Análisis de Warhammer 40.000 Sanctus Reach. Señor de grandes ejércitos

Análisis de Warhammer 40.000 Sanctus Reach. Señor de grandes ejércitos
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Piensa bien antes de realizar tu próximo movimiento. ¡Podría ser el último! Así de cruel es la guerra en Warhammer 40.000: Sanctus Reach, un buen videojuego de estrategia por turnos que es fiel reflejo del clásico juego de tablero creado por Games Workshop. Dos grandes ejércitos, Orkos Goff y Lobos Espaciales, frente a frente, en un título que sabrán disfrutar sobre todo los fans de este universo. Análisis.

Puede ser desalentador. Mover ficha, confiar en una buena estrategia de combate y… sufrir una derrota humillante; pelear de nuevo y volver a caer en el intento. La guerra, y más la que representa el universo Warhammer 40.000, es cruel, inmisericorde; en ella los fallos se pagan caros, con la vida, pero ¡qué sensación!, cuánta tensión. Si en su día os volvías locos de emoción dirigiendo vuestros ejércitos sobre el tablero, si eráis y seguís siendo apasionados del juego de mesa ideado por Games Workshop, entenderéis a qué me refiero y, sin duda, disfrutaréis de este nuevo título de estrategia por turnos que es, de lejos, una de las representaciones más fieles del juego original; el de las figuritas, dados y metro con el que controlar las distancias. Algo más simple, sí, pero en esencia, ese gran divertimento que durante décadas ha fascinado a miles de personas por todo el mundo. Y eso son buenas noticias.

Cada jugada, cada batalla librada en Warhammer 40.000: Sanctus Reach me ha hecho sentir más aprecio por este videojuego que, aún con sus limitaciones, termina enganchando de mala manera. Siempre quieres más; una partida extra para mejorar tus tácticas de combate, una pelea a última hora del día para demostrar a tus amigos, multijugador mediante, que nadie puede contigo, que aquí el que mandas eres tú; y por supuesto, ansías una y otra vez adentrarte en el fragor de la batalla para superar las misiones del modo historia o, en general, cualquier otra creada por los aficionados gracias al completo editor de contenidos que incluye el juego. Un extraordinario complemento que le dota de un gran futuro por delante.


Ni un paso atrás

Echo en falta más ejércitos, imagino que como todos, pero agradezco el mimo y detalle con el que se han recreado los presentes, que son Lobos Espaciales y Orkos Goff, con sus respectivos héroes e icónicas unidades de batalla. Ahí están los kaudillos orkos Grukk FaceRippa o Mogrok da Mangla, o Logan Grimnar y Krom Dragongaze por parte de los Marines Espaciales; también los mortíferos Gorkonauts, el legendario Caballero Imperial Gerantius, los Meganoblez, Achicharradorez, las Manadas de Garras Sangrientas, y tantas otras unidades, cerca de 30 por ejército, que además mejoran de nivel con el paso de la batalla, adquiriendo más y mejores armas, así como nuevas habilidades especiales.

Antes de la batalla, sobre este mapa estratégico, se marcarán los objetivos y condiciones de la lucha. En base a ello tendremos que escoger a las tropas que combatirán.
Antes de la batalla, sobre este mapa estratégico, se marcarán los objetivos y condiciones de la lucha. En base a ello tendremos que escoger a las tropas que combatirán.


Lo decía antes; esta es una de las mejores y más fieles recreaciones del juego de tablero, y eso se deja notar en las muchas opciones tácticas a nuestro alcance. A saber. Hay coberturas, que se pueden destruir; también son importantes las distancias, la orografía y los obstáculos que bloquean la línea de visión; por no olvidar que hay fuego amigo, podemos pulverizar sin querer -o queriendo- a nuestros aliados, y que ciertas armas funcionan mejor que otras en determinadas situaciones y contra enemigos muy concretos. ¿Os sabe a poco? La posición de las tropas y hacia dónde miran también es esencial para alcanzar el éxito, pues si un rival se cruza en su camino… ¡BAM!, abrirán fuego automáticamente diezmando su número. No solo eso. La moral de las tropas desempeña un papel importante en la contienda.

El diseño de las tropas es realmente atractivo, ¡se ha cuidado hasta el último detalle! Incluso les escucharemos decir sus frases típicas.
El diseño de las tropas es realmente atractivo, ¡se ha cuidado hasta el último detalle! Incluso les escucharemos decir sus frases típicas.


Castigad sin compasión a un batallón enemigo; acosadles con fuego de artillería o prenderles fuego con lanzallamas y veréis que rápido echan a correr. Huirán antes que luchar, y en caso de pelear, su precisión bajará de forma notable. Básicamente, se convertirán en patitos de feria a los que acribillar a balazos. Y es todo un gustazo. Lástima que con todas las tropas que hay a nuestro alcance, el equipo de Straylight Entertainment se haya dejado por el camino algunas opciones tan importantes como las cargas o arrollar con vehículos blindados. No se puede tener todo, o eso dicen, pero ciertamente, en algunos momentos de la acción, sentía que me faltaba algo; que no se sacaba partido a todo el potencial que ofrece el videojuego. Es una pena.

Lástima que la interfaz de usuario no sea demasiado intuitiva

Me encanta que tengas tanta libertad de acción, que puedas saltar al campo de batalla con las tropas que tú quieras y combinar sus ataques como guste. A veces saldrá mal, te pegarán un buen repaso, pero en otras… bueno, machacarás al rival y te sentirás como el rey del mambo gracias a tus ingeniosas tácticas de combate. Esta es una de las grandezas de Sanctus Reach. Siempre hay varias formas de afrontar la lucha gracias a la gran variedad de tropas a tu alcance. Con ellas ¡harás auténticas locuras! Qué mal que la interfaz de usuario sea en este punto algo pobre, no demasiado intuitiva, dificultando en ocasiones el buen devenir de la partida, complicando hasta la propia selección de tropas y su desplazamiento por el mapeado.

Señor de grandes ejércitos


Es importante controlar las distancias. A los Orkos les encanta la lucha cuerpo a cuerpo. ¡Evítalo con una buena llamarada!
Es importante controlar las distancias. A los Orkos les encanta la lucha cuerpo a cuerpo. ¡Evítalo con una buena llamarada!


El diseño de misiones tampoco me ha parecido especialmente bueno. Las de historia, las principales, están bien pues te meten de lleno en la acción y hasta cierto punto son incluso épicas; pero la mayoría, por desgracia, resultan escaramuzas con pocas variaciones entre sí: defiendes una posición fija o conquistas puntos de control en un tiempo límite. No hay mucho más. Y aunque dependiendo de las tropas en liza la acción puede cambiar mucho, dado que la inteligencia artificial de los rivales no es brillante, llega un punto en el que la guerra de este Warhammer 40.000 te sabe a poco. A veces también frustra por la caprichosa aleatoriedad: aunque tengas un porcentaje de acierto alto no siempre tienes garantías de acertar un disparo o causar impactos críticos. ¡Que no me parece mal!, que así se imita el azar de los dados, pero sí es un fastidio cuando en más ocasiones de las deseadas, cuesta entender cómo funciona este sistema.

Con un bajo índice de acierto golpeas con una contundencia brutal… y en otras ocasiones, con todas las de ganar, no atinas ni una sola vez. Detalle que, obvio, se puede corregir en sucesivas actualizaciones; lo mismo ocurre con la falta de ejércitos. Con el tiempo, seguro, aparecerán nuevos batallones que comandar, y esto es algo que me motiva a seguir disfrutando de la acción de Sanctus Reach. Aún tiene mucho que mejorar, pero es un videojuego que he disfrutado; posee detalles geniales y sus combates tácticos son justo lo que esperaría cualquier aficionado al juego de mesa. Incluso en lo visual tiene esos pequeños guiños al fan que seguro hacen las delicias de más de uno, aunque este no es un título especialmente vistoso en lo audiovisual. Me ha gustado el diseño de las tropas, los detalles que las definen, como por ejemplo el peinado de ciertos Marines Espaciales o los destartalados ropajes de los Orkos, pero insisto, no es un prodigio tecnológico. Los escenarios están faltos de detalles, tampoco son muy variados, y se echa en falta algo más de espectacularidad en la recreación de los ataques y las luchas cuerpo a cuerpo.

Señor de grandes ejércitos


Una obra de calidad, con grandes ideas y adictiva, pero a la que le falta refinar su fórmula

Peores sensaciones me deja el apartado sonoro: la música, si bien cumple, es demasiado repetitiva; llega un punto en el que te aburre. ¿El sonido ambiente? Muy discreto. Tanto, que a veces parece que te muevas en silencio. Y me sorprende. Se nota a las claras el amor que siente el equipo de desarrollo por esta franquicia; hay tal mimo y cuidado en ciertos detalles, que cuesta entender por qué se ha descuidado tanto este apartado. O la propia historia. Agradezco que Sanctus Reach se haya traducido al español, y me encanta además su trasfondo argumental, pero no termina de enganchar; el ritmo de la narración es irregular y rápidamente pasa a un segundo plano. Tampoco es que sea la parte más importante de la obra, pero sí es algo que habría mejorado las sensaciones con el videojuego. Una obra de calidad, con grandes ideas y adictiva, pero a la que le falta refinar su fórmula y amplias sus contenidos jugables.

Interesante

Sin sello
Señor de grandes ejércitos

Warhammer 40.000: Sanctus Reach

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

¿Buscas una experiencia similar a la del juego de tablero? ¿Sentir que estás echando de verdad una partida a Warhammer 40.000? Entonces Sanctus Reach es tu videojuego. Ofrece amplias opciones estratégicas, dos grandes ejércitos bien diferenciados entre sí, y toda la emoción y tensión propia del clásico de Games Workshop. Su interfaz de usuario es discreta como poco y hay ciertas mecánicas de juego, como la precisión de los disparos, que deben ser revisadas para evitar frustraciones innecesarias; detalles que restan algo de valor a un buen juego de estrategia por turnos que se deja querer con facilidad.

  • Fiel representación del juego de tablero
  • Amplias opciones estratégicas; tienes mucha libertad de acción
  • Editor de contenidos. ¡Hay futuro por delante!
  • Se echan en falta más ejércitos
  • La interfaz de usuario; a veces complica demasiado las cosas
  • La caprichosa aleatoriedad, que puede ser frustrante
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 20-30 horas + multijugador
Ver requisitos del sistema
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