Sensaciones de antaño, de grandes juegos de disparos en 2D con jefes que ocupaban varias pantallas, y que requerían varias monedas para que continuases partida… una y otra vez. Os descubrimos en el análisis Mechstermination Force esta auténtica sorpresa indie para Nintendo Switch tras haber derrotado con esfuerzo a todos sus robots.
Cerca de una docena de jefes finales, uno tras otro, cada uno de los cuales se puede superar en 2-3 minutos al estilo "speedrun" cuando los has dominado, pero que ninguno lo derribarás a la primera. Seguro. Ese es el simple, pero adictivo y retante concepto que el autor de Gunman Clive ha ideado para su nuevo proyecto, Mechstermination Force. Un desarrollo independiente a pequeña escala, de apenas cuatro personas, pero con un diseño jugable espectacularmente bien medido, con una dificultad digna de enmarcar.
Lo mejor es el diseño de sus bosses, un conjunto de mechas que parecen sacados de Mazinger Z, a cada cual con un planteamiento más ingenioso. Algunos de ellos podrían suponer un nivel en sí mismos, debido a que evolucionan al mismo tiempo que vamos perdiendo vidas, repitiendo nuestro intento y encontrando nuevas debilidades. Todo manteniendo el flujo de atención, sin que caigamos en el aburrimiento o en la desesperación. Siempre sientes que puedes hacerlo, porque el videojuego te da las opciones suficientes. Con una mano te ayuda, y con otra te da una palmada en el pecho para decirte que puedes hacerlo.
¿Cómo lo consigue? Ahí está la clave de su éxito, y no se puede explicar en un único párrafo. Cabe de momento indicaros cuál es su propuesta, una muy cercana a la de la sucesión de jefes que tiene Cuphead, pero con una aproximación más al estilo jugable de Contra, con disparos en 360 grados y una gran movilidad en campos de batalla gigantescos. Esa es su propuesta: traer la dificultad de antaño a una época actual, en formato "indie" y para Nintendo Switch.
¡Balas fuera!
Mechstermination Force no tiene modos de dificultad. No confía en esa mecánica. Sus jefes son los que son. Sin más. No obstante, hay una dinámica sencilla, que habréis visto innumerables ocasiones… pero que funciona: una tienda. A medida que libras batallas, ganas monedas que invertir en más corazones o nuevo armamento. Si no logras avanzar, puedes repetir bosses ya vencidos para ganar dinero y obtener un arma que se adapte mejor a tus posibilidades, o esos corazones adicionales que te impidan caer en la desesperación. Incluso puedes jugar en cooperativo local con un amigo, lo cual puede suponer la ayuda definitiva.
Siempre hay una razón para seguir jugando, para reintentarlo. El juego reconforta en cada partida, incluso aunque falles estrepitosamente. Esa es la clave, pero no la única. El incremento de dificultad es progresivo, aunque suave, sabiendo dónde está el límite entre lo que resulta satisfactorio y desesperante. Mechstermination Force sabe situarse en esa complicada franja que lo separa de resultar demasiado sencillo (aburrimiento) o excesivamente complicado (sensación de ansiedad). Es pura psicología.
Y es mágico, más si atendemos a que siento que ahora mismo podría superarlo, enterito, en una hora. Pero no, ya te adelanto que te va a ser casi imposible conseguirlo, al menos en una primera partida. Primero te tocará estudiar bien a cada robot, aprender con cada derrota y acercarte poco a poco -con esfuerzo- hacia la victoria. Podrían ser dos o tres intentos con alguno de los iniciales, o más de diez con los últimos. La dificultad es siempre algo subjetivo, lo sé. No obstante, puedo asegurar que en ningún momento me he sentido superado, porque siempre he sentido que el desarrollador me tendía la mano y me animaba a seguir.
El juego reconforta en cada partida, incluso aunque falles estrepitosamente
La estimación es por tanto de unas 4-5 horas dependiendo de vuestra habilidad. Pero no nos obcequemos con el grado de desafío, porque otro aspecto a resaltar es el magnífico diseño de los robots a que nos enfrentamos. La sensación de tú contra el gigante es sobrecogedora. Tanto, que en ocasiones os costará encontrar a vuestro protagonista, convertido en una diminuta figura dentro del escenario (es uno de los pocos aspectos criticables, sobre todo si jugáis en modo portátil).
Me he enfrentado a un gusano gigante, escalando entre sus patas mecánicas hasta aporrear sus ojos. Me he metido en el interior de un caracol mecánico, hasta encontrar el núcleo de su funcionamiento. He saltado entre serpientes robóticas que realizaban trayectos prefijados y que debía memorizar para no caer en la lava. Entre dos edificios y a una altura de cientos de metros, he usado a un robot como único elemento de apoyo mientras buscaba su punto débil, oculto por una serie de escudos metálicos.
Estas son sólo algunas de las situaciones, magníficamente representadas y que construyen una jugabilidad variada, a la par que interesante. La mayor parte de jefes constan de varias etapas, alternando y combinando elementos plataformeros y de shooter 2D. Eso es lo mejor, pero también que la aventura vaya siempre in crescendo, para que no nos sorprenda la monotonía. El aprendizaje del doble salto y de la técnica de escalada suponen revulsivos para la jugabilidad, que se hace más compleja a medida que nuestra habilidad también aumenta. Hacia la segunda mitad del juego estaréis combinando distintas acciones que os harán sentiros como auténticos titanes armados.
Si eres amante de los clásicos 2D de disparos dudo que te decepcione
Hay pocas cosas que aprender, no obstante. Nuestra arma puede atacar en un ángulo de 360 grados y existe un botón para saltar, otro para agarrarnos a los robots, uno para batear los puntos débiles (como habéis leído) y uno más para cambiar de tipo de arma. Nada más. El resto es pura coreografía de movimientos, al son de las rutinas prefijadas de nuestros enemigos. La respuesta, a estos efectos, es formidable, y si fallas es simplemente culpa tuya, porque el manejo es indiscutiblemente eficaz.
Aunque pueda parecer un apartado visual poco espectacular, tenéis que verlo en movimiento, y fijaros en el detalle de cada modelado. Colorido, y con un ligero toque cel-shading, los gráficos resultan nítidos y ayudan a diferenciar robots de los entornos y nuestro protagonista, algo que pocas veces se tiene en cuenta, pero que resulta importantísimo en este caso, más cuando hay tantos elementos y efectos de disparos, explosiones y demás en pantalla. A la vorágine armamentística que se despliega contribuye una banda sonora muy animada, que a veces parece inspirada por series anime japonesas del estilo de Mazinger.
Así pues, un videojuego de diseño jugable sólido, con reto y algo de rejugabilidad, marcada por el hecho de que todas las fases pueden repetirse para conseguir las mejores puntuaciones y cronos. Lamentablemente, no hay mucho más, y tal vez esto sea lo más criticable (un modo adicional no hubiese venido mal), pero por todo lo demás me parece una de las sorpresas de la escena "indie" en Nintendo Switch. Uno de esos videojuegos que si eres amante de los clásicos 2D de disparos, o simplemente te llama la atención, dudo que te decepcione.
Mechstermination Force es un reto tras otro, en una escalada de desafío muy satisfactoria, variada y que te incentiva a volver a intentarlo una vez más. Cerca de una docena de robots a derrotar con propuestas que van ganando en complejidad y que además resultan variadas. Un control excelente, la presencia de cooperativo y un apartado audiovisual que acompaña a la perfección a este particular "tú contra los robots" acaban de encumbrar a un indie que se podría calificar como de auténtica sorpresa. Sin duda, una de las mejores noticias de este comienzo de año para los usuarios de Nintendo Switch.
- La dificultad está perfectamente ajustada para un amplio conjunto de usuarios
- Genial e inventivo diseño de robots, con pautas variadas y complejas
- Progresión sencilla pero interesante, con desbloqueo de habilidades y armas
- Cierta rejugabilidad, basada en puntuaciones y reventar cronos
- Cooperativo para dos jugadores en local
- Rendimiento óptimo tanto en televisor como en modo portátil
- No le habría venido mal algún modo adicional para incrementar la duración
- Algo complicado seguir la acción cuando el zoom se aleja mucho (sobre todo en portátil)
