Segundo intento de Ivory Tower y Ubisoft con su franquicia de conducción en mundo abierto que tiene el objetivo de apuntar todos los errores y aciertos de su predecesor mientras impregna de personalidad a esta secuela. En este análisis de The Crew 2, nos ponemos el traje de piloto de sus múltiples disciplinas para averiguar si lo ha conseguido.
The Crew 2 es un juego ambicioso. Su primera entrega ya lo era. Eso de presentar el mapa de Estados Unidos en su totalidad no es reto pequeño, más aún logrando dotar de personalidad a cada uno de los enclaves bien diferenciados de su compleja orografía. Creo, de hecho, que se le atribuyó poco mérito a lo que intentó: desplegar un MMO en un juego de conducción con esa amplia variedad del mapeado. Sin embargo, algunas decisiones como una historia mejorable y falta de inspiración en sus misiones, así como una jugabilidad sencilla que suele acarrear mala fama, se interpusieron en el camino.
Hablemos de esa jugabilidad, porque a veces tengo la sensación de que algunos jugadores confunden el concepto de simulación/arcade con el de dificultad/diversión. Un juego puede ser profundamente arcade y a la par difícil y divertido. Que el comportamiento de un coche no sea realista no lo hace malo, sino diferente. Y entre los juegos arcade que pueblen el presente del género, The Crew 2 puede ser de los más arraigados en esta disciplina. Su estilo no es el de prestar atención a los frenos, la tracción y el subviraje/sobreviraje del vehículo (aunque tienes un apartado para retocar dichos conceptos y hacerlo más desafiante). Como todos los juegos que se acercan a este estilo, lo importante es la trazada. La clave en The Crew 2 está en seguir el camino óptimo, evitar los obstáculos y frenar lo justo y necesario para mantener la velocidad.
¿Es esto bueno o malo? Ni una cosa ni la otra, en mi opinión. Y si no, que se lo pregunten a Forza Horizon, que pese a su motor de físicas complejas opcionales la gente lo disfruta porque en estas experiencias prima la belleza del paisaje y las carreras sencillas, pero reñidas.
Con el juego de Ivory Tower ocurre lo mismo. El bellísimo escenario se lleva toda nuestra atención y el juego hace todo tipo de cabriolas para que lo veamos en todo su esplendor, ofreciendo algunas carreras para enmarcar. El mayor problema que tiene The Crew 2 en este sentido no es que se trate de un juego arcade, sino que sus físicas de colisiones son, a menudo, exageradas en las que una pequeña esquina, una piedra cerca del arcén o una valla que, vaya, resulta que no era destruible, se convierte en tu peor enemigo. Más aún en los compases finales donde abundan las carreras de larga duración y sin posibilidad de rebobinado.
Es un verdadero lujazo recorrer los entornos naturales del juego
De hecho, es en el endgame donde veo cómo el juego puede llegar a frustrar un poco. Algunas disciplinas como las carreras callejeras o los Hyper Cars son tan, tan rápidos, que no hay manera de ver a dónde diablos te diriges. El primer The Crew lo solucionaba con una fea, pero útil línea de trayectoria aérea, pero aquí tienes que confiar exclusivamente en el GPS, por lo que es fácil terminar en siniestro por la cantidad de veces que tenemos que alejar la vista de la carretera. Eso por no mencionar las curvas cerradas de 90 grados, que no te extrañe perder el giro cuando tu bólido va a 300 kilómetros por hora.
Por tierra, mar y aire
Uno de los elementos más notorios que conocemos desde el anuncio del juego es la cantidad de disciplinas que posee. Todo tipo de coches, aviones y lanchas que nos permiten realizar todo tipo de acrobacias y competir en parajes bien diferenciados. Ah, y ese efecto en el que el mundo se desdobla, como en la película de Origen, y que tras concluir todas sus disciplinas sólo hemos visto, para nuestra sorpresa, en la introducción y la carrera final del juego.
Las disciplinas me han dado una de cal y otra de arena. Algunas de ellas no han terminado de comulgar con mis gustos. Los aviones están bien para desestresar el ritmo de las carreras, hacer algunas piruetas como quien, sencillamente, se dedica a trastear con las posibilidades de un GTA. Pero cuando avanzamos en ella, nos encontramos con unas carreras que no dejan de ser un paso por puntos de control descafeinados, en un modo que no termina de despegar. Las lanchas nos permiten disfrutar del paisaje pero se torna más interesante cuando pasamos a la modalidad Jet Sprint con otras más rápidas y ágiles.
En tema de coches, nos han gustado prácticamente todas. Las carreras estándar, las de Rally Raid que aprovechan el hermoso paraje en carreras Off Road, donde elegir tu ruta, las motos, algo incontrolables, pero divertidas. El Rally Cross, espectacular y vertiginoso. Y los Touring Cars y Formula 1, mucho mejor de lo que puedes pensar, con circuitos y zonas de velocidad bien planteadas. Se nos quedan atrás las Drag Races, un pobre minijuego de cambio de marchas y aceleración perfecta muy descafeinado y las pruebas de Monster Truck, lentas donde las físicas estropean la experiencia.
Esta variedad de vehículos es algo que, de hecho, no se ha terminado de mostrar bien en sus múltiples pruebas abiertas y cerradas de The Crew 2, ya que el juego es mucho más que carreras, aviones y lanchas. Las pruebas de Drift, por ejemplo, son un mundo completamente distinto, que nos insta a controlar coches especializados en derrape con pistas preparadas para ello donde combinar deslizamientos sin chocar ni parar para aumentar el multiplicador. Esta variante es un juego en sí mismo, donde tener templanza con el freno y el acelerador, y son de las más divertidas que el juego llega a ofrecer.
Con todo, tras terminar todas las carreras del juego no puedo dejar de pensar en lo mucho más que podía haber conseguido The Crew 2. Con un mapa tan extenso lleno de carreteras y posibilidades, nos deja, por ejemplo, con sólo seis eventos para la disciplina de Rally Cross. En las de MotoCross, sólo un par nos saca fuera del circuito cerrado. Las de Hyper Car, que nos insta a recorrer de punta a punta todo el país, también ofrece apenas cuatro carreras, y prácticamente lo mismo ocurre con la Formula 1 del Alpha Grand Prix. Y es una pena, porque son algunas de las mejores disciplinas que el juego puede ofrecer. Verdaderas pruebas de resistencia y concentración en las que más he disfrutado.
Cuando el juego se vuelve así de tacaño en sus disciplinas finales, me viene a la cabeza esa saga adelantada a su tiempo que fue Test Drive Unlimited. La obra de Eden Games fue pionera en llevar el concepto de mundo abierto a la conducción (y The Crew 2 parece homenajearla pudiendo tener nuestra propia casa en el país que sirve como garaje). Pero si algo se me quedó grabado a fuego era la posibilidad de que la comunidad crease sus propios trayectos y carreras para competir. Si The Crew 2 quiere realmente tener una vida longeva, necesita algo parecido, o que sea la propia Ivory Tower la que aumente el número de carreras para algunas disciplinas. Esta descompensación hace que tengamos, por ejemplo, 17 carreras de Street Race y tan solo 5 de F1 o Hyper Car, lo cual es una lástima.
La clave está en seguir el camino óptimo, evitar los obstáculos y frenar lo justo para mantener la velocidad
Lo bueno, además de las disciplinas tendremos dos tipos de eventos que son de los más espectaculares del juego. La serie Live Xtrem de The Crew 2 nos permite combinar varias modalidades en una carrera larga en la que a medio camino cambiaremos de vehículo en tiempo real. Es una buena prueba de resistencia y suelen estar bien diseñadas para el espectáculo, asegurando que dominas a la perfección todas las disciplinas. Cuando superamos el 70% de cada una de las cuatro casas disponibles, se nos desbloquea la carrera final contra el líder, la cual combina también dos disciplinas, suponiendo un buen reto y desbloqueando el vehículo definitivo de cada casa, que funciona más a modo de premio. Por ejemplo, un helicóptero para recorrer el mundo de The Crew 2 libremente.
Las misiones se completan con dos actividades más: las habilidades, una serie de pruebas de Slalom y Escapada y el Álbum de Fotos, que nos insta a realizar una captura con una serie de condiciones. En general son pruebas muy nominales, dedicadas a los más completistas y una forma de conseguir más dinero y seguidores.
El camino hasta la fama
Habiendo llegado a Icono 25 para este análisis de The Crew 2, la verdad es que todavía no estoy seguro de si el juego ha terminado o sólo acaba de empezar. Por un lado, han concluido la serie de secuencias cinemáticas que pretenden, aún peor incluso que la primera entrega, llevar un cierto hilo narrativo. Por otro, he desbloqueado muy pocos vehículos. No es que no lo haya intentado, pero la economía del juego es muy avara. Apenas he podido comprar un par de coches para mejorar mis posibilidades en las carreras y el sistema de progresión promete regalarme más cuando llegue a Icono 100, Icono 600, etcétera.
De alguna forma, me recuerda al sistema de Luz de Destiny y también me hace sospechar que en algún momento este juego tuvo mucho de un sistema de progresión duro, basado en Cajas de Botín y un grindeo excesivo. De ello quedan muchas secuelas, pues las Loot Boxes están ahí aunque no se puedan conseguir con dinero real, y ese sistema en el cual desbloquear la amplia gama de vehículos en el endgame hace que al final haya pasado mis 25 horas de juego principal con prácticamente las mismas carrocerías a las cuales implementar los cambios técnicos que te proporcionan las cajas.
No tengo ningún problema con el endgame. De hecho, creo que la supervivencia de The Crew 2 pasa por lograr bordar este aspecto, pero más añadiendo contenido como el anteriormente citado (ampliando carreras y trayectos) y menos por el grindeo de piezas, nivel y dinero para ser más eficiente en las carreras online. Otro de los principales focos del juego.
El online es divertido, no hay duda. Es permisivo, ya que puedes continuar con tu juego y de vez en cuando invitar o aceptar la invitación de otros jugadores para competir, acumulando puntos en pruebas cooperativas y venciendo a rivales en las competitivas. Como digo, va a ser una pieza fundamental, pero no sé si el modo de acceder a él es el idóneo. Para jugar en multijugador, debes primero entrar en un grupo. Puede ser de amigos o de jugadores cercanos, hasta formar una cuadrilla de dos a cuatro y competir juntos. El hecho de no poder buscar partida rápida para una carrera puede terminar pasándole factura, insisto, para un modo que según Ivory Tower es el alma de The Crew 2. Yo, sin embargo, soy un jugador más de marcadores y rankings en un arcade. Mirar los récords mundiales y de amigos es prácticamente todo lo que necesito para echarme un buen pique. Echo de menos, quizá, la posibilidad de competir contra su fantasma, como en Driveclub, pero es suficiente para ampliar mis horas de juego.
El país de las oportunidades
Mira que es difícil competir en cuanto a músculo gráfico en el género de la conducción, pero The Crew 2 sale muy bien parado. Ivory Tower ha sabido imprimir belleza a la abundancia de entornos que ofrece esta Estados Unidos virtual. Es un verdadero lujazo pasar del hermoso paraje de las Montañas Rocosas al Bayou de Nueva Orleans. De las costas soleadas de Miami y Los Ángeles a los bosques frondosos de secuoyas. He visto el Gran Cañón nevado y pistas profesionales que se comportan muy bien con abundante lluvia.
Si acaso tuviera que reprochar algo, sería a las ciudades, que no lucen tanto como los entornos naturales. Las opciones gráficas brillan por su ausencia, por lo que en la versión de consolas no podremos retocar absolutamente nada (sorprendentemente, ni siquiera el brillo). En las versiones Pro y X, el juego utiliza una resolución dinámica que llega a los 2816×1584 y 3200×1800 respectivamente, siempre con una tasa de frames estable de 30 frames por segundo. No hay opciones para priorizar el rendimiento o la resolución.
La banda sonora me ha dejado algo más frío. Los temas escogidos, pese a estar licenciados, no terminan de ser los más punteros y faltan algunos géneros. Algunas emisoras que funcionan sorprendentemente bien, como la Country, terminan por volverse algo más repetitivas por la escasez de repertorio. El sonido es correcto y poco más, con buenos efectos, pero que no pretenden ni mucho menos ser lo más fidedignos posibles a la realidad.
Merece mucho la pena ver todo el trabajo puesto en esta inmensa Estados Unidos
Mientras que he disfrutado de The Crew 2 mucho más que su primera parte, no podía evitar pensar siempre en la cantidad de posibilidades que tenía esta nueva entrega de ser mucho más todavía. El contenido más avanzado podría haberse extendido; se nota en demasía el sistema de progresión, que ha sufrido varios cambios en el diseño; y algunas disciplinas no terminan de ofrecer la máxima diversión a la que pueden aspirar, porque por ejemplo ¿dónde están mis carreras de aviones entre rascacielos? Con todo, no he podido parar de jugar en ningún momento hasta completar mis modalidades favoritas y los eventos más destacados, porque merece mucho la pena ver todo el trabajo puesto en esta inmensa Estados Unidos. Sólo espero que en esta primera temporada que le espera a The Crew 2, Ivory Tower aproveche el tiempo para expandir los aciertos, pues este patio de recreo es un lugar en el que podría continuar perfectamente unos meses más.
The Crew 2 expande el concepto de su primera entrega con éxito, pero aunque no repite los errores del primero, comete otros. Algunas disciplinas no están a la altura, el sistema de progresión y economía quizá no sea el adecuado y las exageradas físicas de colisiones juegan a veces en su contra, pero el juego es variado a más no poder, precioso y muy divertido.
Comprar The Crew 2- Una Estados Unidos inmensa, llena de rutas y pruebas
- Algunas disciplinas muy logradas: Street Race, Drift, Rally, Jet Sprint, Touring Car, Grand Prix...
- Los eventos Definitivos y Live Xtrem, muy bien diseñadas
- Posibilidades endgame para una larga vida
- Muy sólido gráficamente, con variedad de escenarios y climatología
- Modo multijugador divertido y con tablas de récords mundiales...
- ...Pero no permite partidas rápidas, sólo formando una cuadrilla
- Las físicas de colisiones exageradas pueden echar a perder algunas pruebas
- Escasez de pruebas en algunas disciplinas, mientras que otras no están al nivel
- El sistema de progresión ha sufrido cambios de diseño y no termina de encajar
