un título on-line, pero en la actualidad viendo la fluidez y la ausencia de latencias en bestias gráficas de la talla de Killzone 2 o Resistance 2, cuesta mucho ver en esto una excusa.
La interacción con el entorno es nula, las animaciones de los personajes muy pobres y en general se echa en falta el brillante trabajo que Slant Six prometía para el apartado de las físicas y del que, en esta versión final, no hemos visto ni rastro.
En la faceta sonora la música es un mero acompañamiento totalmente inocuo, que no hace sino enaltecer la fantástica representación de los efectos de audio. Cada explosión, disparo, granada o pisada está reproducida con un realismo apabullante en Confrontation, que hace del atípico apartado del sonido la mejor virtud del videojuego.
SOCOM: Confrontation no sólo necesita de más personalidad y gancho a la hora de invitarnos a jugar, sino que requería de forma alarmante de unos meses más de desarrollo. El número de bugs es imperdonable, y los problemas de lag -más habituales de lo debido- juegan claramente en su contra.
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