Nintendo tenía una deuda pendiente con los fans de Metroid, y les han dado justo lo que quieren. Samus Returns es un gran trabajo de fidelidad con respecto a las bases de la serie, a la vez que la excusa perfecta para recuperar un título olvidado. Mercury Steam se adentra en el planeta SR388 para rescatar Metroid II en Nintendo 3DS. Aquí su análisis.
Jugar a Metroid supone una experiencia similar a la de montar un gran puzle. Al principio tienes todo por delante, pero te faltan pistas para progresar. Sólo cuando recorres sus pasillos y desentrañas el mapa, empiezas a obtener referencias, con la incertidumbre de que siempre hay alguna pieza que se te escapa. La encuentras tarde o temprano, y es entonces cuando obtienes una gran satisfacción.
Metroid Samus Returns responde exactamente a dicha sensación. Tiene pura esencia Metroid. El videojuego te obliga a progresar a través de varias zonas donde siempre tienes un ojo puesto en la acción (pantalla superior) y otro en el mapa (pantalla inferior). El esquema es fiel a los clásicos de la licencia, con la adquisición de habilidades que van abriendo nuestro camino, mientras derrotamos a la amenaza Metroid -un total de 40- en el planeta SR388 por mandato de la Federación Galáctica.
El esquema es simple y está basado en lo que planteó Metroid II: Return of Samus (Game Boy, 1992). El productor Yoshio Sakamoto propuso a Mercury Steam la realización de este remake. Mientras juegas y ves el gran trabajo realizado, te preguntas qué hubiese pasado si la desarrolladora española hubiese tenido la oportunidad de partir desde cero, con algo completamente nuevo… o incluso trabajando en otro proyecto. Es el único aspecto que les ha separado de un resultado más ambicioso. Si bien Samus Returns es extremedamente fiel a la esencia metroidiana, también es poco arriesgado, y en ocasiones hasta demasiado respetuoso. En cualquier caso, que alguien se atreva a quitarle lo "bailao" a Mercury. El título está irreconocible con respecto al original, y como proceso de adaptación es un gran ejemplo para la industria del videojuego, además de una explosión de talento.
Vídeo Análisis
El Metroid que conocíamos
Mercury Steam ha realizado, en cierto sentido, un trabajo de restauración. Nintendo les ha dado el mapa original de Metroid II, el cual han utilizado como referencia central. Si probáis el juego, os animamos a realizar la comparación. Es muy interesante. Han respetado en gran medida la estructura en áreas y hasta la colocación de los Metroid enemigos. Pero hay una gran diferencia: la profundidad. No es que el juego de Game Boy fuese una simpleza, pero Mercury Steam ha añadido varias capas de profundidad para enriquecer el resultado.
Ya os hemos dicho que superar el juego supone prácticamente un puzle. Los desarrolladores han tenido que lidiar con el suyo propio: tratar de hacer que todo esto funcionase. Tiene gran mérito rescatar un juego de tantos años y mantenerse fiel, sobre todo considerando el riesgo que corres al moverte en la delgada línea entre lo clásico y lo novedoso. Samus Returns es un juego claramente enfocado al usuario conocedor de Metroid.
Metroid II era un título basado en la exploración por áreas. Cuando derrotabas a los Metroid de cada zona, avanzabas a la siguiente. Había puntos de guardado y adquisición de habilidades que permitían a su vez seguir adelante. Mercury Steam ha recogido estas directrices y las ha vitaminado. El esqueleto es el mismo, perfeccionado, pero el contenido cambia totalmente. Ahora hay mayor variedad de Metroid a eliminar. Tenemos nuevos superpoderes, en particular las habilidades Aion, entre los que destaca la oportunidad de rastrear zonas ocultas del mapa, algo que facilita la exploración. Por supuesto, también hay muchas habilidades que regresan, y os dejamos descubrirlas por vosotros mismos para alimentar la sed de nostalgia.
Como proceso de adaptación es un gran ejemplo para la industria del videojuego
Se meten teletransportes para potenciar el "backtracking" (algo fundamental en la serie). Existe también la integración de una funcionalidad táctil para marcar puntos del mapa que nos resulten especialmente llamativos. Con todo esto, se incrementa el número de secretos y la duración, pasando de las 5-6 horas del original a las 12-15 horas del videojuego actual. Esta es -tal vez- la mejor prueba sobre el trabajo realizado.
Si insistimos tanto en la comparación con el clásico de Game Boy es porque resulta muy interesante el trabajo realizado, pero también porque nos sirve para explicar una de las pocas pero importantes críticas: Samus Returns resulta algo desfasado y repetitivo. A pesar de los cambios introducidos, el esquema de avance resulta monótono, así como las batallas contra los metroid, que aunque más variadas, constan de patrones y diseños muy similares. Han faltado momentos que cambien el ritmo jugable, con situaciones especiales.
A Yoshio Sakamoto le ha faltado decir a Mercury Steam eso de… "sorprendedme". Hubiese venido bien romper los esquemas, aunque fuera parcialmente. Obviamente, no ha existido la intención. Aún así, quitando esto, que es un aspecto puramente conceptual, tenemos que hablar de una ejecución brillante. Es uno de los títulos de Nintendo 3DS que más recomendamos jugar con unos buenos cascos y el efecto 3D a tope. La ambientación conseguida nos hace sentirnos dentro de la fantasía galáctica que supone manejar a Samus Aran dentro del planeta SR388 en busca de metroids.
Samus Returns es un juego claramente enfocado al usuario conocedor de Metroid
A esto contribuyen varios factores. El más importante es el control de Samus, con apuntado de 360 grados (en Metroid II no había ni disparo en diagonal) y una respuesta sobresaliente a través del stick analógico. Es muy satisfactorio. Como detalle, no se ha usado el C-Stick de New Nintendo 3DS, con lo cual la experiencia es semejante en las distintas versiones de la máquina. Mención aparte merece el contraataque, proclamada como una de las grandes novedades. Lo es, pero no hasta tal punto de significar un "game changer". Nosotros hicimos un uso intenso durante los primeros compases del juego, pero poco a poco fue perdiendo importancia.
Otro aspecto fundamental es el tratamiento sonoro, en todas sus vertientes. Mucho ritmo sintético, acorde a la esencia Metroid, y que nos acompaña en un viaje que queda retratado por escenarios variados y carismáticos. La narrativa se genera por lo que hacemos con Samus, nuestros enfrentamientos y lo que nos cuentan los decorados. No hacen falta cinemáticas ni textos. Simplemente genial.
El videojuego no es muy difícil de superar, pero hay múltiples momentos en que te quedas atascado, puede que hasta pensando que hay un bug (sensación muy de los noventa). En cualquier caso, está bastante equilibrado el conjunto. Es un trabajo intrincado, nada sencillo, pero que se ha resuelto ejemplarmente dadas las circunstancias. Nos queda la espina de conocer lo que podría haber hecho Mercury con un proyecto de mayor libertad, pero a buen seguro que esto les sirve para seguir escalando posiciones en la escena internacional. Y a nosotros para disfrutar, en este caso, de un Metroid de los de toda la vida, que ya apetecía…
Metroid Samus Returns es un trabajo de reconstrucción ejemplar. Mantiene el esqueleto del clásico de Game Boy, con un tremendo respeto por las claves de la licencia, pero añadiendo novedades con precisión de cirujano para erigir un videojuego nuevo, con excelentes valores de producción. Ciertos elementos se hacen repetitivos como consecuencia de mantener el ADN intacto, pero lo mejor es que Mercury Steam ha demostrado gran talento en una producción que seguro le abre muchas puertas.
Comprar Metroid: Samus Returns- Puro Metroid: mantiene las bases de la licencia de forma respetuosa
- Un excelente trabajo de reconstrucción, realizado sobre las bases de Metroid II
- Las introducciones realizadas, con precisión de cirujano, para fortalecer el resultado
- Genial ambientación, tanto por el factor gráfico como sonoro
- El efecto 3D es tan sorprendente que conviene utilizarlo durante todo el juego
- Algo repetitivo en cuanto a estructura y enfrentamientos con enemigos
- Se echa de menos una mayor voluntad de sorprender
